La administración AFernández busca evitar que la pandemia del Covid-19 se convierta en un cataclismo económico social. En la Casa Rosada se admite que podría ser necesaria la emisión monetaria, con posible impacto en el control de la inflación, pero el Jefe de Estado expresó “Esta vez lo más importante es sostener la economía y no el déficit. Hasta Merkel dijo que en estas emergencias el déficit pasa a un segundo plano”.
La decisión adoptada muestra un cambio de la estrategia que venía llevando el ministro Martín Guzmán, que mantenía una severa política sobre el giro de recursos a efectos de exhibir, ante la próxima negociación de la deuda argentina, un escenario fiscal que transmitiera confianza a los acreedores.
Entre las medidas planificadas está un megacanje de la deuda en pesos por 512 millones. En el Ministerio de Economía existe confianza respecto al resultado de la propuesta, en base a la adhesión del 85% que se logró con el canje del AF20. Las medidas apuntan a conseguir los recursos para fondear el plan de contención del impacto de coronavirus sobre actividad económica.
Mientras tanto, el ministerio de Economía resolvió extender los plazos para identificar a los bonistas que tienen títulos bajo ley extranjera y el monto de sus tenencias. La nueva fecha límite para participar de la oferta es el miércoles 25 de marzo. El escenario, con mercados volátiles, con pronunciadas caídas de los bonos argentinos, agrega un problema adicional para la negociación, con tenedores que resisten una quita que supere un 20%, de la reestructuración de la deuda por U$S 68 mil millones,
La administración AFernández avanza con acciones que le permita sentarse a negociar, con los fondos de inversión, desde una mejor posición. A tal fin solicitó autorización a la Security Exchange Comissión (SEC), que regula el mercado financiero de EE.UU, autorización para emitir deuda por U$S 30 mil millones que representa aproximadamente un 50% de la deuda a negociar.
La posible caída del valor de los bonos por debajo de U$S 30, encendió una luz de alerta. Los fondos buitres siguen esta evolución, para efectuar compras masivas, empujar a la Argentina a un “default” y terminar reclamando la deuda total, intereses y moratoria ante la Justicia en New York, donde pervive la jurisprudencia que dejó el juez Thomas Griesa.