Pandemia. “Más temprano que tarde”, ahora deberemos enfrentar al virus.

Estamos atrapados entre dos pensamientos extremos, Bolsonaro y Trump por un lado y el Gobierno Argentino por el otro. Hay un camino, el del conocimiento médico y científico, que no se quiere tomar.

La cuarentena prolongada produjo un aplanamiento inicial de la curva de contagio y redujo la mortalidad por COVID 19, pero este aparente beneficio se neutraliza con el déficit en la atención de las enfermedades no transmisibles, provocando un incremento de muertes innecesarias de pacientes con patologías prevalentes en Argentina. El abandono en la prevención y controles de esas enfermedades obedece, por un lado, a los efectos del temor infundido en la población, y por otro lado, a la duración del confinamiento.

Se intentó instalar una supuesta grieta entre pro-cuarentena y anti-cuarentena, como si algunos estuviesen a favor de la vida y otros fueran irresponsables o despiadados, cuando en realidad, se trata justamente de ponderar la situación trágica de muchos enfermos, especialmente en cardiología, oncología, patologías de resolución quirúrgicas y otras especialidades. La mortalidad intrahospitalaria del infarto, que aumentó de 5% a 9,7%, lo deja en evidencia. Concuerda con la carencia de información científica, sobre todo si la contraponemos con la sobreabundancia de información política.

Independientemente de las decisiones que se tomen analizando la curva de contagios que ya se han producido, si llegamos o no al pico o si el famoso R es igual a 1, el virus COVID19 seguirá circulando entre nosotros.

Estamos aprendiendo que la mortalidad registrada diariamente, no sigue la progresión geométrica de los contagios registrados; también sabemos que los contagios registrados son muchos menos que la población total contagiada; por último, hemos comprobado que la Tasa de Letalidad (TL) del virus es baja, y que en la medida que tengamos mayor registro de los contagios mediante testeos, la TL será inferior. Actualmente, la TL en CABA es 1,82% y en la provincia de Buenos Aires 1,92%.

La sociedad está atemorizada y se pregunta acerca de cuándo se producirá el famoso pico de la curva de contagios, cuando podremos salir de esta terrible cuarentena tan prolongada, con su carga de incertidumbre, trastornos de la salud mental e incremento de la pobreza.

Sin embargo, debemos difundir que aunque el virus haya alcanzado el pico de contagio seguirá circulando, provocará más contagios y los pacientes con enfermedades crónicas o factores de riesgo continuarán teniendo riesgo de vida. Por supuesto que como la incidencia será menor, las autoridades no cargarán con el temor que colapse el sistema sanitario y queden expuestas sus falencias.

La salida de la cuarentena ahora, dentro de pocos días o hasta la existencia de una vacuna, requerirá que la sociedad aprenda en detalle cómo cuidarse. Estas medidas son iguales el día 1 de la cuarentena o el 120. Lo que es obvio, es que resulta imposible continuar con aislamientos masivos de toda la población.

Un conjunto de estrategias deben ser utilizadas, además de la segmentación geográfica; es necesario el aislamiento focalizado a las personas de riesgo, geriátricos y aquellas personas con enfermedades crónicas y factores de riego que no tienen condiciones habitacionales para el aislamiento ni el distanciamiento social, aumentar los testeos e identificar los focos de contagios.

Es probable que existan focos de nuevos brotes y es prioritaria la identificación del foco y su tratamiento, y nunca volver a una cuarentena general.

Considero útil que quienes no pueden continuar en cuarentena lo tengan en cuenta: debemos enfrentar al virus, sin temor, con conocimiento y responsabilidad individual.
o La población sin enfermedades concomitantes ni otros factores de riesgo, podrá enfrentar al virus y aportará a la inmunización poblacional, provocando antes una disminución de la circulación de este y otros virus.

o Las medidas de distanciamiento, el lavado de manos y el uso del barbijo, son medidas de prevención que permanecerán por un tiempo mayor y serán más eficientes que esta cuarentena tan prolongada.

o Las enfermedades crónicas no transmisibles prevalentes, necesitan volver nuevamente al centro de las medidas de prevención de la salud; así se protegerá a la población afectada por eventos cardiovasculares, enfermedades oncológicas y otras patologías que producen la mayor mortalidad, las mismas que hoy, por un temor excesivo al virus, padecen déficit de atención.

Debemos entender que así como no luce razonable delegar el tratamiento de nuestra salud ni la de nuestros seres queridos, sin antes evaluar la eficacia y el desempeño de los servicios de salud, también debemos asumir la responsabilidad ciudadana de informarnos y cuidarnos entre todos.
Dr. Néstor Pérez Baliño
Ex Secretario de Salud de la Nación y Ex Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología

IG/BN/CC/rp.

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