jueves 28 marzo 2024

Formosa. Polémica instalación de una planta de Dióxido de Uranio

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Por Blas Hoyos
Formosa capital. En los últimos seis meses y amparados por la cuarentena y sus restricciones, sin publicaciones sobre su reactivación, licitaciones o carteles de obra a la vista, disimulada en el medio del monte formoseño, Dioxitek avanzó a pasos agigantados.

A espaldas de la gente y haciendo caso omiso de las opiniones mayoritarias que en las audiencias públicas se opusieron a la construcción de esta verdadera usina de contaminación radioactiva, el gobierno provincial, aprovechándose de sus facultades extraordinarias y de las restricciones sobre los derechos individuales que le ofreció la cuarentena, reinició con curiosa celeridad y febril actividad, las obras para terminar la planta de elaboración de Dióxido de Uranio.

Recordemos que la polémica generada hace unos años por la cual el gobierno provincial se allanó a la directiva del gobierno nacional de instalar en nuestra provincia la planta de elaboración de Dióxido de Uranio, combustible que utilizan las plantas de energía nuclear de la Argentina, Atucha 1 y 2 y Embalse Río Tercero, para garantizar el suministro de energía eléctrica barata al sistema interconectado nacional.

Esta planta fue expulsada de Nueva Córdoba, aun cuando esta provincia es una de las principales beneficiadas, también se opusieron a su instalación otros pueblos de La Rioja, y Mendoza, a pesar de que el estado de esta provincia es copropietaria accionaria de la empresa Dioxitek.

En todos los casos fue rechazada por los altísimos niveles de contaminación generados por esta actividad. Recordemos que el dióxido de uranio se obtiene del Diuranato de Amonio y que de cada 100 k de este producto solo se obtiene 1k de dióxido de Uranio(UO2), generando entonces 99 k de residuos de sustancias altamente contaminantes, de tipo radioactivas, que produce daños ambientales sobre el aire, la tierra y napas de aguas tanto superficiales como subterráneas.

Pero lo más descabellado y peligroso del emprendimiento es que la materia prima, esto es el Diuranato de Amonio, no se obtiene en la Argentina, a pesar de que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) cuenta con unos siete yacimientos de esa sustancia, y esto ocurre porque están “todas clausuradas por el desastre ambiental ocasionado”; por esta razón, la materia prima debe transportarse por vía marítima desde Canadá, su principal proveedor, descargados en el puerto de Buenos Aires, para luego ser trasladada en camiones hasta Formosa, pasando por las provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Chaco. Después de su procesamiento en Formosa, donde quedará depositado el residuo radioactivo, el periplo continúa en sentido inverso.

Convertido en polvo o en pastillas el Diuranato de Amonio arribará a las centrales nucleares de Atucha 1 y 2 y Embalse Río Tercero para generar energía limpia y barata para cordobeses y bonaerenses, principalmente.

Los residuos ya quedaron para siempre en Formosa y es a partir de aquí cuando cobra sentido formularse algunas preguntas: cuál es la lógica técnica o económica que justifica andar paseando por medio país con sustancias peligrosas?. Solo está claro el perjuicio, pero cuál es el beneficio para los formoseños?. Podría ensayarse una respuesta aproximada: esto ocurre porque la instalación de Dioxitek solo fue aceptada por las autoridades del gobierno de Formosa en un acuerdo con el entonces ministro Julio De Vido, hoy en prisión domiciliaria.

Es paradójico que mientras someten a la sociedad a reclusión domiciliaria, amenazan con perseguir y penalizar a quienes necesitan salir a trabajar o deciden manifestarse en defensa de sus derechos, aprovechan para avanzar con una política de hechos consumados en cuestiones sumamente resistidas por la sociedad. Y extremadamente peligrosas.

Alguien cree que esta obra es prioritaria para la provincia? Como puede alegarse que no haya recursos para reactivar la Autovía R 11, o el viaducto sobre Av. Circunvalación y Av. N. Kirchner, que tampoco haya plata para continuar la planta de agua potable de Clorinda o para el Nuevo Hospital de la Madre y el Niño, pero en cambio se destinan ingentes recursos para terminar Dioxitek en tiempo récord.

Es incomprensible el criterio para definir prioridades con que se maneja el gobierno provincial. Resulta evidente que en función de intereses inconfesables ha tomado la decisión de convertir nuestra provincia en el basurero nuclear del país. No encontramos otra explicación.
Blas Hoyos
PR/CC/rp.

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