viernes 29 marzo 2024

Pasó un «17O» distinto de la tradición peronista, dejó abiertas más preguntas que respuestas

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Hubo una masiva concentración de vehículos que circularon por el centro porteño, para celebrar el 17 O con replicadas en ciudades del interior. El presidente Alberto Fernández tuvo su acto principal en la sede de la CGT, rodeado de dirigentes sindicales y funcionarios del Gobierno. Hugo Moyano hizo su propia caravana con camiones, ómnibus, taxi que ocupara varias horas la 9 de Julio. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, solo se hizo presente a través de las redes sociales.

Alberto centró sus mensajes en referencias históricas, sin anuncios ni medidas vinculadas con la delicada crisis sanitaria, económica y social que enfrenta el país. Hugo Moyano, solo acompañado por los afiliados al gremio de Camioneros, en conferencia de prensa afirmó: “El movimiento popular jamás debe perder el protagonismo y su esencia”, en una sutil referencia a la inesperada aparición en las calles, escenario exclusivo del peronismo, de multitudes que no le responden. Moyano ratificó su respaldo al Presidente y dijo: “Una vez más nos toca poner el cuerpo para defender un gobierno popular contra el odio de las minorías”.

La vicepresidenta, Cristina Kirchner, se mantuvo ausente de todos los actos públicos. Solo emitió un mensaje por las redes sociales en las que escribió: «Que la lealtad a las convicciones, al pueblo y a la patria sigan inalterables en tiempos de pandemia. Con la misma pasión y el amor de siempre». Como se advierte no hubo ninguna referencia a Perón, y por el contrario el tuit fue acompañado por una foto del fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

La ausencia personal de Cristina, ha dejado abiertas diversas especulaciones. Entre ellas que la vicepresidenta quiso no opacar la figura de Alberto Fernández. Sin embargo otros comentarios señala que es bien conocida la distancia que mantiene con los sectores sindicales, en particular con la actual cúpula de la CGT, y también con parte de la estructura política del PJ, sobre la que sobrevuela la idea de aplicar un profundo cambio.

Alberto se abrazó al relatos históricos respecto a lo ocurrido el 17 de octubre, hace 75 años. Su primera intervención fue en la isla Martín García, donde estuvo detenido el entonces coronel Pero, lugar en el que también estuvieron presos los ex presidentes Marcelo T. de Alvear, Hipólito Yrigoyen, que el Presidente mencionó en su discurso, y Arturo Frondizi.

En el chalet donde estuvieron presos los ex presidentes, Alberto Fernández sumo a su discurso la figura emblemática de Eva Perón, y expresó: “Es bueno recordar aquella frase de Evita que nos decía que donde hay una necesidad, nace un derecho. Y la Argentina está llena de argentinos que necesitan. A todos esos argentinos vamos a darles los derechos que merecen, es la tarea que nos queda por delante”.

El acto en la isla concluyó con la colocación de un placa, descubierta por el Jefe de Estado, que dice: “En este histórico lugar en el que permaneció detenido nuestro teniente general Juan Domingo Perón, saludan y celebran por su lealtad al pueblo peronista, en su 75° aniversario, el presidente de la Nación Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof”.

En el Salón Felipe Vallese, de la CGT, Alberto Fernández habló durante unos 22 minutos, con eje sobre la historia del peronismo: «El peronismo escribió diez años magistrales en la sociedad argentina porque los logros conseguidos con Perón y Evita nunca pudieron ser conculcados pese a todo lo que hicieron por conculcarlos. Una y mil veces hicieron lo necesario para que el peronismo desaparezca de esta tierra, una y mil veces lo mataron, lo proscribieron, tuvimos que pasar con nuestro líder 18 años exiliado, vivir en una tierra donde el nombre de Perón y Evita no podía pronunciarse, donde una marcha estaba prohibida. ¿Por qué? Porque habíamos llegado a las entrañas del pueblo y le habíamos dado a ese pueblo los derechos que ese pueblo reclamaba».

Palabras que parecían estar dirigidas a las entrañas del PJ, donde se agita la posibilidad que Alberto se convierta en el presidente del partido, quién rápidamente buscó hilvanar un paralelismo con los Kirchner y enfatizó: «Perón y Evita fueron leales, cuando a su pueblo le dieron los derechos que necesitaban para vivir en ese mismo pueblo. Néstor vino años después y su lealtad a la gente le permitió a muchos volver a recuperarse después de una crisis tremenda como la de 2001. Después vino Cristina y otorgó derechos a las minorías como nunca nadie otorgó en la democracia, derechos que muchas minorías reclamaban y nadie reconocía.”

Respecto a su gestión el Presidente agradeció el apoyo y afecto de quienes estaban en el salón y les manifestó: “Comenzamos un tiempo distinto, el tiempo de la reconstrucción de la Argentina. Estoy orgulloso de poder estar al frente de este barco y poder hacerlo. Estoy seguro de los intereses que represento y no claudicaré en ninguno de los compromisos que he asumido y los primeros que vamos a socorrer son los que están en la peor situación». No anticipó cómo será la reconstrucción y ni tampoco cómo será la asistencia a los más necesitados.

Entre la expresiones de Alberto, se pudo advertir el intento de bajar niveles de confrontación con la oposición, «Este no es el antibanderazo, acá no hay odios ni rencores», también señaló: «Vamos a terminar con esa Argentina del odio, con los que piensan como nosotros y con los que piensan distinto. Una sociedad que tiene un solo discurso no es una buena sociedad y vamos a construir en la diversidad». Entre las tantas preguntas pendientes de las palabras del jefe de Estado, a qué obedece que funcionarios y aliados recurran reiteradamente a la palabra “odio” que se ha generalizado, en un momento en que se plantea la necesidad de unidad.

Fernández terminó su discurso, y como ritual de cierre de los actos del justicialismo, todos cantaron la marcha peronista, que hizo famosa Hugo del Carril que la grabó para la celebración del 17 de Octubre de 1949. La historia parecía viva, pero el Presidente, egresado y docente invitado de la UBA, en su alocución le asignó a Perón la creación de la universidad pública que fue impulsada en la década de 1880 por Roca, junto con Avellaneda y Sarmiento, y en 1918 fue el presidente Hipólito Yrigoyen quién firmó la autonomía universitaria.

Finalmente, fue un 17 de Octubre atípico en el que el jefe de Estado hizo un repaso histórico del peronismo, no hubo anuncios, y tanto dirigentes políticos, funcionarios y sindicalistas dejaron el edificio de la CGT con caras serias.
P/vfn/gr/rp.

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