jueves 28 marzo 2024

Alberto sin Cristina recordó a Néstor y celebró su triunfo electoral de 2019

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En medio de intrigas palaciegas, difíciles de descifrar, el presidente Alberto Fernández, sin la presencia de la vicepresidenta ni su hijo Máximo, titular del bloque de diputados del Frente de Todos, solo con un selecto grupo de invitados, rindió homenaje a la memoria del ex presidente Néstor Kirchner al cumplirse 10 años de su muerte, fue frente a la estatua de bronce, traída de Ecuador, e instalada ahora en el hall de acceso al Centro Cultural Kirchner.

La jornada cargada de controvertidos rumores sobre qué quiso decir CFK con su carta titulada “27 de octubre. A diez años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas.” fue interpretada por Alberto Fernández en declaraciones que formuló a radio Metro donde dijo: “Leí la carta y me gustó mucho, la sentí como un respaldo. Ella ha sido muy generosa conmigo. La carta no me resultó novedosa, son las cosas que hablo con Cristina. Creo que definitivamente la carta es en apoyo al Gobierno. Dice que vivimos un contexto en parte heredado y en parte puesto por el contexto mundial”.

Más allá del propio análisis del primer mandatario, donde se observa que toda la responsabilidad, de la crítica situación actual, no pasa por su gestión, sino que es el pasado o consecuencias externas, evita mencionar que Cristina fue precisa cuando, en el texto de 18 mil caracteres, advierte que hay “funcionarios y funcionarias” que “no funcionan” y señala “desaciertos” en la administración Fernández, con lo que resulta incierto considera que CFK dio su respaldo a la administración Fernández.

Pero el tema fue más allá, en la letra de la vicepresidenta, cuando señaló: “resignar la primera magistratura para construir un frente político con quienes no sólo criticaron duramente nuestros años de gestión sino que hasta prometieron cárcel a los kirchneristas en actos públicos o escribieron y publicaron libros en mi contra. Deberán esforzarse mucho para encontrar en la historia argentina ejemplos similares”.

CKF evitó mencionar de quienes hablaba, pero los archivos dejan constancia que en esa frase fueron alcanzados, el mismo Alberto Fernández, el titular de la Cámara de Diputados Sergio Massa, que públicamente prometió su encarcelamiento, y la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra, autora del libro “Cristina vs. Cristina” donde la cuestiona severamente.

Frente a ese escenario, Alberto Fernández respondió con el código de los políticos, y hoy se exhibió públicamente, cuando se trasladó a pie desde la Casa Rosada hasta el Centro Cultural Kirchner, acompañado por Sergio Massa, Vilma Ibarra y Santiago Cafiero, en una muestra de unidad con ellos, mientras la vicepresidenta dejó en claro que en su interior nunca perdonó ni indultó sus conductas políticas.

Sin embargo, en el texto de Cristina, cargado de sutiles mensajes, lo único contundente es su muestra de preocupación por la gravedad de la situación que atraviesa Argentina y que la llevó a escribir la propuesta de un gran acuerdo para enfrentar la situación económica, según ella por el bimonetarismo, por lo que resulta necesario convocar: “al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina».

Un cuadro complejo al que se enfrenta el actual inquilino de la Casa Rosada. En medios políticos, empresarios, sindicales y sociales, ahora la pregunta es cómo quedó, después de la carta, la relación entre Alberto y Cristina que dejó en claro que el que tiene el poder y toma las decisiones es el presidente. Más directo imposible, CFK exhibió su distancia de las medidas que salen de Balcarce 50.

Alberto, sin un Kirchner a su lado, se abrazó a la memoria de Néstor al instalar su estatua, de 2,28mts. de alto, 600 kilos de peso, realizada por Miguel Gerónimo Villalba, dijo: “Es el discurso más difícil que me ha tocado. Hoy es un día especial para todos nosotros. Porque evidentemente el destino existe y alguien quiso que el 27 de octubre del año pasado ganáramos las elecciones y volviéramos a poner a un presidente, una vicepresidenta y funcionarios preocupados por los que menos tienen. Y coincidió que, celebrando un año de esa elección, se cumplan 10 desde que Néstor nos dejó físicamente”.

Entre sollozos Fernández manifestó al cierre de su discurso: “Lo único que le pido a la vida es que Néstor Kirchner me acompañe siempre”. La incógnita es ahora si Alberto logrará que Cristina también lo acompañe. La coalición gobernarte enfrenta después de la carta de CFK, una crítica situación interna. Líneas divisorias han quedado al descubierto. Desde los sectores más duros del kirchnerismo toma los dichos de Cristina como una fuerte advertencia a toda la administración Fernández, mientras que desde el “albertismo”, si es que existe, se trata de exhibir que la jefa política del Frente de Todos le dio su respaldo al primer mandatario.

Mientras tanto, se observa una tormenta que va creciendo. En el ojo de la misma está el presidente Alberto Fernández, que tiene que convocar a un gran acuerdo, según lo propuesto por su vicepresidenta, con todos los sectores políticos, empresariales, sindicales y sociales con quienes no ha tenido una fluida relación, y en los que privan dudas sobre la validez de sus palabras. En particular en la principal coalición política opositora, Juntos por el Cambio, se evidencia una gran desconfianza respecto a la convocatoria de un gran acuerdo. Se condiciona que el mismo debe ser llamado por el presidente, previa modificación de conductas que han seriamente cuestionado, y que debe realizarse dentro del marco institucional.
P/vfn/gr/rp.

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