sábado 20 abril 2024

La carta de Cristina corrió de escena los problemas del dólar y de las tomas

Más Leídas

Por los pasillos de la Casa Rosada circuló una ola de sorpresa y desconcierto. La expresión de la vicepresidenta referida al cuestionamiento a “funcionarios y funcionarias” alteró los ánimos en más de un despacho. Pero nadie tiene claro, todavía, cual es el mensaje real de CFK cuando en forma tajante menciona los “desaciertos” de la administración Fernández. La reacción de la oposición es de cautela y desconfianza.

Desde distintos rincones del oficialismo se intenta encontrar la forma de fundamentar que Cristina le ha dado su respaldo a Alberto Fernández, pero el texto confirma que alienta, desde hace tiempo, un cambio de gabinete que el Presidente resiste. Los hombre más cuestionados son aquellos que provienen de su propio entorno. Llamó si la atención que hubo veladas críticas sobre el ministro de Economía, Martín Guzmán, quién hasta ahora había mantenido una cordial relación con la vicepresidenta.

En medio de un clima de tensiones políticas y económicas, cargado de todo tipo de rumores, donde abundan incógnitas sobre quién ejerce el poder en el país, Cristina tomó distancia de la gestión cotidiana y en forma contundente en su escrito señaló «en la Argentina el que decide es el Presidente. Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él». Sobrevuela, en Balcarce 50, la pregunta sobre qué quiso decir CFK. Varios colaboradores, cercanos al jefe de Estado, han comenzado a tratar de explicar que la vicepresidenta dejó en claro que Alberto es el que tiene el poder y toma las decisiones finales, más allá del contacto permanente que mantiene con su socia electoral.

Frente a la corrida por el dólar, Alberto Fernández reiteró, tal como lo hizo también el ministro de Economía, que no habrá devaluación, e insistió en sus reuniones con empresarios, mantenidas en las últimas semanas, que el Gobierno no se orienta a seguir el camino de Nicolás Maduro, que Argentina no va rumbo a Venezuela.

Pero la confianza con el sector empresario está muy dañada, la palabra de Alberto está muy devaluada, y su hechos concretos, como no reconocer la violación de los DD.HH por la dictadura de Maduro y más recientemente no actuar para concluir con las tomas de tierras, deja poco margen para que el empresariado argentino respalde los dichos del jefe de Estado.

No caben dudas que Cristina es absolutamente consciente de la gravedad de la situación en que se encuentra Argentina. Esto la llevó a escribir, quizás la frase que más sorprende, ya que propuso un gran acuerdo, para encauzar la situación económica, en particular el bimonetarismo, para lo entiende que es necesario convocar: “al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina».

Vuelve la vicepresidenta, deslizan dirigentes políticos, a trazarle el camino a Alberto Fernández, que hasta el presente no ha mantenido una relación fluida con la oposición. Pero la pregunta, que ronda, es si es posible una convocatoria de esta naturaleza, cuando la titular del Senado de la Nación, lo maneja en base su exclusivo criterio, corta los micrófonos de los legisladores de la oposición, y no respeta los acuerdos referidos a los temas a ser tratados durante el lapso que duren las sesiones virtuales.

La reacción de la oposición fue en principio de desconfianza de la propuesta de la vicepresidenta. La titular del PRO, Patricia Bullrich dijo que el Gobierno debe cambiar algunas posturas antes de sentarse a dialogar, entre ellas destacó: “el problema de la toma de tierras, del intento de impunidad, la lógica de liberación de los presos, el intento de avance en el modelo de Venezuela” y enfatizó: “Me parece que para que haya un diálogo sincero tiene que haber una posición real de abandono de estas posturas”, y señaló que quien tiene que convocar al diálogo “es el Presidente”.

El diputado radical Mario Negri, titular del Interbloque de Juntos por el Cambio, afirmó: “Si el Presidente hubiera convocado al diálogo cuando lo pedimos hace siete meses, quizás estaríamos en otra etapa. Pero no fuimos escuchados. Necesitamos paz, más democracia, más normalidad institucional. Sin eso no se saldrá de la crisis” y agregó: “la Vicepresidenta ya logró la centralidad que siempre busca, por eso no necesita ir mañana al acto” a llevarse a cabo en el CCK y en esa línea, señaló: “Ahora hay que escuchar la palabra del Presidente. No hay gobiernos bifrontes, no se puede gobernar con un pie en cada canoa”.

La diputada nacional por la Coalición Cívica Paula Oliveto fue de las más duras al referirse al mensaje de Cristina Kirchner. “La Vicepresidenta llama a un acuerdo con todos los sectores. La misma que busca acallar y destruir cualquier otra voz. Deje de diluir responsabilidades y dígale a su Presidente que se ponga a gobernar y solucione la crisis económica, social, sanitaria e institucional”.

En los reductos políticos se agitan todo tipo de especulaciones respecto a que motivó la carta de Cristina. Entre ellas, es “si ha decidido patear el tablero” frente a un presente que se torna cada vez más inmanejable para la gestión de Alberto Fernández, y en particular cuando se aguarda una resolución de la Corte Suprema de Justicia, que puede tener derivaciones inesperadas a nivel político, económico y con una respuesta de la sociedad cuya magnitud resulta hoy difícil de mensurar.
P/vfn/gr/rp.

Últimas Noticias

Irán e Israel evitaron una guerra abierta, pero se mantiene un estado de alerta global

Beirut. El alcance de la respuesta militar de Israel al primer ataque directo de Irán contra el país sigue...

Más Noticias