sábado 20 abril 2024

Covid-19. Se altera el programa nacional de vacunación, Rusia admite demoras en la producción de la Sputnik V

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Luego de tres suspensiones del vuelo AR 1062, de Aerolíneas Argentinas, con destino al Aeropuerto Internacional de Moscú-Sheremétievo finalmente partió en la noche del martes. Su regreso estimado a Ezeiza demorará 40hs, tiempo que demanda el vuelo y la carga. Hasta ahora los anuncios oficiales señalan que el AirBus 330-200 volvería con 600mil dosis de Sputnik V, pero solo de la primera aplicación.

En la Casa Rosada se tiene plena consciencia que Rusia no podrá cumplir con el programa acordado con la administración Fernández. La situación se explicito cuando Kirill Dmitriev, CEO del fondo que produce la Sputnik V, anticipó que «podría haber demoras» en la producción, en una entrevista con el canal de noticias de Estados Unidos, CNBC, en la que vinculó la situación del laboratorio Gamaleya con lo que ocurre con Pfizer y AztraZeneca, y afirmó: «Las demoras son entendibles; toda la cadena de producción tiene muchos componentes, y si hay un problema con un componente eso retrasa las cosas».

En los despachos del ministerio de Salud creció la tensión. Internamente se admitía que la cantidad de dosis anunciadas, por el ministro González García, que llegarían a la Argentina, 4.700millones antes de fin de enero, y 14.500 millones en febrero, será muy difícil que se pueda lograr.

Más, las demoras del tercer vuelo, de Aerolíneas, estuvieron vinculadas a que desde Moscú se advirtió que no tenían disponibilidad de vacunas. En medio de esa crítica situación, las negociadoras con el Fondo Ruso de Inversión Directa, Cecilia Nicolini, asesora presidencial, y Carla Vizzotti, secretaria de Salud, se comunicaron con los gerentes del Fondo para solicitarles que manden las vacunas que tengan. En consecuencia hasta el momento de la carga, en el aeropuerto de Sheremétievo, no se sabrá cuántas Sputnik V llegarán antes de finalizar enero.

La administración Fernández ha tenido dos episodios que deberían tomar en cuenta en las negociaciones con el presidente ruso Vladimir Putin. El primero, fue cuando Alberto Fernández se enteró por los medios internacionales que Putin no se aplicaba la vacuna por que no estaba aprobada para los mayores de 60 años. De hecho, hasta el presente el Jefe de Estado de Rusia no informó, públicamente, haber recibido la dosis de la Sputnik V. El segunda, es que el Kremlin no puede asegurarle a la Casa Rosada los plazos de entrega, más allá que todos los contratos estén firmados, y cumplimentados los pagos, situación que indefectiblemente
afectará el programa argentino de vacunación.

En definitiva, la administración Fernández entró en un laberinto respecto a la campaña de vacunación, que esperaba tener avanzada antes de la llegada de los fríos de otoño, con la posible aparición de la segunda ola de la pandemia. Se había depositado toda la confianza en la provisión de la vacuna rusa, y se demoró con otras negociaciones. Con Pfizer el tema se encuentra en un cono de incógnita, respecto a AstraZeneca las primeras dosis llegarían recién en marzo, y con Moderna, el laboratorio adelantó que tendría producción disponible de su vacuna recién para el segundo semestre de 2021.
P/BN/v-vfn/gr.rp.


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