La Rusia de Putin, «la férrea pulsión zarista que atraviesa los siglos sin perder su impronta imperial” El Cosmismo

“La inmortalidad se tiene que convertir en nuestra idea nacional” – Dimitri Itskov

“EL COSMISMO”

Eduardo A. Moro

Las élites rusas están en búsqueda de una ideología de recambio, en base a una nueva alianza entre la ciencia y la fe. Sienten que tienen a su cargo una misión cósmica y la creación del superhombre: el hombre inmortal, que no es el superhombre de Nietzsche, porque la voluntad de poder se acompaña ahora con dios, mal que le pese a Zaratustra.

Su inspirador es el filósofo “santón” Nikolai Fiodorov (1823-1903), quien postuló el culto de los ancestros. Una búsqueda espiritual y una meditación cósmica, mezcla de fe cristiana y de fe en el poder de la ciencia y la técnica. Invita a la humanidad a evolucionar hacia una nueva fase de gestión activa del universo y de mejorar la técnica de la condición humana. Se aclimata al optimismo y cientificismo de la nueva sociedad rusa, conteniendo elementos dignos de ser retenidos y englobados en su proverbial idea imperial.

La filosofía de Fiodorov es una de las únicas que franquea la ruptura revolucionaria. Marginal y ascético, las extravagantes ideas de Fiodorov despertaron el interés de Dostoievsky, Tolstoi y Kandinsky (1866-1944). El sacerdote y paleontólogo francés Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) queda marcado por su pensamiento. Y posteriormente más allá de la etapa estalinista, el utopismo cosmista renace en una visión tecnicista durante el inicio de oro de la conquista espacial rusa: 1957 – 1961. (Juliette Faure, Le monde diplomatique, diciembre, 2018)

Fiodorov, último filósofo religioso mencionado en la Unión Soviética, y producida la implosión del Soviét es también el primero en ser vuelto a recordar y publicar a partir de los años 1970. Rusia ha recuperado interés por el cosmismo, refundando una ideología nacional con pretensiones de ser la sucesora del comunismo.

Desde la cima del Estado y de las Jerarquías ortodoxas, se consagra la defensa de los valores tradicionales para inspirar y acompañar sin reparos la promoción del progreso tecno científico. Putin promueve las “religiones tradicionales” e incluso la “sexualidad tradicional”, al mismo tiempo que llama a una hipermodernización tecnológica.

En muchas Universidades rusas hay Departamentos de Teología, y en la ciudad de Sarov, lugar santo ortodoxo y el principal sitio del desarrollo del programa nuclear soviético, el Patriarca Cirilo y Serguei Kirienko, Director de la agencia nuclear Rosatom, fundaron el Centro Espiritual y Científico destinado a unificar los vínculos de investigación entre ciencia y religión, en una “interacción de beneficio para Rusia”.

El último 11 de marzo de 2020 los diarios argentinos dan cuenta de la decisión parlamentaria de habilitar a Putin a repetir su mandato hasta el 2036. El único grupo que votó en contra fue el del Partido Comunista (obviamente laico). Con tal motivo Putin- el 007 ruso- ha declarado que para él, Rusia necesita «cambios mediante la evolución», ya que ha vivido en su historia «bastantes revoluciones». «Habrá un día en que el poder supremo (…) no estará vinculado a una persona específica».

Por sobre todo este largo y peligroso periplo se adivina como hilo conductor la férrea pulsión zarista que atraviesa los siglos sin perder su impronta imperial, aspirando ahora a colonizar el cosmos y conseguir la inmortalidad, como objetivo específico de uno de sus más destacados empresarios y mecenas: Dimitri Itskow, quien funda y financia la Iniciativa 2045 (véase: www.2045.ru). En estos días, con el planeta conmovido por la acción devastadora del coronavirus, resulta cuanto menos paradojal que una de las superpotencias mundiales esté trabajando con este enfoque sobre el cosmismo y la eternidad.
Eduardo A. Moro
CC/BN/www.nuevospapeles.com/nota/el-cosmismo/rp.


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