viernes 19 abril 2024

Argentina se retira del Grupo Lima, se acerca al régimen venezolano y se aísla internacionalmente

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La administración Fernández ordenó el retiró del Grupo de Lima en rechazo al trato que se le dio a Venezuela, es una señal de acercamiento a Nicolás Maduro. El Gobierno dijo que mantendrá «su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía de cada Estado».

La Casa Rosada explicó que la decisión se tomó por diferencias con el trato que ese bloque le dio a la situación de la crisis de Venezuela, que según entienden en Balcarce 50 «no ha conducido a nada». Esta posición se contrapone con la de un total de 13 países americanos integrantes hoy del grupo: Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía. También avalan al grupo Barbados, Estados Unidos, Granada, y Jamaica. Debe considerarse, que además, Argentina se enfrenta a la posición de la Casa Blanca, que definió al régimen chavista como una amenaza para su seguridad.

De esta forma, el gobierno de Alberto Fernández tuvo un gesto de acercamiento al dictador Nicolás Maduro, olvidando las agraviantes descalificaciones que le propinó Diosdado Cabello, el hombre fuerte régimen, y ratificó que su intención es trabajar para «encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado».

La Cancillería, a cargo de Felipe Solá, en un comunicado justificó el retiro en razón de: “la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”, en relación al reconocimiento que ese grupo hizo del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, reconocimiento que también realizó la Unión Europea.

En otro tramo el comunicado intenta un tibio reproche al régimen chavista: “Es claro que no pueden desconocer, sin embargo, que producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad. Un diálogo del que deben formar parte, pero del que no puede apartar a la oposición en su conjunto. Un diálogo que sin duda se vería enriquecido con voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones”. Esta expresión, de la Cancillería, no toma en cuenta los reclamos formulados por la Iglesia Católica de Venezuela, que no fueron escuchado en el Palacio de Miraflores, que tampoco existe en organización independiente que agrupe al sector empresario que pueda exponer sus ideas, y que las organizaciones sociales están bajo riguroso control el régimen.

Pero, el párrafo más llamativo del documento de la Cancillería, es en el que sostiene: “En un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”. Se elude, en este relato, que el éxodo de venezolanos, que ya alcanza a cinco millones de personas, comenzó antes de la pandemia y fue generado por la destrucción de la economía del país, que hundió en la máxima pobreza a su población.

Por otra parte, el escrito de la Cancillería, remarca que: “las sanciones han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”. Cancillería desconoce los informes de las graves violaciones de los DD.HH, de la dictadura de Maduro, formulados por Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, que implican persecución y encarcelamiento a los opositores, privación de la libertad de expresión, restricción a la vigencia del estado de derecho.

Fuente diplomáticas advierten que con este paso Argentina profundiza su aislamiento internacional. No descartan mayores inconvenientes con sus socios del Mercosur, Brasil, Uruguay y Paraguay, como tampoco que se profundice el distanciamiento con Chile. Pero el tema central es que esta posición de la Casa Rosada, choca con la de Washington y la de la Unión Europea, y abre un profunda incógnita hacia dónde va el Gobierno de Alberto Fernández, que parece haber atado su suerte al grupo ideológico de Puebla, en la conformación de un eje que integra junto con Bolivia y México.
P/BN/vfn/gr.rp.

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