El golpe electoral que recibió el Gobierno en las primarias de todo el país se sintió en los ánimos de la Casa Rosada. El presidente Alberto Fernández retomó la actividad con un acto oficial en el que ignoró el resultado adverso de las urnas, y como si no entendiera el mensaje de los votos que reclaman cabios profundos en las políticas del Gobierno, afirmó: «Confío en que el camino que iniciamos en 2019 no se altere».
Pero a la mañana, después de la debacle electoral de las PASO, varios dirigentes que conforman el espacio del Frente de Todos salieron a pedir “cambios urgentes” en el Gabinete. Frente a esto, en el entorno del presidente Alberto Fernández aseguran que no tienen pensado hacer cambios en el equipo, pero sí apelarán a modificar la estrategia dado que se trata de una derrota que “es de todos”.
De esta forma, el «albertismo» buscó repartir la responsabilidad en la derrota, aprovechando que ninguno de los referentes del Frente de Todos salió fortalecido del resultado de estos comicios.
Los dardos están apuntados al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a quien en el Instituto Patria reclaman correr desde hace meses. En las primeras horas posteriores al golpe electoral, Fernández volvió a respaldar a su titular de ministros y su intención es mantener el equipo completo.
El primero en salir culpar a algunos de los funcionarios cercanos al presidente fue el ex piquetero, Luis D’Elía, quien expresó por Radio Colonia, que en la jefatura de Gabinete y en el Ministerio de Economía el gobierno “debería ir con otra gente”. “Hay que hacer un cambio generalizado de gabinete”, apuntó D’Elía que, abundó en críticas y lanzó: «Ahora el Presidente debe decidir si es De La Rúa o Néstor Kirchner».
Como si fuera poco, también apareció la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que siempre habla bajo control de la vicepresidenta Cristina Kirchner, recalcó: «Si el Presidente no cambia a un montón de gente que tiene al lado, que le hacen el diario como a Yrigoyen, un diario especial para él, no va a poder funcionar».
Para el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE,) Juan Grabois, con línea directa con Cristina, enfatizó que el problema está en los nombres de quienes acompañan al gobierno. «Hay un gabinete muy mediocre y no hay jefatura de Gabinete, los ministros no se hablan entre sí», y afirmó., sobre la derrota del Frente de Todos: : «Fue una debacle, un baldazo de agua fría»
A pesar del fuegos interno contra su gabinete, el presidente, Alberto Fernández, en el acto donde presentó el proyecto de Ley de Compre Argentino, sentenció: «Confío en que el camino que iniciamos en 2019 no se altere, y en lo que a nosotros concierne no se va a alterar”. Una frase que abre dudas sobre , si el Presidente entendió el resultado electoral, que reclama cambios en sus políticas de su primeros dos años de gestión.
Por su parte, el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, fue el primero de los funcionarios de Gobierno en respaldar al presidente, y reiteró el llamado a la militancia kirchnerista a que recupere las calles de cara al 14 de noviembre, tal como pidió Fernández en el búnker de Chacarita, e insistió en señalar que no hay cambios previstos el equipo de gobierno.
Mientras tanto Alberto F. consciente que su pareja, Fabiola Yañez, también está en el centro de las críticas K la llevó hoy al acto oficial de presentación del proyecto de Ley de Compre Argentino, Desarrollo de Proveedores y Compras para la Innovación se desarrolló en el Museo del Bicentenario de Casa, y contó también con la presencia de funcionarios cuestionados por el Instituto Patria, como el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el ministro de economía, Martín Guzmán, también estuvieron presente diferentes dirigentes sindicales y empresarios, en un claro gesto de respaldo al Gobierno.
En ámbitos políticos y económicos, sobrevuela una pregunta sin respuesta es si la dirigencia del Frente de Todos y básicamente la administración Fernández, ha tenido noción del mensaje de las urnas, que no se responde con un simple maquillaje, sino que demanda un profundo cambio en todas las políticas de gobierno, y por sobre todo tener en claro cuál será el plan de Alberto y Cristina para los próximos dos años.
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