La declaración de la “guerra” contra la inflación que prometió Alberto Fernández generó una expectativa que se diluyó frente a un discurso presidencial vacío de contenido. En un mensaje grabado de 18 minutos, Fernández enfatizó que el acuerdo con el FMI -que el cristinismo rechazó- es el primer paso para ordenar la macroeconomía. “Ha sido un momento histórico. Por primera vez la refinanciación de una deuda con el FMI se discute y se aprueba en el Congreso”, celebró el mandatario, aunque nada dijo del rechazo de los socios mayoritarios del Frente de Todos, que quedaron en soledad, y que el acuerdo se aprobó por la responsabilidad de Juntos por el Cambio, que evitó que Argentina cayera en default con el FMI.
El Presidente dibujó el marco general de las medidas pero transfirió su diseño e implementación a los ministros que integran el área económica del Gabinete. Estos funcionarios serán los responsables de anunciar, en los próximos días, las medidas para enfrentar a la inflación. El equipo económico mantendrá reuniones a comienzos de la próxima semana con la conducción de la CGT y de la Unión Industrial Argentina, con quienes el Presidente se entrevistó en la Casa Rosada, el miércoles, luego de que el Consejo del Salario estableciera el nuevo haber mínimo.
Fernández, trató de exhibir su poder de mando y expresó: «He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana», sostuvo Fernández, que anunció la creación de un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de la suba internacional del precio del trigo y sus derivados, producto de la guerra entre Rusia y Ucrania. En pocas palabras el jefe de Estado, no solo transfirió a sus ministros la responsabilidad de elaborar las medidas para combatir la inflación, sino que se desligó de asumir él la responsabilidad de comunicarlas a la Nación.
Este sábado, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, brindará una conferencia de prensa en la que dará más detalles sobre las medidas. Deberá lidiar con el creciente estado de protesta del Campo, que se acrecentará después que se concrete el anuncio oficial de aumento de las retenciones a los derivados de la soja, que pasarán del 31% al 33%. Por su parte el lunes, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas anunciará más medidas y el martes se convocará a un mesa para un acuerdo económico y social de precios y salarios, una promesa de campaña del Presidente que nunca terminó de materializarse.
Fernández destacó que hace más de 10 años la Argentina vive con inflación alta, y encontró un nuevo motivo para justificar la incapacidad de sus 26 meses de gestión en los que nada hizo para combatirla, ahora es «la guerra» y su impacto en la economía global, pero también volvió al “ahora Macri” y subrayó la ineficacia del gobierno anterior, a pesar de sus promesas, para bajar los precios. Negó, además, que la condición de la Argentina como productor de alimentos exceptúe al país de la crisis o signifique una oportunidad. «Una guerra es siempre una mala noticia», señaló, sin tener en cuenta que él utilizó inapropiadamente el término “guerra” contra la inflación que prometió comenzar este viernes, promesa que no cumplió.
De una vieja caja de herramientas, ineficientes, el mandatario dejó abierta la posibilidad de implementar la Ley de Abastecimiento, apuntó contra «la codicia» de los formadores de precios y advirtió que no dejará de fiscalizar y controlar comercios. Fernández parece no tener información que el “plan Feletti” de congelamiento de precios fracasó, ya que la inflación en enero se ubicó en el 3,9%, en febrero escaló al 4,7% y se encendieron las alarmas, en la Casa Rosada, ante estimaciones que en marzo podría superar el 5%.
La conclusión del intrascendente mensaje de Alberto Fernández, en el que nada concreto se anunció, dejó en claro que “la guerra” todavía no comenzó, que no había una previa planificación ya desarrollada que recién ahora quedó en manos de los ministros armarla. La nueva promesa de Fernández es que la próxima semana esos funcionarios comenzaran a anunciar algunas medidas con las que pretenden contener la inflación que está destrozando la economía y las finanzas del país.
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