Luego de un mes de ingresos récord del campo, que superaron los US$ 4.200 millones el mes pasado, en el que el Banco Central no logró captar ni siquiera el 10% de esos dólares liquidados, la mirada de la mayoría de los economistas de la City está puesta en la capacidad de la autoridad monetaria de hacerse de los billetes para sus arcas. Sin embargo, para Daniel Gerold, uno de los consultores más respetados del país en materia energética, esta dificultad era algo previsible.
Gerold, advirtió que el desafío de cumplir la meta de acumulación de Reservas Internacionales pactada con el FMI, estará condicionado por la demanda exponencial de importaciones energéticas que necesitará el país este año.
«Va a haber un enorme déficit fiscal este año por este suministro de energía a segmentos del mercado que no pagan los verdaderos costos», señaló el especialista, en un panel organizado por el IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas), bajo el lema “Reconstruir un país mejor. Oportunidades para las generaciones futuras”.
Pese a asegurar un corto plazo que será «complicado», el fundador y director de G&G Energy Consultants vislumbró una oportunidad de crecimiento para el país de mediano y largo plazo basada en el sector energético.
En los cálculos hechos en el nuevo contexto global dado por el aumento de los precios de los commodities, Argentina necesitará importaciones por US$ 11.000 millones para garantizar el abastecimiento energético de su matriz productiva.
El panorama es especialmente complicado este año a partir de los conflictos geopolíticos, pero el aumento de los precios globales son para Gerold una tendencia que se vislumbraba desde antes: “El precio de la energía ya estaba aumentando, incluso antes de la guerra en Ucrania, porque no había proyectos nuevos iniciándose. La inversión en producción de gas y petróleo era 40% menor de lo que fue en 2015″, advirtió.
Gerold destacó que la Argentina produce hoy el gas natural más barato del mundo. «Tenemos una buena ley de hidrocarburos que hoy está desactualizada porque apuntaba al autoabastecimiento petrolero, cuando lo que resulta prioritario en la actualidad es el autoabastecimiento económico, que es condición indispensable para desarrollar una política energética integral, con las inversiones que hagan falta».
Sin embargo, hacia adelante, la coyuntura global la da a la Argentina una oportunidad .»En los últimos 18 meses vemos un aumento en la productividad en Vaca Muerta que reduce los costos de la explotación de petróleo y gas», dijo el especialista y agregó: «Hacia adelante, se vuelve rentable la explotación de estos recursos. Sin embargo, Argentina tiene que dejar atrás un escenario de 20 años donde lo normal fue la emergencia económica».
«Lo normal es la emergencia, que no rijan las leyes que regulan al sector, que no haya una macro estable. Esto conspira con el largo plazo», alertó Gerold ante los ejecutivos de finanzas de las empresas líderes del país. Salir de esta situación, para el especialista no depende «nada más de un Gobierno. Hace 20 años que vivimos en un contexto de anormalidades», aseguró.
Para poder atraer las inversiones a largo plazo que necesita el sector para poner en marcha proyectos faraónicos como el de Vaca Muerta, Gerold dijo que se necesita: «firmó: «consenso político sobre ciertas reglas lógicas, para no cambiar todo el tiempo las leyes».
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