El presidente Alberto Fernández, habló en la Cumbre de las Américas como titular de la Celac, según sus propias palabras, sin presentarse como el Jefe de Estado de la república Argentina. El discurso estuvo centrado en la defensa de las dictaduras de Venezuela y Cuba, planteó en un foro internacional cuestiones de política nacional, y pidió la salida del titular de la OEA, sin tener en cuenta que el mismo fue electo por los integrantes del organismo regional.
Fernández apareció convencido que era un líder latinoamericano y señaló: “El silencio de los ausentes nos interpreta”, y fue más allá, le cuestionó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anfitrión de la cumbre, que no tenía derecho a determinar a quiénes se invitaban al foro.
El presidente de Argentina, quién habló previamente con del dictador venezolano Nicolás Maduro, lanzó como representante de las autocracias. “Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas. Con medidas de ese tipo se busca condicionar a gobiernos, pero en los hechos solo se lastima a los pueblos”, describió Fernández, que desconoce que Cuba no sufre bloqueo sino un embargo de Estados Unidos, ya que puede comercializar libremente con otros países, y que por otra parte Venezuela ha mantenido alguna negociación con Estados Unidos, por el tema petrolero en los últimos tiempos.
Lo cierto es que Estados Unidos tenía, como país anfitrión, la facultad de invitar según los criterios de la Carta Democrática Interamericana, a la que adhirieron los países que integran la Cumbre de la Américas en Quebec, en 2001. Ese año se decidió que se excluiría a aquellos regímenes que no se rigieran por los principios democráticos.
Rompiendo todo protocolo diplomático, Alberto F. también se metió en la cuestiones de política interna de Estados Unidos y mirando a Joe Biden dijo: “Presidente BidenLos años previos a su llegada al Gobierno estuvieron signados por una política inmensamente dañina para nuestra región desplegada por la administración que lo precedió. Es hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen”, remató el jefe del Estado en referencia a la administración de Donald Trump.
No fue la única mención para el expresidente de Estados Unidos. Según relató, fue “decisiva” la intervención del gobierno de Trump ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) “para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en decadencia” que se realizó “con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política”. Ya remató: “Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino”.
Fernández, que enfrenta una crisis política en el interior de su gobierno, que no ha podido implementar la “guerra a la inflación” que prometió, u para no abundar en otros temas solo considerar la paralización que muestra su gestión, se animó sin embargo, a decirle a Biden . “Les propongo dos grandes objetivos: organicemos continentalmente la producción de alimentos y proteínas y desarrollemos nuestro enorme potencial energético y de minerales críticos para la transición ecológica”.
En medios diplomáticos, se aguarda conocer la reacción de la Casa Blanca a los dichos del presidente Fernández, que son considerados irreverentes y provenientes de un mandatario políticamente debilitado y en consecuencia sin mayor trascendencia, mientras en fuentes políticas del país se considera que la presentación del Jefe de Estado, en Los Ángeles, fue un verdadero dislate, que utilizó un atril internacional para exponer sus propios conflictos internos y dirigirse a su platea que lo cuestiona, sin utilizar el foro internacional para exponer los verdaderos intereses de la Argentina.
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