viernes 19 abril 2024

Cuaderno de opiniones. Palabrerío hueco en un «Stand up» judicial

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Cristina Fernández de Kirchner entre Hans Kelsen y Lázar

Por Dr. Jorge R. Enríquez (*)

La señora de Kirchner usó de la palabra luego del alegato de su defensor en la causa “Vialidad”. Es un derecho que le concede el Código Procesal Penal en su art. 104, con independencia de su condición de abogada. Pero ella dijo que si no fuera porque es abogada habría quedado en un estado de indefensión.

No sabemos si lo hizo para criticar la labor de su defensor, el doctor Carlos Beraldi, para intentar una rebaja de los honorarios de éste o, más probablemente, porque carecía de la menor idea acerca de lo que estaba manifestando. Fue una exposición que nada agregó a su defensa.

Discurrió, como era de esperar, por caminos extraños, con referencias que no tenían ninguna vinculación con la causa en la que se la investiga. Los argumentos, por llamarlos de alguna forma, fueron risibles. Por ejemplo, sostuvo que ella y su marido habían sido muy buenos y que nadie podía pensar que personas buenas cometieran delitos.

En ese mismo orden de reflexiones, postuló que como fue electa por el pueblo no puede haber integrado una asociación ilícita. Una idea curiosa, que excluye de cualquier responsabilidad penal a los funcionarios electos popularmente. Curiosa, pero absolutamente incompatible con el Estado de Derecho, que se basa en el concepto opuesto: la igualdad ante la ley.

La imputada volvió sobre su repetida monserga acerca de una conspiración universal contra ella, de la que los fiscales y los jueces de la causa con meros instrumentos. Más que una recusación, un manotazo de ahogada

En su extravío, no se dirigía en verdad a los jueces. El suyo fue un discurso de barricada destinado a militantes sin mayor formación jurídica ni de ningún otro tipo. De otra forma no se entiende que explicara quién fue el jurista austríaco Hans Kelsen, enorme figura del Derecho que cualquier estudiante conoce desde primer año, por lo que, no hay duda que los magistrados judiciales, también.

La desopilante referencia a Hans Kelsen -de la que, también previsiblemente, solo recordaba la famosa “pirámide jurídica” que se le atribuye- tampoco tenía el menor sentido ni iluminaba ningún aspecto de su defensa. Solo indica su absoluta ignorancia acerca del autor de “La teoría pura del Derecho”, que fue un extraordinario exponente del Estado Constitucional de Derecho, que es la antítesis del populismo autoritario que ella encarna.

Nadie imagina a Kelsen diciendo, por ejemplo, que la división de poderes es una antigualla del siglo XVIII. Sin embargo, este nuevo papelón de la “abogada exitosa” no fue percibido por sus corifeos. Estos, sin dudas respondiendo a una precisa instrucción del Instituto Patria, salieron en manada a afirmar que la jefa del movimiento había dado una clase magistral de derecho constitucional y administrativo.

Es de esperar que la señora de Kirchner no se enoje con ellos por haber omitido las demás ramas del Derecho, en las que hay que imaginar que dicta las mismas cátedras con un fulgor que no se observa desde las Institutas de Gayo y de Justiniano. El palabrerío hueco ya cesó. Ahora deben hablar los jueces..

(*)Ex Diputado Nacional – Presidente Asociación Civil JUSTA CAUSA

P/ag.jorgeenríquez/gr.rp.

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