Estos elevados indicadores de indigencia y pobreza, y el estancamiento y retroceso de la primera mitad de este año, se explican por el retroceso de los ingresos de la población, en especial asalariados, jubilados y trabajadores independientes y por la mala calidad del mayor empleo (asalariados y cuentapropistas informales, sin aportes jubilatorios).
El 36,5 % equivale a 17.000.000 de pobres, proyectando a todo el país, incluyendo las zonas rurales, los datos que difundió este miércoles el INDEC. Un año atrás sumaban 18,9 millones, pero casi no varían respecto de 6 meses atrás.
De los casi 17 millones, 4,1 millones son indigentes porque tienen ingresos por debajo del costo de los alimentos básicos, con una leve suba, en especial en la Región Metropolitana ( Capital y GBA).
En el Conurbano Bonaerense el número de pobres se redujo de 5.672.335 un año atrás a 5.325.310 en los siguientes 6 meses pero se mantiene en 5.321.473. De esos totales, los indigentes pasan de 1.726.632 un año atrás a 1.326.632 en los siguientes 6 meses pero aumentan a 1.509.538 entre enero y junio de este año.
Los partidos bonaerenses se destacan con un 42% de pobreza y una indigencia del 11,9%, ambos bien por encima del promedio.
En la Ciudad de Buenos Aires, los indigentes suben del 2,3% al 3,9% en igual período.
Los analistas de Ecolatina explicaron que “los sectores de menores recursos se ven más afectados por la dinámica de los precios de alimentos que el resto, dado que destinan una mayor porción de su ingreso a satisfacer estos consumos de primera necesidad. Por el contrario, las familias más ricas gastan más en bienes de segunda necesidad, como pueden ser artículos para el hogar, educación y esparcimiento, entre otros”.
“Esta aceleración en los precios de los alimentos volvió más regresiva a la dinámica inflacionaria, afectando en mayor medida relativa a los sectores de menores recursos”, indicó Ecolatina.
Además, la medición de la Di Tella, en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) con las proyecciones oficiales de la Canasta Básica Total (CBT), indica que a partir de abril se retomó la tendencia alcista que ubicó la pobreza en 36,2% para el período diciembre-mayo y volvió al 37,1% para el primer semestre del año, registro de apenas décimas por debajo del último dato oficial del Indec de 37,3% para 2021.
Desde entonces, con índices de precios al consumidor que se ubicaron holgadamente por encima de 6% en julio y agosto, la tasa de pobreza se ubicaría actualmente nuevamente en niveles cercanos al 40%. “El nowcast estima una tasa de pobreza de 39,9% para el semestre marzo-agosto de 2022″, señala el informe elaborado por Rozada, en el que detalla que la CBT promedio tomada de referencia para la región metropolitana en ese período estimó en $33.400 por adulto equivalente, lo que equivale aumento interanual de 58,5%, mientras que para el promedio del ingreso total familiar se proyectó un incremento interanual de 57,8%. “Con estos datos y la simulación de los microdatos de la EPH del segundo y tercer trimestres de 2022 se proyectó la tasa de pobreza”, detalló.
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