Moscú – Bajo la égida del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, las fuerzas «estratégicas» de Moscú llevaron a cabo este 26 de octubre un ejercicio para poner a prueba sus capacidades nucleares, pero también para mostrar músculo, como un mensaje de disuasión al enemigo.
Según el parte del ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, al mandatario, en las maniobras se practicó el «lanzamiento de un ataque nuclear masivo por parte de las fuerzas estratégicas ofensivas en respuesta a un ataque» similar por parte del enemigo.
«Trueno» fue el nombre de la operación que involucró submarinos con capacidad para este tipo de armamento, bombarderos estratégicos TU-95 y el lanzamiento de prueba de misiles balísticos intercontinentales desde mar y tierra.
Putin personalmente subrayó los «riesgos» que existen sobre el desarrollo de un conflicto. «Hay nuevos riesgos y desafíos para nuestra seguridad colectiva», puntualizó. Y es que las declaraciones las formuló en el contexto de una reunión de funcionarios de inteligencia de las naciones exsoviéticas. Según el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valery Guerásimov, las maniobras fueron un «éxito».
La víspera, el Pentágono dio a conocer que el Kremlin le notificó su intención de realizar este tipo de maniobras, justo en el momento que la Organización Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realiza sus propios simulacros para también probar sus capacidades nucleares.
Según Reuters, citando a Washington, la notificación redujo el riesgo de error de cálculo en un momento en que Rusia utiliza una retórica nuclear «imprudente». El ejercicio de la OTAN, llamado «Steadfast Noon», se llevará a cabo hasta el próximo 30 de octubre con las capacidades atómicas estadounidenses con base en Europa.
Ambos ejercicios se suceden en un contexto complejo. El hecho de que la estrategia rusa en el terreno ucraniano no marche como planeó el Kremlin, occidente teme que Moscú utilice armamento superior en Ucrania como estrategia para inclinar una balanza que no ha sido de beneficio para Rusia.
En este sentido se suman las acusaciones rusas sobre la probable detonación de una ‘bomba sucia’ por parte de kiev en su territorio. Una acusación que Ucrania y sus aliados occidentales niegan, calificando las afirmaciones de la contraparte como una operación de falsa bandera para escalar el conflicto.
En este sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lanzó una advertencia a su homólogo ruso: «No garantizo que sea una operación de bandera falsa todavía, no lo sé, pero sería un grave, grave error», enfatizó contestando la pregunta de un periodista.
Anteriormente, Biden había recalcado que «Rusia estaría cometiendo un error increíblemente grave si utiliza un arma nuclear táctica». Así, el mandatario trazaba una línea roja a su homólogo ruso en cuanto al uso de estas capacidades.
INT/ag.vfn.europapress/re.rp.