sábado 20 abril 2024

Bajo presión “K” el Presidente arma una gigantesca mesa electoral y sienta a gobernadores, políticos, sindicalistas y dirigentes sociales

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Luego de negarse durante meses, el Presidente Alberto Fernández cedió a los pedidos del kirchnerismo y de Sergio Massa y convocará a una mesa política para conversar sobre la estrategia electoral del Frente de Todos.

 “Es habitual que se armen estas mesas para las campañas. Ahora se anticipa un poco por que Alberto ve la posibilidad de sentar a todos y que todos queden comprometidos a la unidad ante todo”, le dijo uno de los ministros más cercanos al Presidente.

El Presidente actuó luego de que se agudizó la pelea interna, pero diagramó una convocatoria que enojará a sus socios. En la Casa Rosada adelantaron que el llamado que se difundirá la semana que viene incluye invitaciones a gobernadores, piqueteros y sindicalistas. Esa decisión implica algunos problemas.

Los gobernadores ya demostraron que no piensan interesarse por la suerte del Frente de Todos a nivel nacional. Con el anuncio de La Rioja, ya son 15 las provincias que separarán las elecciones provinciales de la pelea nacional. Algunas lo harán por las imposiciones legales, pero la mayoría lo hacen para protegerse del castigo electoral que esperan para el Gobierno nacional.

A su vez, las organizaciones sociales, que tienen representación en el Gobierno con cargos importantes y también bancas en el Congreso, cargan con un estigma largamente comprobado en diferentes elecciones: no tienen votos.

Lo mismo les ocurre a los sindicalistas, con lo cual la mesa de estrategia electoral que organizó el Presidente tendrá tres patas que -por decisión propia o por deficiencias involuntarias- tendrán una relevancia casi nula en los resultados de agosto y de octubre. En rigor, la situación puede llegar a ser aún peor: a pesar de que no tendrán injerencia en el desarrollo de la elección nacional, gobernadores, movimientos sociales y sindicalistas podrán opinar y condicionar las decisiones estratégicas de un espacio que ya tiene suficientes problemas como para buscar nuevos.

El Presidente sabe que, por más que amplíe la cantidad de sillas, nunca conseguirá apoyos determinantes. En el Frente de Todos casi no hay dirigentes que estén impulsando su reelección. Pero también es cierto que agregando comensales también se garantiza más gente que preferiría ver a Cristina Kirchner jubilada. Por eso apuesta por las reuniones masivas en las que resulten licuados los nucleos duros del kirchnerismo.

En el Frente de Todos ya hubo una mesa electoral más chica y operativa que la que se diagramó ahora, y que formaban Sergio Massa, Axel Kicillof, Santiago Cafiero, Máximo Kirchner y Wado de Pedro, pero ese mecanismo estalló durante el cierre de las listas para la elección de 2021 y terminó pulverizado con el resultado de ese turno electoral.

Ese es el dilema del oficialismo: allí todos saben que su única posibilidad de mantenerse competitivos es conservar la unidad pero cualquiera de los nombres que ya adelantaron que quieren ser candidatos generaron rechazo o, peor aún, indeferencia.

P/ag.agencias.cl.ln.ifb./gr.

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