Hiroshima. El primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció que su Gobierno prohíbe “todas las importaciones de diamantes, cobre, aluminio y níquel rusos”.
Específicamente, el veto a los diamantes rusos podría resultar en gran medida simbólico, a menos de que se lleve a cabo junto con otros países, ya que Reino Unido previamente ha impuesto aranceles punitivos del 35 % a los diamantes y metales de la nación invasora.
Pero se espera que la multimillonaria industria de diamantes rusos sea abordada por las siete potencias durante el encuentro que se extenderá por tres días, adelantó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Ese rubro ruso está valorado en entre 4.000 y 5.000 millones de dólares al año, por lo que es una fuente fundamental de ingresos para el Kremlin mediante los impuestos al sector.
El Gobierno británico detalló que sus medidas económicas apuntarán contra 86 personas y empresas más que, según la Administración de Sunak, están «conectadas con el sector de energía, metales, defensa, transporte y finanzas de Rusia», así como con el “complejo militar-industrial” del presidente Vladimir Putin.
Es “una nueva ola de sanciones dirigidas a empresas e individuos relacionados con la capacidad de Rusia para financiar y librar la guerra”, agregó el Gobierno británico en un comunicado.
Un alto funcionario del Gobierno, que habló en condición de anonimato y citado por la agencia AP, señaló que Washington está aplicando un nuevo paquete de sanciones para atacar las fuentes de ingresos del Kremlin.
«Todos los miembros del G7 se están preparando para implementar nuevas sanciones y controles de exportación (…) Pero Estados Unidos lanzará un paquete sustancial propio», indicó.
Las medidas de Washington incluyen cortar las exportaciones estadounidenses a unas 70 empresas de Rusia y a otros países involucrados en la producción de defensa de Moscú y que se anunciarán 300 sanciones contra personas, entidades, embarcaciones y aeronaves.
El funcionario agregó que las otras naciones del G7, Francia, Canadá, Japón, Italia y Alemania, tomarían medidas similares para aislar aún más a Rusia y socavar su capacidad para hacer la guerra en Ucrania. Los detalles surgirían en el transcurso de la cumbre.
«Estas se destinarán a facilitadores financieros, así como a futuras capacidades energéticas y extractivas de Rusia y otros actores que ayudan a apoyar la guerra», sostuvo.
Hasta ahora, EE. UU. ha congelado los fondos del Banco Central de Rusia, ha restringido el acceso de los bancos al sistema SWIFT, clave para las transacciones financieras mundiales, y ha sancionado a miles de empresas rusas, funcionarios gubernamentales, multimillonarios cercanos a Putin y a sus familias.
Pero Putin aún sigue costeando la invasión contra su vecino país, el mayor conflicto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que los esfuerzos de Occidente para intentar asfixiar sus formas de financiamiento aumentaran.
En los últimos meses, funcionarios del Departamento del Tesoro de EE. UU. han viajado por Europa y Asia Central para presionar a los países que aún sostienen negocios con el Kremlin a que corten sus lazos económicos.
Este es uno de los asuntos que más abarca la atención de la cumbre en Hiroshima. En una declaración conjunta al inicio de la reunión, las naciones del G7 señalaron que trabajan para imponer “más sanciones y medidas para aumentar los costos para Rusia y aquellos que apoyan su esfuerzo bélico (…) También estamos aprovechando el éxito de nuestros esfuerzos para garantizar que Rusia ya no pueda convertir la disponibilidad de energía en un arma contra nosotros y contra el mundo», subrayaron.
Entre las medidas tomadas el año pasado por el grupo de las siete mayores economías del mundo, está la imposición colectiva de un límite de precio de 60 dólares por barril al petróleo y al diésel rusos.
Además, los líderes aseguraron que se encuentran «renovando” su compromiso de “brindar el apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático que Ucrania requiere durante el tiempo que sea necesario».
Las amenazas nucleares del presidente ruso Vladimir Putin contra Ucrania, junto con el aluvión de pruebas de misiles de Corea del Norte durante meses y el arsenal nuclear en rápida expansión de China, resuenan en el impulso de Japón para hacer del desarme nuclear una parte importante de este encuentro en Hiroshima.
De hecho, los dirigentes mundiales visitaron este viernes el Parque Conmemorativo de la Paz en esa ciudad dedicado a las miles de personas que murieron en la primera detonación de una bomba atómica en tiempos de guerra, el 6 de agosto de 1945, cuando una aeronave B-29 de EE. UU. arrojó una bomba atómica sobre Hiroshima. Se estima que 140.000 personas murieron en el ataque.
La alianza Japón-Estados Unidos es el “fundamento mismo de la paz y la seguridad en la región del Indo-Pacífico”, afirmó Kishida a Biden, en la víspera de la cumbre.
Japón, que enfrenta amenazas de China, Rusia y Corea del Norte, ha estado ampliando su Ejército, pero también depende de 50.000 soldados estadounidenses estacionados en Japón y del poderío militar de Washington.
Aún es incierto si de este encuentro saldrán compromisos en torno al desarme nuclear que impulsa Tokio, pero en las últimas semanas el asunto ha aumentado la furia de Pyongyang, que tras constantes pruebas atómicas, tildó de “injerencia” la petición del desarme nuclear por parte del Grupo de los Siete.
INT/ag.agencia.europapress/re.rp