Palm Beach. Donald Trump recuperó la Casa Blanca con una victoria aplastante el miércoles, mientras decenas de millones de estadounidenses miraron más allá de las condenas penales y la retórica divisiva para abrazar a un líder que, si cumple sus promesas de campaña, pondrá a prueba los límites del poder presidencial.
Trump, de 78 años, ganó las elecciones del martes después de una campaña polarizadora y vertiginosa marcada por dos intentos de asesinato y una decisión tardía de los demócratas de postular a Kamala Harris después de que el presidente Joe Biden se retirara de la carrera.
La rotunda victoria dejó en claro hasta qué punto los estadounidenses están desencantados con la economía, la seguridad fronteriza y la dirección del país y su cultura. Los votantes exigían un cambio, incluso si el agente del cambio era un delincuente convicto que había sido sometido a dos juicios políticos y ya no era el outsider de Washington que fue en su campaña de 2016.
Trump ha dicho que quiere tener la autoridad para despedir a los funcionarios públicos que considere desleales. Sus oponentes temen que convierta al Departamento de Justicia y a otras agencias federales de aplicación de la ley en armas políticas para investigar a los que percibe como enemigos.
Trump y su vicepresidente entrante, el senador estadounidense J.D. Vance, asumirán el cargo el día de la inauguración, el 20 de enero. Prometió roles en su administración al director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, y al ex candidato presidencial Robert F. Kennedy Jr.
El resultado desafió las encuestas que mostraban una carrera muy reñida antes de la jornada electoral del martes. Trump arrasó en al menos cinco de los llamados estados en disputa para superar los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar la presidencia. Parecía encaminado a la victoria en los dos estados en disputa restantes -Arizona y Nevada- donde todavía se estaban contando los votos.
La ventaja de Trump sobre Harris era de 5 millones de votos el miércoles por la tarde, lo que lo coloca en camino a convertirse en el primer candidato presidencial republicano en ganar el voto popular desde George W. Bush hace dos décadas.
Sus compañeros republicanos obtuvieron el control del Senado de Estados Unidos de manos de los demócratas y tienen la oportunidad de aumentar su estrecha mayoría en la Cámara de Representantes, aunque el resultado probablemente no se conocerá hasta dentro de varios días.
«Fue un día increíble», dijo Mitch McConnell, líder republicano del Senado desde hace mucho tiempo.
La unidad republicana en el Capitolio despejaría el camino para importantes partes de la agenda legislativa de Trump, como lo hizo en los primeros dos años de su presidencia (2017-2021), cuando los republicanos aprobaron en el Congreso un importante proyecto de ley de reducción de impuestos que beneficiaba principalmente a los ricos.
«Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes», dijo Trump el miércoles por la mañana ante una multitud rugiente en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach en Florida.
Harris, la vicepresidenta estadounidense, llamó a Trump para felicitarlo, dijeron sus asesores, y hablaron sobre la importancia de una transferencia pacífica del poder y de ser una presidenta para todos los estadounidenses. Harris reconocerá públicamente la victoria electoral de Trump alrededor de las 16.00 (21.00 GMT), dijo una fuente a Reuters.
Los principales Mercado bursátiles de todo el mundo subieron tras la victoria de Trump, y el dólar se encaminaba a su mayor salto en un día desde 2020.
Trump fue elegido a pesar de sus bajos índices de aprobación, cuatro acusaciones penales y un fallo civil en su contra por abuso sexual y difamación. En mayo, Trump se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en ser condenado por un delito cuando un jurado de Nueva York lo declaró culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales para encubrir el dinero pagado a una estrella porno para silenciarlo.
La carrera política de Trump parecía haber terminado después de que sus falsas acusaciones de fraude electoral llevaron a una turba de partidarios a asaltar el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, en un intento fallido de revertir su derrota de 2020. Los fiscales federales lo acusaron, aunque ese y otros casos penales presentados en su contra ahora será archivados.
Pero barrió a sus rivales dentro del Partido Republicano y luego derrotó a Harris aprovechando las preocupaciones de los votantes sobre los altos precios y lo que Trump afirmó, sin pruebas, era un aumento de la delincuencia debido a la inmigración ilegal.
La victoria de Trump tundra importantes implicaciones , para las políticas comerciales y de cambio climático de Estados Unidos, los impuestos y la inmigración de los estadounidenses, y la política exterior de Estados Unidos, incluso en Medio Oriente y Ucrania.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, felicitó a Trump, según informó la oficina de Netanyahu. Hablaron sobre «la amenaza iraní» y la necesidad de trabajar juntos por la seguridad de Israel, añadió.
Hamás, el grupo militante palestino, pidió el fin del «apoyo ciego» a Israel por parte de Estados Unidos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, aplaudió el compromiso de Trump con la «paz a través de la fuerza», mientras que el Kremlin dijo que esperaría para ver si su victoria podía ayudar a poner fin a la guerra en Ucrania más rápidamente. Trump había dicho que podría poner fin a la guerra en 24 horas, pero no dijo cómo.
De cara a las elecciones, los votantes identificaron el empleo y la economía como los problemas más acuciantes del país, según las encuestas de opinión de Reuters/Ipsos. Muchos estadounidenses seguían frustrados por el aumento de los precios, incluso en un contexto de mercados bursátiles en máximos históricos, salarios en rápido crecimiento y bajo desempleo.
Si bien la administración Biden asumió gran parte de la culpa, la mayoría de los votantes dijeron que confiaban más en Trump que en Harris para abordar el tema.
En condados de todo Estados Unidos (incluso muchos de mayoría demócrata) los resultados mostraron que Trump obtuvo mejores resultados que en 2020.
Los hispanos, tradicionalmente votantes demócratas, y los hogares de bajos ingresos, los más afectados por la inflación, ayudaron a impulsar la victoria. El apoyo a Trump entre las mujeres, con cuyo respaldo contaban los demócratas, mejoró respecto de hace cuatro años. Y su base leal de votantes rurales, blancos y sin educación universitaria volvió a aparecer en masa, según las encuestas de salida de Edison Research.
Las propuestas arancelarias de Trump podrían desencadenar una guerra comercial más feroz con China y los aliados de Estados Unidos, mientras que sus promesas de reducir los impuestos corporativos e implementar una serie de nuevos recortes podrían aumentar la deuda estadounidense, dicen los economistas.
Una segunda presidencia de Trump podría abrir una brecha mayor entre demócratas y republicanos en cuestiones como la inmigración, la raza, el género y los derechos reproductivos.
Trump ha prometido lanzar una campaña de deportación masiva dirigida a los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país.
En julio, Biden, de 81 años, abandonó la carrera, cediendo finalmente a semanas de presión de sus compañeros demócratas después de que un pobre desempeño durante su debate con Trump puso en duda su agudeza mental.
Harris se apresuró a montar su propia campaña. Su ascenso a la cima de la lista revitalizó a los demócratas desanimados y recaudó más de mil millones de dólares en menos de tres meses, mientras borraba lo que había sido una sólida ventaja de Trump en las encuestas de opinión.
La ventaja financiera de Harris fue contrarrestada en parte por la intervención de Musk, quien invirtió más de 100 millones de dólares en un súper PAC que movilizaba a los votantes de Trump y utilizó su sitio de redes sociales X para amplificar los mensajes a favor de Trump.
A medida que la campaña se acercaba a su fin, Harris se centró cada vez más en advertir a los estadounidenses sobre los peligros de reelegir a Trump y ofreció una rama de olivo a los republicanos descontentos.
Destacó los comentarios de varios ex funcionarios de Trump, incluido su ex jefe de gabinete, el general John Kelly, quien describió a Trump como un «fascista».
Subrayando la polarización en una nación donde las divisions solo se han acentuado durante una carrera ferozmente competitiva, casi tres cuartas partes de los votantes dijeron que la democracia estadounidense está bajo amenaza, según las encuestas de salida de Edison Research.
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