domingo 16 marzo 2025

Las alarmas del doctor Juan Carlos Maqueda

Más Leídas

Por Dr. Jorge Enríquez *****

En un acto, días atrás, en el Colegio Público de Abogados de CABA se le tributó un reconocimiento al juez de la Corte Suprema, doctor Juan Carlos Maqueda, quien dejó esa función al cumplir 75 de edad.

La reforma constitucional de 1994 estableció que los jueces cesan en sus cargos al llegar a los 75 años de edad, salvo que obtengan una nueva designación y un nuevo acuerdo del Senado por un plazo de cinco años. Esa modificación había sido considerada nula por la Corte Suprema en el caso «Fayt», en la década del noventa, por estimar que la Convención Constituyente se había excedido del temario fijado por la ley declarativa de la necesidad de la reforma, pero en 2017, con otra composición (y la disidencia del juez Carlos Rosenkrantz), sostuvo el criterio contrario.

Juan Carlos Maqueda podría haber permanecido en la Corte si el Poder Ejecutivo proponía su continuidad y lograba el acuerdo del Senado. Sin embargo, ya desde hace muchos meses, el presidente de la República Javier Milei anunció que no lo haría y postuló en su reemplazo a Manuel García Mansilla.

Baste decir que además del doctor Ricardo Gil Lavedra, presidente de la entidad anfitriona, habló en el acto, entre otros juristas, el doctor Alberto Garay, presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Se hallaban presentes dos de los tres pares de Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Gil Lavedra expresó que la conducta de Maqueda como juez de la Corte había sido ejemplar; Garay destacó la eficiencia y celeridad de su vocalía.

Maqueda, visiblemente emocionado, pronunció unas palabras de hondo sentido republicano y señaló sus dudas sobre el porvenir del Estado de Derecho tanto en la Argentina como en el mundo: «Veo nubarrones en el horizonte y me preocupa seriamente porque nos comprende a todos nosotros (…)», ya que «uno de los pilares fundamentales es la estabilidad de las instituciones y la calidad de las instituciones”. Remarcó que antes «la democracia era casi sagrada», pero que hoy en día el debilitamiento de las instituciones le produce preocupación.

En tal sentido, recordó a los recientes ganadores del premio Nobel de Economía, Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Al Robinson, cuyos trabajos ponen el acento en las instituciones como factor fundamental para el desarrollo económico y humano de las naciones. Días después, en el homenaje de despedida en el Patio de Honor del Palacio de Justicia, volvió a alertar sobre los riesgos que nos acechan si “renegamos de 300 0 400 años de civilización o quedamos a la deriva de los hombres que, en estos momentos, hacen culto a la personalidad, se creen proféticos y ponen en riesgo las instituciones de la convivencia democrática” . 

Las advertencias de Maqueda no deberían caer en saco roto

Son verdades evidentes, aunque hoy esté de moda desdeñar las formas para privilegiar liderazgos cesaristas y plebiscitarios que pretenden ejercer una representación popular no mediada por instituciones. Maqueda se retiró cosechando un justo reconocimiento por su labor, que quedó evidenciado en la cálida y emocionante despedida cuando, acompañado de su mujer, su hija y sus más estrechos colaboradores y ante la presencia de cientos de personas que se congregaron en la calle, cruzó la puerta principal del Palacio de Justicia, bajo un manto de sostenidos aplausos. Tributo que solo reciben cuando se retiran de sus cargos aquellos que los ejercieron con idoneidad y honestidad.

No es necesario coincidir con todos sus votos, ni siquiera con su filosofía jurídica, para valorar en él a una persona de bien. Aunque desarrolló en gran parte de su vida una destacada trayectoria política, cuando le cupo llegar a los estrados judiciales se comportó de la manera que cabe esperar en un magistrado. Acaso su estilo discreto y reservado, su moderación, su afabilidad, su sentido republicano sean la contracara de los discursos violentos, vulgares, simplistas y divisivos que hoy parecen dominar la escena pública. 

Quienes nunca compartimos su pertenencia política ni en alguna ocasión sus interpretaciones jurídicas, pero hacemos un culto del Estado de Derecho y de la recta conducta, no vacilamos en saludar con respeto a este juez digno que se retira. Ojalá que el sombrío pronóstico que deslizó con singular sinceridad no llegue a cumplirse. Depende de nosotros, los que somos republicanos en serio.

(*)Presidente Asociación Civil Justa Causa; Diputado Nacional (MC), JxC, PRO; Miembro de Profesores Republicanos

P/ag.jorgeenríquez.vfn/rp.

Últimas Noticias

Guerras y conflictos en el mundo. Estado de situación

Por Luis Domenianni ***** Desde 1989, la conflictividad en el mundo crece. A ritmos distintos según la región hoy nadie...

Más Noticias