EE.UU. Biden aceptó la candidatura Demócrata y prometió sacar al país de la oscuridad

Por Atili Molteni
La convención nacional demócrata fue totalmente digital por la pandemia. Se extendió por cuatro días de discursos políticos remotos y montajes de video de simpatizantes y partidarios. Concluyó el 20 de agosto cuando Joe Biden aceptó la candidatura a la presidencia de Estados Unidos, con una alocución fuerte y directa en la cual aseguró que será un líder que sacará a Estados Unidos de la temporada de oscuridad, -sin mencionar el nombre de Donald Trump-. Subrayó que, de ser electo, representará tanto a sus partidarios como a los que no lo son. Demostró una empatía y humanidad de la cual carece el actual ocupante de la Casa Blanca.

También dio su palabra de que obtendrá lo mejor de los estadounidenses, no lo peor, y afirmó que será aliado de la luz, donde ellos elegirán la esperanza frente al miedo. Prometió apartar a su país de las cuatro crisis que constituían “la tormenta perfecta”: la peor pandemia en un siglo, el mayor descenso económico desde la Gran Depresión, las manifestaciones contra el racismo más intensas en 50 años y la aceleración de la crisis climática. Definió a la elección como una batalla por el alma de América en defensa de valores, no para ganar votos, aludiendo a que la boleta electoral representa el carácter, la compasión, la decencia y la democracia.

Su discurso fue uno de los más significativos de su larga vida política, que incluye su primera campaña electoral frustrada hacia la presidencia en 1988, y una segunda con igual resultado en 2008, 30 años en el Senado y 8 años en la vicepresidencia. Pudo superar el cuestionamiento central de la campaña de Trump que sostiene que no tiene las condiciones mentales o físicas para ganar, por lo cual parecen tener en cuenta su edad (77 años). En las encuestas va al frente de Trump con varios puntos de ventaja y tiene una posibilidad clara de ganar la elección del 3 de noviembre.

Por otro lado, sus expresiones no fueron específicas en cuanto a su programa político, pero aludió a acciones semejantes a las que tuvo el presidente F.D, Roosevelt, de intervención del Estado para reconstruir la economía y de colaboración entre los Partidos políticos, mientras se comprometió a defender su país de todo ataque.

Una semana antes Biden optó por Kamala Harris como su compañera de fórmula. Ella tiene 55 años es senadora por California desde 2017, fue Fiscal del Distrito de San Francisco y luego Fiscal General de dicho Estado. Entre sus antecedes se cuentan sus propuestas para reducir los impuestos a la clase media y las reformas a las policías, que es un tema de gran preocupación nacional. Para los republicanos es un caballo de Troya de los progresistas para apoderarse de la presidencia.

Harris también fue una de las candidatas demócratas en las primarias partidarias, en las cuales criticó duramente a Biden por sus contactos con senadores segregacionistas en los años 70, razón por las cual algunos analistas especularon que no conseguiría ser candidata, pero es evidente que la química personal entre ellos funcionó, lo cual constituía una condición prioritaria para el gran elector que fue el ex vicepresidente Biden (durante los dos mandatos de Obama), con un gran conocimiento de las exigencias del cargo. Otro aspecto que puede haber tenido en cuenta es la conveniencia de elegir a una mujer de sus características raciales, para atraer a los votantes afro-estadounidenses por el papel que tienen en el universo demócrata.

Uno de los discursos más significativos de la Convención demócrata fue el del expresidente Barack Obama, quien alentó a los estadounidenses a que no se dejen robar su democracia, criticando duramente a su sucesor Trump, afirmando que no ha tenido interés en buscar acuerdos, ni utilizar el poder de su cargo para ayudar a alguien, salvo a sí mismo o a sus amigos, ni inclinación a tratar a la presidencia como algo distinto de un programa de televisión que puede utilizar para llamar la atención que desea. Para Obama, como para muchos estadounidenses el sistema de gobierno del país está en crisis y todo depende del resultado de esta elección.

La semana próxima comienza la convención nacional del Partido republicano, donde muy posiblemente Trump va a presentar una realidad distinta, que va a incluir palabras destacando su lucha contra la pandemia, a pesar de ser el país con más enfermos y fallecidos, y otros desarrollos que considera sus triunfos personales y de su Gobierno.

La elección del 3 de noviembre se acerca y su resultado va a condicionar la evolución de Estados Unidos y su lugar en el mundo, en un momento de crisis global.
Atilio Molteni
Embajador
IN/BN/CC/rp.

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