La Iglesia Católica le advirtió al Gobierno: “Hoy nuestra patria es un pueblo hambriento, desconcertado, preocupado, herido”

“Hay hambre de justicia y dignidad, de respeto y cuidado de la vida en todas sus etapas. Hay hambre de paz social, de respeto a la Constitución y de democracia auténtica. Hay hambre de diálogo, de encuentro y participación para superar divisiones y enfrentamientos. Hambre de verdad, de una educación que ponga en primer lugar a la persona humana, que no imponga ideologías, que conduzca a pensar y realizarse dignamente”

Fue uno de los párrafos que retumbó en la catedral Nuestra Señora del Rosario, pronunciado, durante el Tedeum en el “Día de la Independencia” por el Arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez,  y que el Presidente Alberto Fernández no escuchó ya que llegó a la provincia para presidir los actos de la fecha patria después de la celebración religiosa.

Sentados en primera fila estaban el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, y el gobernador interino Osvaldo Jaldo, entre otros, que si tuvieron que escuchar un durísimo mensaje de la Iglesia Católica ante la grave crisis política, económica y social que vive el país.

Monseñor Sánchez fue directo y contundente y dijo: “Hoy nuestra patria es un pueblo hambriento, desconcertado, preocupado, herido. En muchas familias falta el pan cotidiano y el trabajo digno. Ha crecido la pobreza”, y señaló “el pan que no se comparte se endurece; en cambio, el pan que se comparte se multiplica”.

En su mensaje, el arzobispo alertó sobre varias asignaturas pendientes en el país. «Hay hambre de dialogo, de encuentro y participación para superar divisiones y enfrentamientos.   “Hay hambre de libertad y de una vida más segura y cordial. Hay hambre de confianza y trabajo mancomunado entre todos por el bien de todos. Hay hambre de esperanza y consuelo… Hay hambre de fraternidad y de amor”, dijo.

También la voz de la Iglesia se escuchó a través del  obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, que expresó su preocupación por la profundidad de los problemas sociales. “Estamos en una crisis muy grande, muy profunda, no solamente económica; estamos en una verdadera crisis política”.

“Necesitamos coraje para que los vínculos se recompongan de alguna manera”, señaló Ojea. Y añadió: “Estamos lejos y muchos de nuestros jóvenes quieren irse del país, toda esta situación es necesaria que la podamos revertir a través de trabajo; de trabajo concreto e intentando compartir, intentando intercambiar vínculos en historias diferentes para poder superar esta crisis y afrontar el futuro con esperanza”.

P/ag.ln.cl.ifb.vfn/gr.rp.

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