Londres. Sergei Shoigu, ministro de Defensa de Rusia, ha tratado de enviar un mensaje de «todo sigue igual» desde que su adjunto fue arrestado por un cargo de soborno . Pero el creciente escándalo también pinta mal para él y es visto como un intento de un clan rival de diluir su poder.
A primera vista, el momento de la detención el martes de Timur Ivanov, uno de los 12 viceministros de Shoigu, fue inesperado, ya que se produjo cuando Rusia está librando una guerra en Ucrania y las autoridades han tipificado el descrédito del ejército como un delito punible con prisión.
Las acusaciones de corrupción para financiar un estilo de vida muy por encima de sus posibilidades hechas contra Ivanov, de 48 años, por la fundación anticorrupción del difunto político opositor Alexei Navalny habían estado en el dominio público durante más de un año sin consecuencias aparentes.
Sin embargo, esta semana la televisión estatal mostró repentinamente a los rusos a Ivanov, de aspecto perplejo -que niega haber actuado mal-, vestido con uniforme militar completo, de pie en una jaula de plástico transparente en una sala de audiencias del tipo que tantos enemigos del Kremlin han ocupado antes que él.
Su arresto, dicen los analistas políticos rusos, incluidos algunos ex conocedores, muestra cómo la guerra está dando forma a las luchas internas entre los «clanes» que luchan por la riqueza y la influencia en el sistema político ruso.
Los clanes -alianzas de funcionarios o empresarios con ideas afines- se centran en el ejército, los organismos de inteligencia y de aplicación de la ley, el complejo militar-industrial y también incluyen a un grupo de personas del San Petersburgo natal del presidente Vladimir Putin que lo conocen personalmente desde hace muchos años.
«A alguien en la élite no le gustó el hecho de que Shoigu se hubiera vuelto más fuerte», dijo a Reuters Tatiana Stanovaya, investigadora del Centro Carnegie Rusia Eurasia.
«Esto no viene de Putin, sino de personas cercanas a Putin que piensan que Shoigu se ha excedido. Es simplemente una batalla contra alguien y un ministerio que se ha vuelto demasiado poderoso y un intento de equilibrar la situación».
Abbas Gallyamov, ex redactor de discursos del Kremlin y ahora designado «agente extranjero» por las autoridades, dijo que él también veía el arresto como un ataque a Shoigu que lo debilitaría.
«Ivanov es una de las personas más cercanas a Shoigú. Su arresto en vísperas del nombramiento de un nuevo gobierno sugiere que las posibilidades del actual ministro de permanecer en su silla están disminuyendo drásticamente», dijo.
Ivanov fue arrestado como resultado de una investigación realizada por el brazo de contrainteligencia del servicio de seguridad FSB, según los medios estatales rusos.
El de Ivanov es el caso de corrupción de más alto perfil desde que Putin envió tropas a Ucrania en 2022 . Los medios estatales informaron que Shoigu destituyó a Ivanov de su cargo.
El escándalo se produce apenas dos semanas antes de que Putin asuma su quinto mandato presidencial y antes de una reorganización del gobierno prevista para el próximo mes en la que el puesto de Shoigu, en teoría, estará en juego.
Ivanov estaba a cargo de lucrativos contratos de construcción y adquisición del ejército y está acusado de aceptar enormes sobornos en forma de servicios por valor, según informes de los medios rusos, de al menos mil millones de rublos (10,8 millones de dólares) a cambio de entregar contratos del Ministerio de Defensa a ciertqs compañías.
Si bien pocos están dispuestos a apostar que Shoigu perderá su trabajo debido al escándalo, dada su lealtad a Putin, el arresto de Ivanov se considera un revés para su jefe, cuya influencia y acceso al jefe del Kremlin se ha visto elevado por su papel clave en el Guerra de Ucrania.
El Moscow Times citó a un alto funcionario del gobierno calificando el arresto como un duro golpe al bando de Shoigu y citó a una fuente cercana al Ministerio de Defensa diciendo que el arresto se debía más a política y «la posición debilitada de Sergei Shoigu» que a Ivanov.
Shoigu y los altos mandos del ejército han sido en ocasiones objeto de duras críticas por parte de blogueros de guerra y nacionalistas rusos que lo han acusado, particularmente después de una serie de retiradas en 2022, de incompetencia.
Shoigu sobrevivió a un golpe fallido liderado por el líder mercenario de Wagner, Yevgeny Prigozhin , fallecido en un accidente aéreo, quien en junio del año pasado orquestó una marcha sobre Moscú para intentar derrocarlo, pero su autoridad resultó dañada. Putin dijo que los acontecimientos podrían haber sumido a Rusia en una guerra civil.
Desde entonces, Shoigu logró recuperar la confianza de Putin, pero el arresto de su segundo es un nuevo revés.
«Daña indirectamente a Shoigu. Surgen preguntas. ¿Cómo es posible que una persona que era cercana a él y a quien él trajo logró robar tanto ante las propias narices de Shoigu?» dijo Stanovaya de Carnegie.
Sergei Markov, exasesor del Kremlin, ha pronosticado que Shoigu, en el cargo desde 2012, mantendrá su puesto de todos modos.
«Todo el mundo se pregunta: ¿podría ser esto una señal para Shoigu de que no estará en el próximo gobierno después del 7 de mayo?» Markov escribió en su blog oficial.
«Cálmate. Lo estará. Shoigu ha creado un nuevo ejército desde el desastroso año 2022, que repelió la ofensiva del ejército ucraniano en 2023. Y en 2024, el ejército ya está avanzando».
Hay mucho sobre los antecedentes del arresto de Ivanov que aún se desconoce. En Moscú circulan múltiples teorías sobre si la acusación de soborno es toda la historia, con informes de los medios no confirmados de que también podría ser acusado de traición al Estado, algo que su abogado ha negado.
Algunos han sugerido que tal vez fue su amor por el estilo de vida occidental en un momento en que Putin dice que Rusia está inmersa en una lucha existencial con Occidente lo que pudo haber sido su perdición.
Otros creen que la afición de su familia por las vacaciones de lujo en Europa, el alquiler de yates, los coches Rolls-Royce y las fiestas opulentas estaba bien antes de la guerra, pero ahora se considera un «festín en tiempos de plaga», una referencia literaria rusa.
Shoigu ha guardado silencio sobre el escándalo, inspeccionando una instalación de lanzamiento espacial esta semana como si nada hubiera pasado.
El Kremlin ha dicho a los periodistas que se basen únicamente en fuentes oficiales y ha dicho que los proyectos de construcción, a menudo vastos, que Ivanov supervisó, como la reconstrucción de la ciudad portuaria ucraniana de Mariupol, no se verán afectados. (1 dólar = 92,2705 rublos)
INT/ag.agencias.rt.europapress/rp.
