domingo 12 mayo 2024

Nagorno Karabaj Se disolverá como autoproclamada república de Artsaj: el fin de una convulsa independencia que expulsa a los  armenios

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A partir del 1 de enero de 2024 dejará de existir la autoproclamada República de Artsaj, la región separatista de Nagorno Karabaj. Así lo anunció este jueves 28 de septiembre el presidente del territorio, Samvel Shahramanyan. Entretanto,

El éxodo masivo crece: más de 68.000 personas han huido hacia Armenia y el primer ministro de ese país, Nikol Pashinian, aseguró que ningún armenio quedará en el enclave en los próximos días. Entretanto, Azerbaiyán abrió causas penales contra el exministro de Estado de Nagorno Karabaj, Ruben Vardanyan, detenido el miércoles.

Una independencia frustrada tras años de conflicto. La región separatista de Nagorno Karabaj dejará de existir como autoproclamada república luego de décadas de encarar guerras, bloqueos, hambre y sufrimiento.

El enclave, internacionalmente reconocido como parte del territorio de Azerbaiyán, pero poblado por una mayoría de personas de etnia armenia, se autoproclamó independiente en 1991, en medio de la disolución de la Unión Soviética. Un año después, se autodenominó República de Artsaj y Stepanakert, su ciudad más grande, se convirtió en su capital. Desde entonces ha funcionado con un gobierno autónomo, aunque con el crucial respaldo económico, político y militar de Armenia.

Pero durante años, la región en el Cáucaso ha sido un polvorín en el que periódicamente ha retornado la tensión y la violencia, al ser disputada por Armenia y Azerbaiyán, dos países que pertenecían a la URSS.

Ahora, la autonomía de la región y la existencia de un enclave de población predominantemente armenia dentro del territorio de Azerbaiyán serán parte del pasado. A partir del 1 de enero de 2024, quedará disuelta la autodenominada República de Artsaj.

El presidente del disputado territorio, Samvel Shahramanyan, comunicó este 28 de septiembre que firmó un decreto para disolver todas las instituciones estatales a partir de esa fecha.

Terminará así la historia de una región que en busca de su autonomía enfrentó dos grandes guerras –entre 1988 y 1994 y en el otoño de 2020–, aunque más de 30 años de conflicto.

Un escenario que llega luego del sorpresivo ataque de 24 horas del Ejército de Azerbaiyán, que lanzó el pasado 19 de septiembre, y tras el cual Bakú aseguró haber “recuperado” la soberanía de la zona.

Las fuerzas locales de Nagorno Karabaj se rindieron el 20 de septiembre luego de que la operación dejara al menos 200 personas muertas, según las autoridades del enclave. Días después, Azerbaiyán afirmó que perdió a 192 de sus militares en lo que llamó una “operación antiterrorista”.

La región ya se encontraba fuertemente debilitada ante el bloqueo impuesto por Bakú, desde hacía nueve meses, en la única vía que comunicaba a la región separatista con Armenia, lo que impidió el transporte de alimentos, medicinas y otros elementos fundamentales para la sobrevivencia y desató una crisis humanitaria. Autoridades del enclave separatista denunciaron haber sido “abandonados” por Armenia, Occidente y Rusia, que medió en el conflicto y desde el fin del sangriento enfrentamiento de 2020 desplegó tropas de paz en la zona.

El Cáucaso, durante siglos, se ha visto sacudido por rivalidades étnicas y religiosas. Y en el trasfondo del conflicto de Nagorno Karabaj, estos dos factores han sido cruciales. Además de tratarse de población de etnia armenia, el enclave ha estado habitado por 120.000 armenios cristianos ortodoxos, pero ubicado dentro de un país de mayoría musulmana.

«La abrumadora mayoría de la gente aquí no quiere vivir como parte de Azerbaiyán”, aseguró el pasado 21 de septiembre David Babayan, asesor de Samvel Shahramanyan, presidente de la autodenominada República de Artsaj.

Muchos de quienes escapan en automóviles, camiones, autobuses, e incluso tractores con cargas pesadas, señalaron que tenían hambre y miedo.

«Esta es una de las páginas más oscuras de la historia armenia (…) Toda la historia de Armenia está llena de dificultades”, lamentó David, un sacerdote armenio de 33 años que llegó a la frontera para brindar apoyo espiritual a quienes huyen.

Miles dejan todo atrás, al tiempo que se esfuma su corta, pero conflictiva historia de autonomía. “No quedarán armenios en Nagorno Karabaj en los próximos días”

La falta de identidad con Azerbaiyán, sumado a los temores de una “limpieza étnica” –como denuncian Ereván y Nagorno Karabaj tras los antecedentes violentos entre las dos partes– están entre las razones del actual éxodo de la región.

Más de 68.000 personas han huido hasta este jueves 28 de septiembre desde el enclave montañoso hacia Armenia, señalaron las autoridades locales. Se trata de más de la mitad de los 120.000 habitantes del territorio hasta antes del ataque de Bakú, la semana pasada.

La región quedaría sin habitantes de etnia armenia. «El análisis de la situación muestra que en los próximos días no quedarán armenios en Nagorno Karabaj (…) Este es un acto de limpieza étnica», sostuvo el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, citado por la agencia de noticias rusa Interfax.

No obstante, el Gobierno de Azerbaiyán remarcó que su presidente Ilham Aliyev  aseguró el miércoles en una reunión que los derechos de las personas de etnia armenia estarían protegidos por la ley, al igual que los de otras minorías, al referirse una vez más a su propósito de “integrar” a la población del enclave en su nación.

«El presidente de Azerbaiyán señaló que la población civil no había sido afectada durante las medidas antiterroristas, y que solo se habían atacado formaciones armadas e instalaciones militares armenias ilegales», indicó un comunicado de Bakú, citado por Reuters.

Pero, los armenios de Karabaj señalan que no confían en las promesas de Bakú, conscientes de una larga historia de derramamiento de sangre entre las dos partes.

Samantha Power, directora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), afirmó esta semana que había conocido «informes muy preocupantes de violencia contra civiles».

Tanto Washington como otros gobiernos occidentales, como Alemania, han expresado su preocupación por una crisis humanitaria y siguen urgiendo a Bakú a que permita el ingreso de una delegación de observadores internacionales para vigilar el trato que están recibiendo los civiles en el enclave por parte de las fuerzas azerbaiyanas.

Entre los miles de armenios que intentan huir de la región se encontraba el exministro de Estado de Nagorno Karabaj Ruben Vardanyan, pero fue identificado y detenido el miércoles por las fuerzas azerbaiyanas antes de que pudiera llegar a Armenia.

Este jueves, Azerbaiyán informó que abrió varios casos penales en su contra y fue acusado de cruzar ilegalmente la frontera con Azerbaiyán y financiar el terrorismo. Además, fue puesto en prisión preventiva.

El cargo de financiación de terrorismo le acarrearía una pena de hasta 20 años de prisión. Bakú lo señala de la presunta creación de grupos armados ilegales.

Vardanyan es un banquero, multimillonario y filántropo, que encabezó el gobierno separatista de Nagorno Karabaj entre noviembre de 2022 y febrero de 2023.

Su captura también enmarca el destino que enfrentarían quienes lideraron un gobierno autónomo que quedará extinto y el fin de una convulsa historia.

INT/ag.agencias./rp.

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