Se espera que el acuerdo de alto al fuego de cuatro días para facilitar la entrega de decenas de personas tomadas como rehenes durante el ataque terrorista de Hamás, así como la liberación de presos palestinos en cárceles de Israel, traiga el primer respiro a los palestinos en Gaza, azotados por la guerra, mientras surge un rayo de esperanza para las familias de los cautivos.
Tras un contratiempo de última hora, ya que empezó un día después de lo previsto, la tregua temporal entre el Ejército de Israel y el grupo Hamás entró en vigor este viernes 24 de noviembre. Según estos términos, las dos partes acordaron un alto al fuego de cuatro días. Hasta un total de 150 prisioneros palestinos en cárceles de Israel también deben ser liberados como parte del acuerdo.
El pacto negociado por Qatar, Estados Unidos y Egipto fue anunciado el miércoles 22 de noviembre. El cese limitado de hostilidades pone fin a semanas de negociaciones indirectas y sienta las bases para un periodo de tensión que podría determinar el curso de la guerra, desencadenada tras el sorpresivo ataque de Hamás, en el sur de Israel, el pasado 7 de octubre.
Israel, Hamás y Qatar han hecho públicos distintos detalles del acuerdo y no parecen contradecirse entre sí.
Qatar anunció la liberación de 50 rehenes a cambio de lo que, según el grupo islamista, serían 150 prisioneros palestinos retenidos por Israel. Los liberados por ambas partes son mujeres y menores de edad.
El plan es que los rehenes, parte de las 240 personas secuestradas el mes pasado, sean liberados en tandas a lo largo del alto el fuego, de cuatro días. Se estableció que una vez liberado el primer grupo, Israel liberara al primer grupo de prisioneros palestinos, como ocurrió en las últimas horas.
Entre esos presos hay muchos adolescentes detenidos durante una ola de violencia en Cisjordania en 2022 y 2023, acusados de delitos como lanzamiento de piedras o alteración del orden público, según una lista de presos aptos para volver a la libertad, publicada por el Ministerio de Justicia israelí. El país dirigido por Benjamin Netanyahu retiene a casi 7.000 palestinos acusados o condenados por delitos contra la seguridad.
Israel: la tregua se prolongará un día más por cada 10 rehenes adicionales que sean liberados
Qatar indicó que el Gobierno israelí también permitiría la entrada de más combustible y ayuda humanitaria en Gaza, pero no dio más detalles.
Hamás declaró que, como parte del acuerdo, se permitirá la entrada diaria en Gaza de decenas de camiones con ayuda humanitaria y combustible. Los suministros también llegarán por primera vez al norte de Gaza, foco de la ofensiva terrestre israelí, según Hamás.
La declaración del Gobierno de Netanyahu no hacía referencia al aumento de las entregas de ayuda y combustible. El ‘Canal 12’ de la televisión israelí informó que, como parte del pacto, Israel permitirá la entrada al enclave palestino de una cantidad «significativa» de combustible y suministros humanitarios, aunque no especificó la cantidad.
Durante la guerra, Israel ha limitado drásticamente la entrada de bienes de primera necesidad a la sitiada franja costera, especialmente de combustible, lo que ha provocado una grave escasez de agua, alimentos e hidrocarburos necesarios en el territorio gazatí para los generadores de energía eléctrica.
Se espera que los combates se detengan temporalmente: los aviones y las tropas israelíes no deben disparar, según el compromiso, mientras que se espera que los militantes del grupo islamista se abstengan de lanzar cohetes contra el país de mayoría judía.
¿Cómo proceden las partes frente al compromiso de alto al fuego?
Hamás declaró que los aviones de guerra israelíes dejarían de sobrevolar el sur de Gaza durante la tregua de cuatro días y durante seis horas diarias sobre el norte. Israel no mencionó el cese de los vuelos y no quedó claro si esto incluiría sus sofisticados drones de inteligencia, con presencia constante sobre Gaza.
Aunque varias familias tienen la esperanza de que sus seres queridos sean liberados, es probable que un número considerable de rehenes permanezcan cautivos en poder de Hamás. Entre ellos, hombres, mujeres, ancianos y extranjeros.
Es posible que las familias que no están incluidas en el acuerdo actual sigan presionando al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que intente conseguir la liberación de sus familiares con un futuro acuerdo.
La difícil situación de las familias ha conmovido a los israelíes y cuentan con un amplio apoyo.
Netanyahu declaró el pasado miércoles 22 de noviembre que, en virtud del acuerdo, el Comité Internacional de la Cruz Roja visitará a los rehenes restantes y les proporcionará los medicamentos que necesiten. Ni Hamás ni la Cruz Roja lo confirmaron.
Se espera que las tropas israelíes permanezcan en sus posiciones en el norte de Gaza. El acuerdo supone solo una breve pausa en los combates. Está previsto que Israel, que señala que la destrucción de Hamás y la salvación de los cautivos son sus objetivos, reanude los ataques una vez finalice el alto el fuego.
Netanyahu afirmó que el cese temporal de hostilidades permitirá al Ejército prepararse para la continuación de los combates, no perjudicará su esfuerzo bélico, y la guerra continuará una vez que expire la tregua.
Cuando lo haga, es previsible que se reanuden las embestidas aéreas y que las tropas continúen su avance por el norte de Gaza antes de su esperada incursión en el sur en un momento desconocido. Los habitantes del empobrecido territorio tendrán que prepararse para más hostilidades.
Una pausa en los combates también daría tiempo a Hamás para elaborar estrategias, desplazar a sus militantes y quizás reagruparse después de que Israel afirmara haber matado a un gran número de combatientes y destruido muchos de los activos militares del grupo.
El carácter escalonado del acuerdo también abre la puerta a que Hamás aumente sus exigencias sobre la marcha, con la esperanza de que Israel haga nuevas concesiones para liberar a más rehenes.
Yehya Sinwar, dirigente de Hamás en Gaza y presunto autor intelectual del atentado del 7 de octubre, también podría intentar convertir la pausa de cuatro días en un alto al fuego más prolongado, ofreciendo la liberación de más rehenes. Una tregua más larga dificultaría a Israel la reanudación de la guerra, tanto desde el punto de vista operativo como ante la opinión pública mundial.
El Gobierno israelí se enfrentaría a una creciente presión interna para conseguir la liberación de más rehenes. Las familias que queden al margen del acuerdo actual estarán más decididas a liberar a sus seres queridos una vez que hayan visto salir del cautiverio a los primeros grupos.
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