EL ministro de Defensa dispuso fortalecer la vigilancia y el control de la pesca en el Atlántico Sur  y lanzó el operativo Grifón XVII

El ministro de Defensa, Luis Petri, impartió este lunes en Mar del Plata la orden de zarpada para una operación destinada a vigilar y controlar in situ la pesca ilegal en el Atlántico Sur. Embarcó, así, en el patrullero oceánico ARA Contraalmirante Cordero, que tendrá a su cargo durante dos semanas el patrullaje destinado a prevenir la presencia de pesqueros extranjeros sin autorización en la Zona Económica Exclusiva, que se extiende hasta una distancia de 200 millas marinas más allá del límite exterior del mar territorial.

La operación, denominada Grifón XVII y cuyo punto de partida es la Base Naval Mar del Plata, es planificada por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, que conduce el brigadier general Xavier Julián Isaac. Petri permaneció un tiempo bordo y luego retornó a la base.

 “No se puede hacer siempre lo mismo si queremos que las cosas funcionen. Si queremos ser efectivos y eficientes en el control y vigilancia de nuestro espacio marítimo, tenemos que cambiar la forma de patrullaje. Queremos garantizar que ningún buque de bandera extranjera sin permiso cruce la milla 200 y comprometa nuestros recursos naturales”, dijo Petri, el primer ministro del  parea en impartir la orden de zarpada a bordo del buque.

Y anticipó que promoverá un nuevo marco regulatorio y sancionatorio. “Hay que establecer una mesa con todos los actores involucrados: la Armada, la Prefectura, el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Defensa, las áreas de Pesca y de Trabajo para la preservación de nuestros recursos naturales”, afirmó.

Más de 340 pesqueros extranjeros –el 80% de origen chino– fueron identificados en los últimos días por el Comando Conjunto Marítimo en la milla 201, sobre el límite del espacio en el que la Argentina ejerce sus derechos de soberanía. Esa pesquisa forma parte del monitoreo permanente que el organismo lleva adelante, con avanzada tecnología y durante las 24 horas del día, desde el centro de control y vigilancia instalado en el piso 12 del edificio Libertad, sede de la Armada.

“A esa información se llega a través de imágenes satelitales, reportes de medios aéreos y de superficie, puestos de vigilancia en el litoral marítimo, datos compartidos con otras fuerzas, como la Prefectura y un sistema integrado de control de la actividad pesquera”, explicó  el director saliente del Comando Conjunto Marítimo, contraalmirante Pablo Varela, quien puso en marcha hace dos años el sistema de monitoreo permanente. Tras la asunción de las nuevas autoridades de la Armada, será reemplazado por el capitán de navío Rodolfo Eduardo Berazay Martínez.

En los últimos dos años se realizaron 16 operaciones Grifón, con distintos patrulleros oceánicos, y se identificaron 3817 buques extranjeros en el límite de la línea de soberanía argentina. Una importante concentración de pesqueros hubo en febrero de 2022, cuando se detectaron 605 buques en la milla 201. Y al mes siguiente, 524.

La fuerte presencia de pesqueros extranjeros se explica por la época del año, atraídos por la pesca del calamar, la variedad más buscada. “No nos ocupamos únicamente del control de la pesca. Nuestra función es proveer alertas estratégicas tempranas y vigilar todos los espacios marítimos”, explicó Varela.

Solamente pueden ingresar a las aguas de la Zona Económica Exclusiva los buques que cuentan con autorización del gobierno argentino, es decir que hayan abonado el canon correspondiente. Se estima que anualmente se conceden 120 licencias de pesca. La captura de calamar, en condiciones legales, alcanzó las 153.259 toneladas, lo que produjo ingresos por exportaciones por 288 millones de dólares, informó el Estado Mayor Conjunto.

Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, de octubre de 2023, se estima que las capturas de la flota extranjera en la zona adyacente al espacio marítimo argentino, más allá de la milla 201, es equivalente a cuatro veces la captura argentina: 1200 millones de dólares. Y se infiere, además, que la captura de la flota extranjera en la zona de Malvinas representa el 25% de la captura en nuestro país: 74 millones de dólares.

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En una operación estándar, el costo que implica el uso de un patrullero oceánico por un período de 15 días ronda los $274,6 millones. Si se suma la erogación por el empleo de una aeronave de exploración, que oscilará los $10,2 millones, el costo total de esta misión será de $284,8 millones.

Los pesqueros que se ubican a partir de la milla 201 no están en infracción, pero constituyen una amenaza, a lo que se suma el impacto ambiental que la presencia masiva de barcos produce en el mar.

En su mayoría se trata de buques poteros que pescan habitualmente de noche, con potentes lámparas y máquinas automáticas, configuradas a partir del comportamiento de los calamares. Con la iluminación intentan atraerá la mayor variedad de peces posible para facilitar su captura.

En los meses en que la presencia del calamar disminuye, por su condición migratoria, muchos de los pesqueros extranjeros se trasladan al Pacífico, frente a las costas de Ecuador y Perú, y otros permanecen atracados en los puertos de Montevideo, donde encuentran apoyo logístico. Más de 90 se localizaron allí en los meses anteriores a noviembre, explicaron fuentes navales.

“El calamar se va moviendo según la época del año. El ciclo de vida del calamar es un año. Nace y al año muere. Lo que no se pesca en un año no se pesca más”, se explayó la fuente especializada.

SD/P/ag.agencias.ln.mdv./gr.

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