Kiev. A medida que Rusia ha intensificado su campaña aérea contra Ucrania en el último mes, golpeando su infraestructura energética y sus áreas urbanas, ninguna ciudad importante ha sido más afectada que Kharkiv.
A sólo 30 kilómetros (18 millas) de la frontera rusa en el noreste de Ucrania, Járkov ya era el lugar más expuesto a ataques con misiles y bombardeos.
Pero el agotamiento del apoyo militar occidental en los últimos meses –mientras un paquete vital de ayuda militar estadounidense quedó estancado en el Congreso en medio de la resistencia republicana– ha dejado a Járkov aún más peligrosamente desprotegida.
«Tenemos una escasez catastrófica de sistemas de defensa aérea», dijo a Reuters el gobernador Oleh Synehubov, en la vasta plaza central de la ciudad, la Plaza de la Libertad. «No sólo en la región de Járkov, sino en todo el país. Especialmente en la región de Járkov».
La ciudad está tan cerca de la frontera que los misiles rusos pueden alcanzar su objetivo en menos de un minuto. El despliegue de las preciosas defensas aéreas de Ucrania, como los sistemas de misiles tierra-aire Patriot de fabricación estadounidense, que son objetivos de alto valor para los ataques aéreos rusos, debe realizarse con más cautela tan cerca de las líneas enemigas, dicen los funcionarios.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, que ha pedido urgentemente más suministros de defensa aérea a Occidente, dijo esta semana que casi una cuarta parte de Kharkiv había sido destruida.
Acusó a Rusia de intentar reducir a escombros la ciudad, que albergaba a 2 millones de personas antes de la guerra, despejando el camino para el avance de sus tropas. Dijo que el ejército de Ucrania repelería cualquier ofensiva de ese tipo.
Los bombardeos se producen cuando el impulso en el campo de batalla ha cambiado a favor de Rusia, más de dos años desde que lanzó su invasión en febrero de 2022.
Rusia niega haber atacado a civiles y dice que el sistema energético de Ucrania es un objetivo militar legítimo. El Ministerio de Defensa ruso no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios para este artículo.
El fiscal principal de la región, Oleksandr Filchakov, dijo a Reuters que todas las instalaciones eléctricas de la región de Kharkiv han resultado dañadas o destruidas desde que Rusia reanudó su ataque aéreo el mes pasado, provocando cortes de energía a gran escala.
Rusia había probado un nuevo tipo de bomba guiada lanzada desde un avión al menos seis veces hasta el martes, dijo, Filchakov que llamó a esta arma “munición guiada multipropósito unificada”, pesa sólo 250 kilogramos (550 libras) y tiene un alcance de 90 kilómetros (56 millas), lo que significa que los aviones no tienen necesidad de correr el riesgo de acercarse a las defensas de la ciudad.
Si bien las bombas guiadas son menos precisas y destructivas que otros misiles utilizados por Rusia, como los S-300 y los Iskanders, su producción es mucho más barata para Rusia, dijo.
«Los (ataques) tienen como principal objetivo intimidar a la población civil», dijo Filchakov a Reuters en sus oficinas. «Están tratando de obligar a la gente a abandonar la ciudad, a abandonar sus edificios, casas, apartamentos… para sembrar el pánico en la ciudad».
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