La Habana. Cuba deposita sus esperanzas en atraer más visitantes de su aliado comunista, China, como parte de un último intento por revivir una industria turística tambaleante, devastada por las renovadas sanciones estadounidenses bajo el gobierno de Trump y una economía afectada por la crisis.
Los visitantes extranjeros, una fuente crítica de divisas para la isla, se redujeron en casi un tercio en el primer trimestre de 2025, según datos recientes de la agencia de estadísticas de Cuba, ONEI, una señal ominosa que ha dejado a los altos funcionarios del archipiélago buscando alternativas.
Cuba había pronosticado 2,6 millones de visitantes en 2025, un aumento del 18% respecto al año anterior, pero parece poco probable que alcance esa meta a medida que el pico del invierno del norte se desvanece en un sofocante verano caribeño.
«No es ningún secreto que, en los últimos tiempos, nuestro país, y en especial el sector turístico, se enfrenta a un escenario complejo», afirmó el ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García, en el discurso pronunciado el miércoles al inaugurar la feria anual de turismo de la isla, este año dedicada a China.
García elogió a China en su discurso, diciendo que sus estrechos lazos de cooperación y amistad han «resistido la prueba del tiempo».
El gigante asiático podría resultar un terreno fértil para Cuba, a pesar de la enorme distancia física entre ambos países.
Air China inauguró en mayo pasado su primer vuelo directo entre ambos países, lo que, si bien supone un viaje de 24 horas intimidante, ha contribuido a aumentar el número de visitantes. Los chinos también están exentos de visado para visitar la nación insular caribeña.
Los visitantes procedentes de China en 2024 aumentaron un 50%, contrarrestando la tendencia a la baja.
Pero Rusia, Canadá, España e Italia -para quienes Cuba ha sido un destino popular hasta hace poco- vieron caer el número de visitantes a principios de 2025, según las estadísticas de la ONEI.
Los visitantes estadounidenses, incluidos los cubanoamericanos, también disminuyeron drásticamente en el primer trimestre.
«Es injusto que a los ciudadanos estadounidenses se les prohíba, por ley, viajar libremente como turistas a Cuba», afirmó el primer ministro cubano, Manuel Marrero, en una presentación a los asistentes a la feria.
Cuba ha captado desde hace mucho tiempo a turistas atraídos por la mística de una isla dirigida por los comunistas que, al menos para los visitantes, parece congelada en el tiempo gracias a una gran cantidad de automóviles de los años 50 y a ciudades en su mayoría libres del tipo de desarrollo comercial que se ve en otras partes del Caribe.
Marrero dijo que Cuba estaba buscando formas más diversas de turismo, para estimular la inversión extranjera y las asociaciones e implementar reformas económicas para ayudar a revivir el atractivo de la isla.
INT/ag.agencias.europapress/rp.