lunes 13 mayo 2024

Levantamiento de capital, emprendedores y el culto a la innovación

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Por Ing. Marcelo Roca
Emprender es un proceso en el cual identificamos una oportunidad de mercado, adquirimos recursos para implementar una visión y proveemos liderazgo, con el objeto de agregar valor a nuestros clientes. Una de las claves para diferenciarnos y construir una compañía que crezca y sea sostenible en el tiempo, quizás la más evidente, es cubrir una necesidad o resolver un problema de una manera más eficiente que nuestros competidores.

Aunque existe una cantidad adicional de factores de éxito a los que como emprendedores debemos prestar especial atención, hoy vamos a enfocarnos en lo que considero un aspecto estratégico que muchas veces hace la gran diferencia: el proceso de levantamiento de capital.

Cabe aclarar que atraer inversionistas al negocio (socios que participen en la estructura de capital) hace mucho sentido en las startups, esos emprendimientos donde los fundadores se proponen resolver grandes problemas de la humanidad, que hacen de la innovación un culto y donde la escalabilidad les permite atender mercados globales de una manera eficiente.

Justamente una de las particularidades implícitas en este tipo de emprendimientos es, que en general, en los primeros años de evolución no son rentables y necesitan financiación para pagar los gastos que les permitan desarrollar ciertas actividades orientadas a fortalecer la propuesta de valor.

¿Dónde podrían conseguir liquidez los emprendimientos para llevar sus negocios a próximos niveles de desarrollo? Lo primero que se nos viene a la mente es acercarnos a un banco para solicitar un préstamo. La realidad, es que esta es una alternativa con muy baja probabilidad de éxito ya que los bancos se enfocan en capacidad de repago, y si en algo la comunidad está completamente de acuerdo es en la alta tasa de fracasos de las startups.

Más aun, estas organizaciones, no tienen historial de actividades, de forma tal que no pueden demostrar como rindieron en el pasado y, por ende, las estimaciones a futuro tienen un altísimo margen de error. Finalmente, las faltas de garantías de estos negocios terminan por cerrar el combo de restricciones para acceder a este tipo de financiación.

Llegado a este punto, pareciera que la suerte de una startup está echada a un crecimiento orgánico o a la autofinanciación por parte de los emprendedores. La realidad es otra y acá es donde entran en juego las aceleradoras, los inversionistas ángeles y los fondos de Venture Capital. Agentes del ecosistema emprendedor que a través de sus aportaciones hacen que proyectos de impacto y con alto riesgo puedan evolucionar.

Riesgos que, si son los suficientemente pacientes, pueden venir acompañados con altas rentabilidades. Aunque haya que ceder participación al invitar inversionistas, vale la pena analizar como esto compensa con crecimiento y fortalecimiento de la propuesta de valor.

Llegados a este punto, como emprendedores deberíamos hacernos la pregunta, ¿preferimos una compañía donde mantenemos el 100% de las acciones pero que por falta de dinero no logramos hacerla crecer, o apostamos a ceder parte de nuestra participación para que una inyección de capital permita aprovechar la oportunidad?
Ingeniero Marcelo Roca
EN/www.rocamarcelo.com/CC/rp

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