Este jueves se aguardaba la acordada de la Corte Suprema de Justicia respecto al desplazamiento, por el Senado nacional y la administración Fernández, de los jueces federales Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli. Fuertes posiciones dispares entre los magistrados del máximo tribunal de la Nación impidieron emitir un dictamen. Lo cierto es que cada juez tiene una visión personal distinta sobre la decisión final.
Todo tipo de especulaciones circulan en torno al clima interno que se vive en la Corte, donde es bien conocida las confrontaciones que hay entre sus integrantes. Esta hipótesis abre la perspectiva que la votación final no será unánime, y solo se tiene certeza de cuál será el voto del titular, el Dr. Carlos Rosenkrantz. Respecto a la Dra. Elena Highton de Nolasco, crecen las dudas sobre su decisión, mientras circulan versiones de disparidades de criterios entre Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti.
Trascendió que los integrantes de la Corte llegaron este jueves a la reunión con votos absolutamente distintos entre ellos. Como se sabe se debe contar como mínimo con tres votos similares para dar por aprobada una acordada. Subyace, en la conciencia de cada uno de los miembros de la Corte, el convencimiento que la decisión que deben adoptar tienen tal magnitud que no solo tendrá impacto político, sino también en la reacción de una sociedad que está expectante de la decisión que adopten, y que la misma impactará sobre su prestigio profesional e incluso sobre sus familias.
Por cierto, la acordada 7 del 11 de abril del 2018, firmada por Lorensetti, Maqueda y Rosatti, es la que habilitó los traslados de los jueces, ahora cuestionados por la Casa Rosada, y que de avanzar en la aprobación de sus desplazamientos significará que los tres miembros de la Corte se desdecirían de un acto anterior, con todas las implicancias que esto representaría para la Justicia, y con consecuencias que afectarían a más de un centenar de jueces en todo el país.
La complejidad de la decisión a adoptar, por la Corte, ha impedido que en las dos reuniones que hubo, sobre el tema de los jueces desplazados, no se haya podido alcanzar los votos necesarios para una definición. Más, en el primer encuentro, realizado por Zoom, había dos magistrados que coincidían en su voto, pero lo sorprendente es que en la efectuada este jueves todos tenían posiciones diferentes.
El próximo martes, los integrantes de la Corte volverán a reunirse, el dilema que enfrentan es encontrar una decisión político-jurídica que les permitan salir de una decisión difícil, que según el curso que adopten tendrá consecuencias no solo en el ámbito judicial, político, económico y en la sociedad, sino que estará bordeando de acuerdo al fallo la posibilidad de un conflicto de poderes, según sea interpretado en la coalición del Gobierno lo que resuelva la Corte.
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