viernes 29 marzo 2024

Fernández sin plan económico viaja a Roma a buscar apoyo para la negociación con el FMI

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«Si todavía no cerramos un acuerdo es porque no nos vamos a arrodillar. Vamos a negociar hasta que nuestro pueblo no vea en riesgo su futuro por pagar una deuda»,  vociferó el presidente Alberto Fernández en el estadio de Deportivo Morón colmado por kirchneristas  y rodeado de la  cúpula de la coalición en pleno -la ausencia de Cristina Kirchner estaba prevista-.  Unos 30 mil militantes ocuparon el campo de futbol y las tribunas, sin ningún tipo protocolo,  soportaron el intenso calor de la tarde y prestaron poca atención a las palabras de Alberto,  que se extendieron por unos treinta minutos.

El acto organizado para recordar los once años de fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, fue gestado para tratar de mostrar una unidad de la coalición gobernarte, en plena campaña por las elecciones legislativas del próximo 14 de noviembre, sumida en un clima interno de profundas disputas entre los integrantes del Frente de Todos. En ese escenario Alberto F. optó por recordar al ex Presidente con repasos de la primera gestión K, críticas a los medios de comunicación y a la oposición, y un mensaje al Fondo Monetario y al interior del Frente de Todos, en momentos en que la discusión por el pago de la deuda eclipsa buena parte del debate interno.

«A veces quisiera pedirle a los diarios que en lugar de pedirme a mí que apure un acuerdo con el Fondo de cualquier modo, le pidan al Fondo que se haga responsable de haberle dado a la Argentina una deuda que no se podía pagar. Nosotros no vamos a hacer un acuerdo que postergue más a los argentinos que hoy han quedado postergados», abundó el mandatario en un acto cuyo lema principal estampado en el escenario fue «Primero se crece, después se paga».

El jefe de Estado, parece no tener en cuenta que sus palabras se escuchan a nivel internacional, y tienen consecuencias, y estas se pronunciaron a menos de 24 horas de embarcarse rumbo a Roma, donde participará, a partir del viernes,  de la cumbre del G20: lo espera Kristalina Georgieva para un encuentro mano a mano que fue confirmado por la Casa Rosada en la tarde del martes. Cuál es el único tema de ese encuentro? la negociación de la deuda de u$s 44.000 millones con el FMI.

«Voy a pelear todo lo que sea necesario y voy a cerrar con el Fondo el día que sepa que eso no condiciona el futuro de la Argentina», advirtió el jefe de Estado ante los asistentes  al acto en la cancha de Deportivo Morón. Con un oportunismo discursivo que parece desentonar con el objetivo de su viaje a Roma destinado a conseguir apoyo de los  líderes del mundo en la negociación de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, en la que se pretende que se eliminen las sobretasas que deben pagar los países que piden más dinero que el que está previsto según la cuota de participación que tienen en los organismos de crédito.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, busca  que el G20 le digan al FMI que no cobre o que reduzca la sobretasa que recibe por el préstamo a la Argentina  que implica un desembolso de unos 900 millones de dólares anuales. Desde hace un año y medio Guzmán viene negociado ese reducción y nada ha conseguido, Motivo principal, todo queda trabado cuando se le pide al ministro que presenten un plan económico consistente que permita visualizar el pago de la deuda.

La pretensión Argentina tiene varios obstáculos. El primero es que algunos países -por ejemplo, Japón- ya le dijeron a la Casa Rosada que se oponen a esa idea. Otro grupo de países -como Estados Unidos o Alemania- tienen diferencias en sus propias administraciones sobre el punto, en parte motivadas por las opiniones de sus equipos económicos. Además, está la resistencia del propio Fondo, que sabe que la sobretasa sirve para estimular a que los deudores paguen en término y también para financiar la propia burocracia y el funcionamiento del organismo.

Una llave fundamental para abrir la puerta que posibilite al reclamo de Argentina está en el departamento del Tesoro de los Estados Unidos, que hasta ahora ha mantenido absoluto silencio. Pero el nuevo embajador de la Casa Blanca, en Buenos Aires, Marc Stanley, ya reiteró el remanido tema de la necesidad de un plan económico consistente, y dejó en claro las preocupaciones en Washington respecto a la características de las vinculaciones entre Argentina, China y Rusia, como así también las posiciones de la coalición gobernante con la situación en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Mientras tanto, con su visión doméstica de los problemas que enfrenta el país, y para tratar de transparentar la crisis interna que agita el Frente de Todos, agravada por el resultado de los comicios de las PASO, Fernández intento, en la cancha de Deportivo Morón,  de mostrar una postal de unidad para desdramatizar las tensiones puertas adentro. «No todos pensamos igual y tenemos matices. Vivan los matices. Vivan las diferencias. Vivan los debates. Nadie nos enseñó más que Néstor que nadie es dueño de la verdad. ¡Cómo me va a molestar el debate!».

P/ag.ln.cl.vfn/gr.rp.

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