martes 16 abril 2024

Alberto F. pasó de Juan Domingo Biden, a ofrecer una puerta a Putin en Latinoamérica y a afiliar a Xi Jinping al peronismo

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En Roma, en medio de la cumbre del G20, el jefe de Estado, Alberto Fernández, circuló por los salones hasta que logró la foto que buscaba, un abrazo con el presidente de Estados Unidos Joe Biden. Alberto tenía en su cabeza que lo había rebautizado como Juan Domingo Biden, a quién le pedía apoyo para avanzar en las conversaciones con el FMI.

Pasó el tiempo y después de recibir la colaboración de la Casa Blanca para avanzar en un “entendimiento” con el Fondo, que provocó la ira de Cristina Kirchner que derivó en la renuncia de su hijo, Máximo, a la presidencia del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Alberto F. buscó, entonces, otro abrazo. En este caso el de Vladimir Putin, y sin respetar los códigos diplomáticos cuestionó, ante el mandamás ruso, a Washington y al  FMI, de los que todavía necesita asistencia para encauzar la deuda con el organismo internacional.

El inquilino de la Casa Rosada, como es ya sabido, no mide sus palabras y dispara aquellas que cree, como veterano lobista, que servirán para congraciarse con su interlocutor de turno y entonces le ofreció a Putin  que “Argentina sea la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica”,  sin tomar en cuenta que hoy el Kremlin sostiene una riesgosa confrontación no solo con Estados Unidos sino también con la Unión Europea, que observan con preocupación y en estado de alerta el despliegue de tropas rusas en la frontera con una Ucrania que se siente amenazada por una posible invasión de su poderoso vecino.

El jefe de Estado siguió su gira y aterrizó en Beijing. Frente a un circunspecto Xi Jinping, rodeado del riguroso protocolo chino, Alberto recurrió otra vez a su artilugio de lobista, y convencido que podía impresionar a un impenetrable Xi Jinping, le manifestó que  “si Ud. fuera argentino seguro sería peronista”.

Sin medir consecuencias, en el terreno geopolítico, el presidente Fernández se introdujo en un tema que enfrenta a China con Estados Unidos al reiterar que reconoce que hay una sola China, cuando desde la administración Biden se advierte que se respalda diplomática y militarmente  la independencia de Taiwan,  isla que Beijing reclama como propia, y que también abarca el conflicto sobre la soberanía en el mar meridional de China, que involucra a Japón, un destacado integrante dentro del FMI.

Fuentes diplomáticas deslizaron que se había sugerido a Fernández que evitara referirse a  temas conflictivos entre Estados Unidos, China y Rusia. El jefe de Estado desatendió esos consejos y  prefirió en cambio asumir como propios los criterios geopolíticos de su vicepresidenta. Cristina Kirchner sostiene, desde hace tiempo, que la preminencia de Occidente está llegando a su fin y que el futuro está en el liderazgo global de China, asociada con Rusia, que han ratificado, recientemente, su alianza total contra Estados Unidos.

Con las manifestaciones públicas, y los acuerdos firmados por Alberto Fernández en Moscú y Beijing Argentina ha quedado alineada en el plano internacional junto a Irán, Cuba, Venezuela,y Nicaragua, paises a los que Xi Jinping se propone sumar los integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. Comunidad en la que Argentina, este año, es presidente pro tempore y en la que Xi Jinping pretende conformar un Foro China-Celac, dondel Beijing busca convertirse en un poderoso influyente en América Latina y en el Caribe. Objetivo que preocupa a Washington por la creciente penetración china en la región. Preocupación que el embajador en Buenos Aires, Marc Stanley, ha comunicado a la Casa Rosada.

Que ha conseguido en esta gira Alberto Fernández, hasta ahora solo la firma de algunos acuerdos, y cierta palabra de apoyo para las negociaciones en el FMI. Sin embargo, en las reuniones privadas con Putin y Xi Jinping, el compromiso de ambos fue de comprensión de la crisis económica en Argentina, pero sin apartarse de las normas del Fondo. Y aún más, le señalaron a Fernández,que toda asistencia de inversiones o financiamiento tendrán como referencia el acuerdo al que finalmente arribe Argentina con el organismo internacional.

Si bien, a través de la Cancillería, se informó que se habían alcanzado acuerdos de inversiones y financiamientos por u$s 23.700 millones, que se recibirían en dos tramos. el comunicado oficial del gobierno chino, que se difundió con su mesura característica, no  revela montos a aplicar. Si, en cambio, se destaca la decisión de Argentina de sumarse al programa de Belt and Route, “La Franja y la ruta”, pero que por ahora es solo una “carta de intención” para integrar el ambicioso proyecto  de Xi Jinping con el que busca emular “La Ruta de la Seda” que le dio al histórico Imperio del gigante asiático siglos de influencia global.

Pero en fuentes políticas, respecto a inversiones chinas, recuerdan que el  7 de noviembre de 2004, cuando faltaban pocos días para la visita a nuestro país del presidente chino de entonces, Hu Jintao, el gobierno argentino, presidido por Néstor Kirchner, reveló que China iba a financiar un mega-plan de infraestructura por la cifra de 20.000 millones de dólares, monto similar que ahora, 18 años después, acaba de surgir del entorno de Alberto Fernández desde Beijing, Aquellas inversiones nunca llegaron, y ahora la información del gobierno chino se abstuvo de revelar cifra alguna.

Entre otros aspectos, el comunicado chino destaca “La cooperación sino-argentina en los ámbitos como el espacial y el marítimo ha hecho positivas contribuciones a las actividades humanas de exploración del espacio y de los mares.” pero no especifica nada sobre la base de exploración espacial china instalada en Neuquén, ni detalles del ofrecimiento de la tecnología 5G, y tampoco sobre acuerdos en el campo de la educación y equipamiento militar para la Argentina. Temas que inquietan a la Casa Blanca que los monitorea con particular atención.

Fernández ha emprendido su regreso al país. Pero previamente hará escala en Barbados para cumplir con su rol de presidente pro tempore de la CELAC. El próximo martes llegará a Buenos Aires. Aquí deberá revelar ante la oposición, el alcance de los compromisos de largo plazo acordados con Moscú y Beijing, que comprometen a la Argentina en su posicionamiento geopolítico. Compromisos que desde JxC perciben que afectarán las negociaciones con el FMI, aunque desde el organismo internacional se ha insistido que para que el actual “entendimiento” se convierta en “acuerdo”, el Gobierno deberá resolver primero su propia interna.  

P/ag.ln.cl.vfn/gr.rp.

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