Stepanakert. El balance de la llamada «operación antiterrorista» de Azerbaiyán se eleva a al menos 200 muertos y 400 heridos, según funcionarios de derechos humanos de la región separatista citados por la agencia de noticias Reuters. Este miércoles, Azerbaiyán logró una victoria relámpago sobre los separatistas del territorio en disputa. Se firmó un alto al fuego y Bakú espera que el territorio pase a estar bajo su autoridad.
La operación azerbaiyana en el Nagorno Karabaj dejó un dramático balance: al menos 200 muertos y 400 heridos, como anunciaron los separatistas armenios de la región.
Según Gegham Stepanián, defensor del pueblo karabají, entre los muertos figuran diez civiles y entre ellos, cinco niños. También habría 40 civiles heridos. Por otro lado, las autoridades azerbaiyanas anunciaron dos civiles muertos durante la operación.
Según el Ministerio ruso de Defensa, dos soldados de las tropas rusas de mantenimiento de la paz murieron este miércoles al ser tiroteado el vehículo en el que viajaban.
La potente operación de 24 horas de Azerbaiyán, lanzada tras la muerte de seis personas -entre policías y civiles- por la explosión de minas colocadas por supuestos «saboteadores» armenios, finalmente llevó a los separatistas armenios a aceptar deponer las armas.
Se alcanzó un alto el fuego en la región este miércoles 20 de septiembre tras el cual se llevarán a cabo negociaciones sobre la reintegración de este territorio a Azerbaiyán. Las conversaciones deberían empezar este jueves en la ciudad azerbaiyana de Yevlakh.
«Con la mediación del mando de las fuerzas rusas de mantenimiento de la paz se alcanzó un acuerdo sobre el cese total de las hostilidades» y se prevé «la retirada de las unidades y militares restantes de las fuerzas armadas armenias» y «la disolución y el desarme completo de las formaciones del Ejército de Defensa de Nagorno Karabaj», indicó la presidencia de los separatistas en un comunicado.
Este miércoles, Armenia también acusó a las tropas azerbaiyanas de abrir fuego contra posiciones militares armenias cerca de la ciudad fronteriza de Sotk, a unos 140 kilómetros de Nagorno Karabaj. Pero Azerbaiyán negó las acusaciones.
Esta decisión supone una importante victoria para el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, quien podría llevar al país a recuperar la región que está reconocida internacionalmente como parte de su territorio pero que ha sido escenario de dos guerras entre Azerbaiyán y Armenia, una de 1988 a 1994 y otra en otoño de 2020.
Aliev aseguró que Azerbaiyán había «restaurado su soberanía» en este enclave poblado de armenios. También dijo que las fuerzas armenias habían empezado a entregar sus armas y a abandonar el territorio.
En las calles de Bakú, la población saludó los anuncios. «Creo que es algo bueno para Azerbaiyán», declaró a la AFP Elbrus Sahverdiev este miércoles.
Esta victoria «aumentará sin duda la popularidad de Ilham Aliev” que tendrá que «cumplir su promesa de garantizar los derechos de los armenios de Karabaj», subrayó Chahin Hajiev, experto independiente azerbaiyano, a la AFP.
«Convertiremos Karabaj en un paraíso», aseguró Aliev, afirmando que los armenios que viven en el enclave podrían participar en las elecciones azerbaiyanas, recibir educación estatal y practicar su religión cristiana en el país de mayoría musulmana.
Sin embargo, miles de armenios se concentraron en el aeropuerto de, la capital de Karabaj, intentando huir de la región, con recelo respecto a Bakú y con miedo a lo que pueda suceder en el futuro. Alrededor de 120.000 personas viven en el enclave.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian aseguró que Armenia no participó en el acuerdo de alto el fuego firmado por Bakú y los karabajíes. El líder fue criticado por no haber enviado ayuda a Nagorno Karabaj durante la reciente ofensiva.
Este miércoles, miles de manifestantes se reunieron frente a la sede del Gobierno, denunciando la falta de acción del primer ministro frente a un enemigo mucho más armado. La policía detuvo a varias personas y pidió que se restaure el orden, amenazando con tomar «medidas especiales» en caso contrario.
Agentes del orden se cubren tras sus escudos mientras los manifestantes lanzan objetos hacia el edificio del gobierno durante una concentración de apoyo a los armenios étnicos de Nagorno-Karabaj, en Ereván, Armenia, 20 de septiembre de 2023.
Los partidos de la oposición pidieron al Parlamento que ponga en marcha un «proceso de destitución» del primer ministro, según Ichkhan Sagatelian, del partido Dashnak. Pachinian «debe irse, no puede dirigir el país», también dijo un manifestante a la AFP.
Armenia denunció una limpieza étnica por parte de Azerbaiyán y varios diplomáticos armenios criticaron a la comunidad internacional por tolerar «la limpieza étnica militar» en la región.
Rusia, que saludó el acuerdo de cese el fuego, rechazó este miércoles las denuncias. «Por ahora no hay motivos para hablar de limpieza étnica», dijo el portavoz del kremlin, Dmitri Peskov, en declaraciones a la televisión pública rusa.
Durante los últimos meses, Armenia se ha quejado de que Rusia, que ha sido su principal aliado y protector frente a Azerbaiyán -respaldado a su vez por Turquía-, ha menguado esfuerzos en su protección a los armenios de Karabaj dentro del conflicto.
Esto se da en un contexto de aproximación entre Moscú y Ankara, que ha desempeñado un papel de mediador clave en asuntos de comercio durante la guerra en Ucrania.
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