Después del intenso éxodo desde el enclave de Nagorno Karabaj, el flujo de armenios se detuvo. Solo quedan funcionarios y unos pocos ciudadanos en el territorio ahora administrado por Azerbaiyán. Al mismo tiempo, las autoridades azerbaiyanas siguen persiguiendo a los líderes separatistas mientras que una misión de la ONU llegó al territorio por primera vez en 30 años. Por su lado, el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev afirmó que la región de Cáucaso Sur puede «entrar en una era de paz».
«100.520 desplazados forzosos de Nagorno Karabaj llegaron a Armenia. Como se puede ver, el número prácticamente no ha cambiado desde ayer, lo que significa que el flujo de personas se ha detenido en su mayor parte y solo los funcionarios y un número limitado de la población permanecen allí», señaló Nazeli Baghdasarián, portavoz del primer ministro armenio Nikol Pashinián.
«Informamos también que el Gobierno sigue centrándose en el tema de los ciudadanos que quieren trasladarse a Armenia» desde Nagorno Karabaj, añadió.
Aunque Bakú se comprometió a respetar los derechos de los armenios de Nagorno Karabaj, la mayoría de ellos huyeron de la región, temiendo represalias por parte de las autoridades azerbaiyanas. Según lo constataron los periodistas de la agencia AP, las calles de la capital regional Stepanakert -que los azerbaiyanos llaman Khankendi- lucen vacías.
Nagorno Karabaj, estrecho y montañoso enclave de unos 4.400 kilómetros cuadrados y poblados de armenios, se encuentra bajo control de Azerbaiyán desde el pasado 20 de septiembre, un día después de que el país vecino lanzo una operación militar para controlar este territorio reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán. La disolución de la República de Nagorno-Karabaj, anunciada el jueves 28 de septiembre, pero con un plazo hasta final de año, marcó la victoria total de Bakú en la zona.
Del total de refugiados que llegaron a Armenia, casi 90.000 se registraron en el centro humanitario gubernamental, indicó Nazeli Baghdasarián. El 54% de ellos tuvieron que acudir a alojamientos suministrados por el Estado.
Para hacer frente a esas numerosas llegadas, el Gobierno de Armenia anunció el domingo la implementación de un programa de asistencia a los refugiados que no tienen un lugar donde vivir en Armenia.
Mientras Armenia se enfoca en la ayuda a los desplazados, Azerbaiyán amplia su control sobre la región, arrestando a varios exintegrantes del gobierno separatista y alentando el regreso de azerbaiyanos que huyeron de allí en medio del conflicto separatista iniciado hace tres décadas.
INT/ag.agencias.europapress/re.rp.