Jerusalén. Dentro del cuartel general de defensa israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu supervisó la primera liberación de rehenes en poder de Hamas , mientras afuera, sus familias en una plaza de Tel Aviv se reunían en torno a Benny Gantz, su principal rival para el puesto más alto.
Ante la cámara, Gantz, ex jefe del ejército y líder de la oposición que se unió al gabinete de guerra de Netanyahu el mes pasado, pidió intencionadamente a un equipo de televisión que lo dejara solo con las familias. Las fotos publicadas más tarde lo mostraban abrazando a personas entre la multitud.
Ante una enorme ola de críticas por su fracaso a la hora de impedir la impactante infiltración de Hamás en Israel el 7 de octubre, Netanyahu ha evitado en gran medida ser el centro de atención mientras lleva a cabo una guerra en dos frentes, uno contra Hamás y el otro por su propia supervivencia política.
Netanyahu, de 74 años, ha mantenido durante mucho tiempo una imagen de halcón de seguridad, duro con Irán y respaldado por un ejército que garantizó que los judíos nunca más sufrieran un Holocausto, solo para experimentar bajo su mandato el incidente más mortífero en los 75 años de historia de Israel. .
Los israelíes han rechazado a algunos de los ministros del gabinete de Netanyahu , culpándolos por no impedir que los terroristas palestinos de Hamas entraran desde Gaza, matando a 1.400 personas, secuestrando a 240 más y sumergiendo al país en una guerra.
En incidentes separados, al menos tres de sus ministros fueron objeto de burlas y abusos cuando aparecieron en público, lo que subraya la magnitud de la furia pública por los fracasos que allanaron el camino para que Hamás llevara a cabo el ataque.
Durante el fin de semana, su oficina publicó vídeos que lo mostraban en la sala de situación del Ministerio de Defensa. El domingo, Netanyahu visitó Gaza. Posteriormente, su oficina publicó fotografías que lo mostraban con casco y chaleco antibalas reuniéndose con soldados y comandantes.
Conocido por su apodo «Bibi», Netanyahu se beneficiará de una guerra que retrasa aún más su juicio por corrupción de tres años y medio y pospone una esperada investigación estatal sobre por qué Israel bajo su liderazgo fue tomado por sorpresa.
Al reunirse con los generales, también puede esperar salvar su reputación mediante su conducción de la guerra y el regreso de los rehenes, mientras se niega a aceptar responsabilidad y desestima una pregunta en una inusual conferencia de prensa sobre si renunciaría.
Pero su biógrafo Anshel Pfeffer dijo: «No importa cuánto tiempo Netanyahu consiga mantenerse en el poder, no salvará su reputación.
«Ahora está irremediablemente manchado por el fracaso en impedir la masacre del 7 de octubre, por su propia estrategia de permitir que Hamas mantenga el control, con su arsenal militar, en Gaza y por los esfuerzos de ayuda civil absolutamente ineptos de su gobierno desde el ataque del 7 de octubree.»
Pfeffer, autor del libro de 2018 «Bibi: The Turbulent Life and Times of Benjamin Netanyahu», dijo que las encuestas de las últimas semanas mostraban que los israelíes confiaban en el sistema de seguridad para liderar el esfuerzo bélico, pero no en Netanyahu.
«El fracaso del 7 de octubre es su legado. Cualquier éxito que Israel tenga después no se le atribuirá a él».
Netanyahu ha prometido controlar la seguridad en Gaza de forma indefinida, añadiendo incertidumbre al destino de un enclave donde durante siete semanas Israel estuvo atacando antes de forjar una tregua temporal con Hamás y la liberación de rehenes a cambio de la liberación de los detenidos palestinos de Israel.
Unos 14.800 palestinos han muerto en la guerra, dicen las autoridades sanitarias de Gaza, y cientos de miles han sido desplazados.
Netanyahu, el primer ministro que más tiempo ha estado en el cargo en Israel, ha sobrevivido a muchas crisis políticas, ha protagonizado varias reapariciones y no necesitará enfrentar otras elecciones dentro de tres años si su coalición permanece intacta.
«Lo conozco muy bien y se concentra en lo que está haciendo. Es realmente una persona muy trabajadora y ahora está dirigiendo una guerra y sostiene, como un malabarista, media docena de bolas en el aire. y para mantenerlos sólo en el aire debe concentrarse», dijo Abraham Diskin, profesor emérito de ciencias políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
«Salir y enfrentar a personas que te gritan y realmente te odian, no tiene ningún beneficio, así que decidió dejarlo», dijo Diskin.
Delgado, alto, de ojos azules y de trato fácil, Gantz, de 64 años, se unió a un gabinete de guerra israelí que Netanyahu formó días después del ataque de Hamas para unir al país detrás de una campaña para destruir a Hamas y recuperar a los rehenes.
Con casi 40 años en el ejército, el centrista Gantz ofrece a Netanyahu y su partido derechista Likud un gobierno más estable que reduce la influencia de los socios religiosos y de extrema derecha de la coalición en los márgenes de la sociedad israelí.
Unidos quizás en la guerra, están en desacuerdo políticamente.
Él, Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, del Likud, han celebrado juntos conferencias de prensa. Una foto de uno de esos eventos que se volvió viral en las redes sociales capturó a Netanyahu solo, y a Gallant y Gantz juntos a un lado.
Una encuesta de opinión del 16 de noviembre encontró que la coalición liderada por Netanyahu que ganó 64 escaños en las elecciones de noviembre de 2022 obtendría hoy 45 en la Knesset de 120 miembros, en comparación con los 70 escaños de los partidos liderados por el Partido de Unidad Nacional de Gantz, suficientes para asumir el poder.
La encuesta para el Canal 12 de Israel tuvo lugar una semana antes de que Qatar anunciara el acuerdo de rehenes y fue realizada entre 502 encuestados por el encuestador Mano Geva y la empresa Midgam y tuvo un margen de error de 4,4 puntos porcentuales.
Gantz tiene poca experiencia oel talento de Netanyahu en el escenario mundial, y los críticos dicen que su actitud relajada muestra indecisión y falta de principios. Gantz se ha descrito a sí mismo como alguien que tiene más determinación que barniz.
A menudo percibido como tan agresivo con los palestinos como Netanyahu, Gantz no ha llegado a ningún compromiso con la condición de Estado que buscan, pero en el pasado respaldó los esfuerzos para reiniciar las conversaciones de paz con ellos.
Los israelíes han acudido a las urnas cinco veces en los últimos cinco años. Ningún partido ha obtenido nunca una mayoría parlamentaria simple y siempre ha sido necesaria una coalición de partidos. Con la guerra en marcha, nadie sugiere celebrar elecciones nuevamente.
Pero hace dos semanas, el líder de la oposición centrista, Yair Lapid, dijo que era hora de reemplazar a Netanyahu sin acudir a elecciones.
Sugirió que habría un amplio apoyo para un gobierno de unidad liderado por el partido derechista Likud de Netanyahu, pero nadie dentro del Likud ha surgido para desafiar a Netanyahu.
«No podemos permitirnos otro ciclo electoral el próximo año en el que sigamos luchando y explicando por qué el otro lado es un desastre», escribió Lapid en X, antes conocido como Twitter.
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