domingo 28 abril 2024

Máxima tensión entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich por la negociación con Javier Milei sobre el reparto de cargos en el nuevo gobierno

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El vínculo personal y político entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich se ha ido deteriorando con el correr de los últimos meses. Los iniciales desencuentros entre el expresidente y la titular de Pro se dieron durante la contienda electoral, antes de que se desarrollara la primera vuelta, por la injerencia de Macri en la campaña o sus guiños a Javier Milei. Tras la derrota en los comicios generales, se unieron para apoyar al líder de La Libertad Avanza con el propósito de derrotar a Sergio Massa, pero desde ese momento compitieron para capitalizar la autoría del pacto de Acasusso, decisivo para el triunfo de Milei en el balotaje. El último capítulo de la pelea, tal vez el más álgido, arrancó desde el momento en que el economista comenzó a diseñar su Gabinete en plena transición y se desató la puja de poder en Pro por la negociación de cargos con los libertarios.

Las diferencias entre Macri y Bullrich se hicieron notorias en los últimos días, cuando la excandidata presidencial de Juntos por el Cambio recibió un llamado de Milei el jueves pasado y aceptó su oferta para regresar al Ministerio de Seguridad. La jugada del presidente electo descolocó a Macri, quien se encontraba en medio de una gira por Medio Oriente. El expresidente, que había postergado la discusión por los cargos y la eventual adhesión de Pro a la gestión de Milei antes de que emprendiera su viaje, no ocultó su malestar con Bullrich, ya que consideraba que había tomado una decisión a título personal e inconsulta. Macri, que optó por tomar distancia de la idea de “cogobierno”, prefería explorar un acuerdo institucional e integral para incorporar cuadros de Pro a la gestión y fortalecer la gobernabilidad a Milei, una preocupación de los libertarios. Con ese objetivo, le recomendó al presidente electo que Cristian Ritondo sea el titular de la Cámara de Diputados. Desde Medio Oriente aclaró que no le había pedido a Milei por Bullrich ni Luis “Toto” Caputo y que tampoco había vetado a Federico Sturzenegger. “Si Patricia va al Gobierno, lo hace en términos personales, no es un acuerdo con Pro”, apuntan colaboradores de Macri. Es la misma línea que fijaron los gobernadores de JxC: colaborar no es cogobernar.

Bullrich se enfureció con Macri cuando vio que se filtraba en los medios que el expresidente cuestionaba su decisión de aceptar la propuesta de Milei y que le achacaba no haber esperado a que se diera un debate interno en Pro. Es que ella consideró que Macri ya había roto el presunto pacto de negociar en conjunto cuando fue a verlo solo a Milei el lunes 20 de noviembre al hotel Libertador. Bullrich no estaba al tanto de esa cumbre -tampoco Milei, que debió suspender una entrevista-, y decidió hacer su juego. En la intimidad la exministra se mostró harta de los manejos de Macri, sobre todo, que quiera imponerle su liderazgo. “Patricia no tiene jefes. Es una militante política hace más de veinte años”, comenta uno de los alfiles de confianza de Bullrich. Escena de la profunda crisis en Pro que provocó la debacle en las urnas. Ahora emergen tres facciones.

El último paso de la titular del partido fundado por Macri para explicitar su distanciamiento con el expresidente se concretó anoche. Pasadas las 23, le envió un mensaje explosivo a la periodista Viviana Canosa, mientas conducía su ciclo en LN+, para aclarar que su desembarco en el gobierno de Milei no dependía del aval de Macri ni el eventual nombramiento de Ritondo como presidente de la Cámara baja. “Yo no me someto a Mauricio Macri”, escribió la exministra, a quien el exmandatario promocionó durante la campaña -nutrió a sus equipos y le consiguió financiamiento- para esmerilar el proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, otro de sus herederos en Pro con el que rompió su vínculo.

Bullrich, quien fue esta mañana a ver a Milei a su búnker en medio de la incertidumbre por las demoras en la confirmación de su llegada a Seguridad, no quiere formar parte de “ningún paquete” de negociación de Macri. Por eso, sus laderos aclaran que ella tiene entidad política propia y su determinación de ingresar al Gobierno de Milei no depende de factores externos. Bullrich avala que Ritondo conduzca la cámara. De hecho, los suyos dicen que sería “importante”, porque de esa manera LLA tendría control de las comisiones de presupuesto o DNU, sitios estratégicos para el arranque de la gestión.

¿Hoy fue a cerrar el trato o apurar la oficialización? “Están deshojando la margarita. Ella, como excandidata, debe tener un anuncio diferente”, sugieren cerca de Bullrich. Ayer Milei deslizó en una entrevista radial que la demora se debía a una “cuestión de estrategia” de comunicación. Apenas la exministra se fue del búnker libertario trascendió una versión de que podría recalar en la Secretaría de Trabajo, pero al menos dos integrantes de su mesa chica negaron esa información ante la consulta de LN. “Es mentira. Se sigue trabajando. Estuvo con Milei y sus equipos”, afirman. En el encuentro en el Hotel Libertador, Milei le presentó a Bullrich a Sandra Pettovello, candidata a presidir Capital Humano. A diferencia de lo que plantea Macri ante la opinión pública -que no se involucra en los “poroteos”-, la exministra pujaría por más lugares, como Defensa, para seguidores suyos, como el radical Luis Petri. ¿Pedirá por Federico Pinedo y Hernán Lombardi, quien organiza junto a Jorge Faurie y “El Jefe”, Karina Milei, la organización de la asunción presidencial?

En el entorno de la titular de Pro confían en que no se caerá su designación. Ella ya mantuvo reuniones para armar su equipo, aún no había definido a su número dos, y se vio con Guillermo Ferraro, futuro ministro de Infraestructura. También se vio en un café con el gobernador electo de Santa Fe Maximiliano Pullaro para comenzar a coordinar el operativo para combatir el narcotráfico en esa provincia. A su vez, recibió a Waldo Wolff, que estará a cargo de Seguridad en la Ciudad, quien le garantizó la continuidad del bullrichista Ezequiel Daglio en esa cartera.

Quienes charlaron con ella en los últimos días notaron su deseo de que Milei despeje las dudas y, más que nada, su malestar con Macri. Incluso ordenó una ofensiva de su tropa en la cumbre de gobernadores de JxC para fijar su posición. “Si Milei no la anuncia, ella se queda con un menor grado de libertad. De acá al lunes, seguro hay novedades”, dice uno de los feligreses de la exministra. Las reuniones de Francos con Aníbal Fernández por la transición en Seguridad o el malestar de Victoria Villarruel -y su raid de visitas a las cúpulas de las fuerzas- sumaron ruidos en el bullrichismo.

Macri toma distancia de Milei

Desde que regresó al país el lunes a la noche el expresidente se dedicó más a la pelea por recuperar Boca Juniors, su gran objetivo tras retener la Ciudad y derrotar a Massa con el empujón a Milei, que a la tensa negociación por el reparto de poder en el nuevo gobierno. Si Macri ya se había mostrado prescindente antes de irse a Medio Oriente, ahora se lo nota mucho menos entusiasmado con las señales iniciales de Milei. En su entorno ya no lo notan embalado con el libertario como hace un puñado de semanas. Sus allegados aclaran que no cogobierna ni cogobernará con Milei. Y que toma distancia del reparto de cargos. Niega que haya hecho pedidos concretos para desembarcar en la AFIP, AFI o Justicia, pero los suyos reconocen que pudo hacer sugerencias. “Le molesta que le endilguen pedidos que no hace”, sostienen en el campamento macrista.

En la cúpula Pro, cuyos popes coinciden en que Bullrich debería dejar la presidencia del partido si va a Seguridad, es un secreto a voces que Macri está molesto con la actitud de la exministra. “Patricia es Patricia. Peleado no está, pero han tenido mejor diálogo”, admiten el círculo de confianza del exmandatario.

A Macri, dicen quienes lo frecuentan, le llama la atención que Milei privilegie por estas horas tender puentes con un sector del peronismo. Pone la mira, sobre todo, en Guillermo Francos, el eventual ministro del Interior y uno de los principales arquitectos del dique de contención para evitar una avanzada de Macri. En LLA temen que la sombra del expresidente, al que le atribuyen presiones para copar sectores clave del gobierno, desdibuje la autoridad del presidente electo. Por eso, no se quieren limitar a Pro y tienden puentes con el PJ no K. “Francos viene de ese mundo. Es raro, porque la gente votó en contra de ese peronismo. Pero es un problema de Javier”, apuntan consejeros del exmandatario.

A Macri y sus leales les parecería un error que no comprometan a Pro en el trabajo para pelear por los votos en el Congreso. Es decir, si Ritondo no es presidente, el Pro discutirá ley por ley desde un rol de oposición. En el entorno de Macri repiten que avala la postulación del exministro de seguridad bonaerense, pero no es una exigencia de él ni presiona porque se concrete. Macri prefiere mantener la prescindencia, pese a que aclara que está dispuesto a colaborar con la gobernabilidad. “Mauricio no va a cogobernar con Milei, ni a palos”, remarcan los dirigentes leales a Macri.

Es más, el expresidente tampoco sentiría que cogobierne con Milei en caso de que Ritondo sea electo como nuevo titular de Diputados y Bullrich asuma en Seguridad. Sus confidentes admiten que tendría otra simbología para Pro, pero Macri no se siente parte de la experiencia que arrancará LLA. No hubo, consideran, una apertura ni un armado conjunto. Su conversación con Milei, dicen cerca de Macri, sobre sus elegidos para llegar al Gobierno aún no se dio. Hay un distanciamiento o, al menos, una táctica para exhibir un corrimiento.

P/ag.agencias.ln/gr.

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