Las declaraciones del líder republicano, que desde su primer gobierno se ha mostrado afín al presidente ruso, Vladimir Putin, llegan tras las dilaciones del Kremlin para alcanzar un acuerdo que conduzca al fin de la invasión a Ucrania, al tiempo que recrudece sus ataques.
Sin duda, un cambio de tono con respecto a sus declaraciones en los primeros meses de su actual mandato, incluida la amenaza a Moscú —el pasado julio— sobre la imposición de “aranceles del 100%” si no acordaba una vía para terminar la invasión.
La cumbre del pasado agosto en Alaska, entre Trump y Putin, tampoco ha arrojado ningún acuerdo sustancial para terminar la invasión, mientras Washington encara presiones de Kiev y sus aliados para mostrar una posición más clara frente al Kremlin, como señaló el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante una reciente entrevista con la cadena británica ‘Sky News’.
Sin embargo, las advertencias de Trump han estado seguidas de cambios en los plazos, como quien lanza advertencias a un niño por mal comportamiento sin que terminen siendo ejecutadas, al menos hasta ahora.
Starmer, premier británico, declaró que había conversado con Trump sobre formas de aumentar el apoyo militar a Ucrania y de presionar al presidente ruso, Vladimir Putin, para que acepte un acuerdo de paz.
“Hoy hemos discutido cómo podemos fortalecer nuestras defensas, apoyar aún más a Ucrania y aumentar de manera decisiva la presión sobre Putin para lograr que acepte un acuerdo de paz que sea duradero”, dijo Starmer a los periodistas.
Donald Trump y el primer ministro británico, Keir Starmer, elogiaron el jueves la renovación de la «relación especial» de sus naciones, cerrando la segunda visita de Estado sin precedentes del líder estadounidense con una muestra de unidad después de evitar posibles escollos.
En una cálida conferencia de prensa en la que los dos líderes pasaron por alto las diferencias sobre Gaza y la energía eólica para presentar un frente unido, Trump dijo que el presidente ruso Vladimir Putin lo había «decepcionado» y que estaba decepcionado de que otros países siguieran comprando petróleo ruso porque solo un precio bajo del petróleo castigaría a Moscú.
Después de dos días de su visita de Estado a Gran Bretaña, que el líder estadounidense describió como un «honor exquisito», Trump se mostró relajado en la conferencia de prensa final, mientras que Starmer se centró en evitar áreas de desacuerdo.
Ninguno de los líderes se tropezó con temas potencialmente vergonzosos, y ambos rechazaron las preguntas sobre el difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein y sus vínculos con Trump y con el exembajador de Starmer en Estados Unidos.
«Hemos renovado la relación especial para una nueva era», dijo Starmer a los periodistas.
«Esta asociación de hoy es una señal de nuestra determinación de ganar esta carrera juntos y garantizar que traiga beneficios reales en empleos, en crecimiento, en facturas más bajas, para poner más dinero ganado con tanto esfuerzo en los bolsillos de las personas al final de cada mes».
Trump también rindió homenaje a los estrechos lazos que disfrutan los dos países, diciendo que Starmer fue un duro negociador para asegurar el primer acuerdo arancelario con Estados Unidos, aunque Gran Bretaña aún no ha obtenido los aranceles estadounidenses más bajos sobre el acero que buscaba.
«Estamos unidos para siempre, y somos amigos para siempre y siempre seremos amigos», dijo Trump.
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