La Habana. Al 26 de marzo la Isla registra 80 casos confirmados, 2 muertos, 1851 afectados, y 36.526 con vigilancia domiciliara sobre una población de 11.500.000 habitantes. El gobierno dispuso el cierre de fronteras e incluso, la prohibición de vuelos domésticos y la salida de cubanos del país, mientras debe resolver un problema crucial, falta de agua potable.
El Primer Ministro Manuel Marrero mostró su enojo ante el dato que 1720 cubanos salieron del país hacia regiones calificadas como zonas de riesgo del Covid-19 a pesar que de las advertencias formuladas. Por decisión ministerial se dispuso la inmediata prohibición de viajes al exterior, salvo situaciones humanitarias que serán evaluadas por las autoridades de migración.
El premier Marrero, confirmó que cualquier viajero que llegue a Cuba será trasladado a los centros de aislamiento acondicionados en cada provincia del país, también se aplicará vigilancia médica en los hoteles para viajeros y a sus trabajadores. Otra medida que se reforzó es la pesquisa activa entre la población para saber todos los días cómo está la población cubana.
Para efectuar el control domiciliario se recurrió a los estudiantes de Medicina. Se instruyó a las universidades que deben capacitarán a los estudiantes para que se limiten a informar sobre el estado de salud de los ciudadanos, pero que no deben prestar atención médica, e transmitir los datos a los consultorios del sistema sanitario. El área de migración confirmó que habían ingresado a la Isla unas 40.000 en las últimas dos semanas, y su seguimiento es imprescindible para cortar la cadena de expansión de la pandemia.
También dentro de las medidas de control de desplazamientos se suspendieron los vuelos interprovinciales. Marrero admitió que unas 22.000 personas se habían trasladado entre provincias de Oriente y Occidente y eso no podía continuar “ya que constituye una vulnerabilidad que nosotros, como gobierno, tenemos la necesidad de controlar” .
Simultáneamente, con la crisis sanitaria, surgió el problema con el abastecimiento de agua potable. El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos informó, que en La Habana, el 21,8 % de la población, recibe el servicio con intermitencia de horarios, causado por la depresión de las fuentes, cuyo ejemplo más notorio es la Almendares-Vento, que apenas tiene solo 50 días de cobertura.
La crítica situación llevó a que se adoptaran medidas rigurosas con la regulación del suministro para el riego agrícola o a centros altos consumidores, el reordenamiento del servicio mediante carros-cisterna y el estudio de nuevas fuentes, a fin de atenuar una situación calificada de emergente por la viceprimera ministra Inés María Chapman, y llevó al gobierno a pedir a la población que extreme todas las medidas de ahorro posibles, tanto en el sector doméstico como estatal.
Fuente: Gramma