Caracas. La tentativa de invasión se habría producido la madrugada del domingo, cuando «un grupo de mercenarios terroristas, organizados y entrenados en Colombia llevó a cabo una incursión contra la soberanía nacional al pretender desembarcar con material de guerra en las costas de Macuto, en el estado La Guaira», de acuerdo con la versión de la FANB.
Según fuentes del régimen de Nicolás Maduro, al menos ocho «terroristas» han muerto y otros dos fueron detenidos, incluido un supuesto ciudadano venezolano que trabajó para la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). Las fuerzas venezolanas se han incautado de diversos equipos y armamento.
Además, confirmaron que «todo el Sistema Defensivo Territorial, con el apoyo de los organismos de seguridad, ejecutan operaciones de patrullaje, especialmente en la región costera, con el objeto de localizar otros posibles involucrados y determinar sus conexiones, por lo que no se descartan detenciones adicionales».
Por su parte, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, anunció la apertura de una investigación sobre «la incursión naval en Macuto vía Colombia que buscó provocar un golpe de Estado e intento de magnicidio». Para ello, se designó a dos fiscales. Saab, por Twitter, consideró que la presunta invasión fue protagonizado por “mercenarios apátridas entrenados y financiados desde Colombia con la anuencia de Estados Unidos».
El Ministerio de Exteriores de Colombia reaccionó y en una nota oficial asegura que «se trata de una acusación infundada que intenta comprometer al Gobierno de Colombia en una trama especulativa» con la intención de «desviar la atención respecto de los verdaderos problemas que vive el pueblo de Venezuela».
El dictador venezolano Nicolás Maduro, dijo que el objetivo de la supuesta incursión naval de «mercenarios y terroristas» orquestada por Colombia y Estados Unidos era acabar con su vida, por lo que la Fiscalía acusó al líder opositor Juan Guaidó como «autor intelectual».
Maduro también reveló, desde la cumbre del Movimiento de Países No Alineados, que se desarrolla en Bakú capital de Azerbaiyán, la existencia de «contratos firmados por la oposición venezolana para preparar una expedición de mercenarios y terroristas entrenados en Colombia para asaltar Venezuela». «El objetivo principal era matar al presidente de Venezuela», reiteró el líder ‘chavista’ y aseguró que tienen «pruebas», tanto «testimonios» como «físicas» de esta supuesta operación militar y aseguró que las irán mostrando en los próximos días.
Por su parte el fiscal Saad se refirió a un presunto contrato firmado por Guaidó con la empresa estadounidense Silver Corp, dirigida por «un mercenario estadounidense» al que identificó como Jordan Goudreau. Según el fiscal: «El contrato estipulaba un pago total de 212 millones de dólares para la organización de una operación militar destinada a derrocar al Gobierno constitucional de Venezuela».
El gabinete del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, emitió un comunicado que señala: «no se tiene relación con ninguna empresa de la rama de seguridad y defensa» y se afirma: «No tenemos relación ni responsabilidad alguna del accionar de la empresa Silver Corp o su representante».
Según el equipo de Guaidó, que se hace eco de informaciones periodísticas y del testimonio de Goudreu, un ex boina verde del ejército de EE.UU, en un vídeo difundido por redes sociales, «su accionar estuvo penetrado por la dictadura que mantenía una vinculación directa con el ciudadano venezolano Cliver Alcalá, hoy en custodia de las autoridades judiciales de Estados Unidos» por narcotráfico.
Ante una consulta periodística, en Washington, el Departamento de Estado dijo que no tuvo conexión con los eventos de este fin de semana, ni con Jordan Goudreau, ex militar estadounidense y agregó: “La política de los Estados Unidos es apoyar un retorno pacífico a la democracia en Venezuela”.
Fuentes: eropapress/rp.