jueves 28 marzo 2024

Diarios de cuarentena. Retrato de un gato llamado Toulouse

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Soy una pintora animalista, o sea retrato todo tipo de animales con lápices de color. La pintura animalista fue una de las primeras expresiones del hombre, ya en la prehistoria, cuando retrató en las paredes de las cuevas los animales que lo rodeaban.

Con esta pequeña introducción les voy a contar la historia de Toulouse, un gato sin papeles, que se hizo famoso en Twitter y que tuve la oportunidad de retratar 3 veces! En los 3 retratos busqué sus diversas expresiones porque Toulouse, como buen felino, fue Rey de la casa y se apoderó de ella.

Nació en la calle, en el barrio de Belgrano y tuvo la suerte de ser rescatado por el consorcio de un edificio para cazar ratones, cosa que no lo entusiasmó demasiado: ya tenía gustos de finoli! Todos los días deambulando por los pisos y balcones del edificio conquistó a la niña de uno de esos departamentos.

Y ahí su vida cambió aunque con uno que otro problema de género: lo vieron hembra, lo llamaron Luz y le pusieron collar rosa con campanita. A la primera visita al veterinario descubrieron que era macho. Desapareció el collar rosa y nuevo nombre: Toulouse.

Nombre francés más chic aún. Edad? Se eligió el día del cumple del dueño de casa que sería también el Día del Animal…. ya empezaba su lento ascenso al puesto supremo de Rey. Al poco tiempo fue castrado y ahí empezó a aumentar de peso y tamaño, imponiendo aún más su presencia.

Con la llegada de Twitter Toulouse empezó a ser fotografiado en diversas poses, actitudes, y sobre todo asumiendo el rol de piquetero cuando aparecía el pescado fresco de la feria.

Yo lo conocí con 17 años: gordo, con ese color atigrado sobre la gama de los grises y beige y blanco, una mirada de “ sabes quién soy ?”. Lo retraté con una actitud de esnobismo felino, le hice una semi plástica sacándole algunos kilos y creo que quedó satisfecho.

De eso se trata el retrato de un animal: buscar su personalidad, sus actitudes. Un diálogo mudo entre él y el humano.

Hace un año Toulouse fue apagándose tranquilamente. Ya estaba llegando a sus 20 años de reinado. Se quedaba más tiempo acostado bajo el sol, empezó a adelgazar pero su mirada siguió siendo de un monarca y también de piquetero cuando se trataba de pescado o atún en lata.

Falleció hace un mes y aquella niña que lo adoptó y que se crio con él me pidió un retrato y esta vez, bajo sus indicaciones, lo hice con su mirada de piquetero pedigüeño mirando fijamente el pescado en la fuente, la cabeza semi levantada hacia arriba y aunque no la dibujé, su cola en un movimiento pendular suave y continuo.

Pero faltaba el tercer retrato para cerrar la larga vida de Toulouse. Un retrato chiquito, como última palabra, de esa lucha por el Reino Hogareño con el dueño de casa. Toulouse le encantaba a eso de las 4 am moverse por el cuarto principal dando unos largos y ruidosos maullidos. Si él estaba despierto todo el mundo tenía que estar despierto. Así que decidí dibujarlo con una mirada “aquí estoy y te estoy vigilando súbito mío”.

Esta historia es para decirles que cada vez que retrato un animal sea doméstico o salvaje, trato de revelar toda una historia que existe detrás. Toulouse fue un gato, soberano y con siete o más expresiones. Solo hay que mirar a través de esos ojos que te siguen, te analizan y se imponen, sin cuestionar.
La Tana Pujals.
Artista con pasión por retratar animales.
CC/CC/rp.

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