Nuevamente los techos de complejos penitenciarios volvieron a ser ocupados por los detenidos. Los datos, de éste sábado, señalan que por lo menos seis complejos bonaerenses, San Martín, Junín, Melchor Romero, Florencia Varela y Campana están con protestas que vienen manifestándose a lo largo de la última semana. Hoy la situación escaló y comenzaron a registrarse incidentes en algunas cárceles.
Las primeras protestas tenían como fundamento el reclamo de la restitución de las visitas familiares, suspendidas por la cuarentena. Pero rápidamente se sumaron otras demandas como mejoras en las condiciones de alojamiento, y el reclamo constante de libertad en tiempos y forma, prisión domiciliarias a madres embarazadas y detenidos con pulseras y transitorias, libertad para niños en cárceles, conmutación de penas por pandemia.
Los mismos reclamos que formularon los internos en la revuelta del penal de Villa Devoto, el 24 de abril pasado, vuelven a estar sobre la mesa. Las rígidas medidas de suspensión de visitas, en la actualidad, responden a tratar de evitar posibles contagios por Covid 19. Los detenidos alegan, ahora, que se han producido flexibilizaciones en la aplicación de la cuarentena, como reapertura de distintas actividades, y consideran que también ellos deberían verse alcanzados por las mismas.
Las medidas en los complejos penitenciarios, que aplican las autoridades, se basan en un informe del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, que señala que en el área bonaerense hay 130 presos que se contagiaron coronavirus en contexto de encierro, de los cuales fueron 66 en penales, y 64 en comisarías.
Las protestas aparecen incentivadas, según manifiestan los internos, por una promesa de los funcionarios penitenciarios que habría visitas, pero cuando algunos familiares se trasladaron a los penales no los dejaron ingresar. Según fuentes del servicio penitenciario, hasta ahora, los reclamos se realizan en forma pacífica. Pero la realidad exhibe que los presos han vuelto a subirse a los techos en algunos penales, y las imágenes que circulan, por las redes sociales, muestran pabellones tomados y a los internos armados con cuchillos y facas.
Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense se señaló que ya se abrió una mesa de diálogo para encauzar el conflicto y considerar los reclamos que formulan los internos, pero advierten que cualquier decisión deberá ser consensuada con el ministerio de Salud de la provincia. También ha tomado intervención la subsecretaría de DD.HH bonaerense que conformó una delegación para que se sume a la negociación con los presos, a la que sumó su participación un equipo de la Comisión Provincial por la Memoria.
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