El gobierno busca acercar posiciones con Alemania para cerrar el financiamiento del proyecto.
Por Hernán Dobry
El proyecto para construir la represa Chihuido I, de 637MW en la provincia de Neuquén, es todo un símbolo de la Argentina: pasan los años, los gobiernos, las promesas, las negociaciones y los supuestos avances, pero finalmente todo termina en la nada.
Esta vez, el presidente Alberto Fernández ha intentado mostrar que está decidido a comenzar con las obras que adjudicó su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en 2014 cuando ejercía la primera magistratura de la nación, en un proceso plagado de denuncias por irregularidades en el proceso.
Sus intenciones quedaron plasmadas sobre el papel en una carta que le envió a la canciller alemana, Ángela Merkel, el 15 de diciembre en la que le expresó que Chihuido I es de “considerada relevancia para el Estado Nacional” y que su gobierno tiene “la voluntad de continuar” con el proceso. “Los equipos técnicos se encuentran abocados a la consideración de la estructuración de la nueva propuesta financieros, con los alcances detallados en la misma”, sostuvo Fernández en la misiva.
Desde el gobierno de la provincia de Neuquén, donde estará emplazada la represa, sostienen que la carta busca más endulzar los oídos de Merkel que una intención real de avanzar con las obras.
La Argentina precisa obtener el apoyo alemán en la negociación que el ministro de Economía, Martín Guzmán, está llevando a cabo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar los vencimientos de 10.500 millones de dólares que pagar en 2021, del total de 52.000 millones en préstamos que tiene tomados con el organismo.
En caso de que el gobierno no logre convencer al nuevo presidente estadounidense Joe Biden de respaldar el plan que prepara la cartera de Hacienda, la opción germana se torna cada vez más importante ya que cuenta con el 5,32% de los votos en la entidad multilateral de crédito.
Sin embargo, desde el consorcio que fue adjudicado con el contrato para construir Chihuido I, sostienen que la administración de Alberto Fernández está interesada en avanzar con el proyecto y que la carta es un paso importante en ese sentido. La UTE está conformada por Helport (41%), Panedile Argentina (31%), Jose J Chediack, Eleprint e Hidroeléctrica Ameghino.
“La aprobación del endeudamiento en el Presupuesto nacional y la carta que le envió el Presidente a Merkel implican un grado de seriedad del gobierno con el proyecto. Los fundamentos para realizarse son muy fuertes”, afirma a BNamercias el titular de una de las constructoras.
El envío de la misiva se gestó como parte de las negociaciones que viene llevando adelante el empresario Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América, controlante de Helport, con los alemanes para tratar obtener el dinero necesario para realizar las obras. “La carta la pidieron los directivos de Voith Hydro para poder seguir adelante con el proceso de financiamiento. Querían que el Presidente ratificara la licitación y el interés por la obra”, explica.
A este gesto, se le sumó el que dio el Congreso Nacional el 13 de noviembre cuando aprobó el Presupuesto Nacional 2021, en el que incluyeron las necesidades de financiamiento de 2.250 millones de dólares que requerirá la construcción de la represa hidroeléctrica.
La normativa autoriza al gobierno a tomar un crédito de 1.800 millones de dólares para respaldar la mayor parte de las obras y, además, le otorga una garantía a la provincia de Neuquén para que negocie un préstamo de 450 millones para cubrir la parte restante.
Estas medidas buscan, en cierta forma, despejar las dudas que existen en Alemania no sólo sobre la continuidad del proyecto sino, también, sobre el rumbo económico de la Argentina, ya que lleva tres años sumida en una crisis de la que no encuentra salida.
El 4 de diciembre, Merkel le había puesto presión al gobierno de Alberto Fernández en el discurso que pronunció en forma virtual en la 26º Conferencia de la Unión Industrial Argentina “Produciendo Argentina”. “Ahora, es verdaderamente importante recuperar la confianza con los acreedores internacionales y de los actores del mercado. Lo cual, naturalmente, requiere que la Argentina lance una clara señal política, que el acuerdo pueda llevarse a la práctica tal como se pretende”, sostuvo.
La canciller alemana es la principal interesada en que Chihuido I avance ya que en 2018 le ofreció al por entonces primer mandatario Mauricio Macri el financiamiento para desarrollar la central hidroeléctrica a cambio de que Voith Hydro, fuera la proveedora de las cuatro turbinas verticales Francis que requiere la represa. Este tema, incluso, formó parte de las conversaciones que mantuvo Fernández con Merkel y con el presidente de la compañía germana durante su visita a Berlín el 3 de febrero, como informó Desarrollo Energético.
El frente interno
Todos estos movimientos que viene realizando el Presidente con respecto a Chihuido I provocaron más dudas que certezas sobre su verdadera intención de avanzar con el proyecto dentro del gabinete del gobernador neuquino Omar Gutiérrez.
El primer mandatario mantiene totalmente excluido de las conversaciones sobre el tema a la provincia patagónica, pese a que la obra se emplazará en su territorio y deberá solicitar un crédito para poder llevarla a cabo. Incluso, jamás convocó a la comisión conformada por los representantes del Ministerio de Economía, del de Obras Públicas, del gobierno de Neuquén y de Emprendimientos Hidroelectricos Sociedad del Estado Provincial del Neuquén (EMHIDRO), que debe ser la encargada de tomar las decisiones sobre el proyecto.
El destrato llegó al punto de que Gutiérrez se enteró por los medios de comunicación del contenido de la carta que Fernández le envió a Merkel, de la misma forma que sus funcionarios supieron que el financiamiento para la represa había sido incluida en el Presupuesto Nacional 2021 y que la provincia debía hacerse cargo de una parte del fondeo.
Por el momento, nadie en el gobierno nacional les ha dado detalles de cómo piensa implementar el proyecto. Incluso, los funcionarios patagónicos intentaron contactarse en reiteradas ocasiones con el secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación, Carlos Rodríguez, quien tiene a cargo Chihuido I, y el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, pero nunca les respondieron los llamados, explica una fuente cercana al gobernador neuquino. “Ni nos consultaron cuando incluyeron la garantía para el crédito en el Presupuesto y menos ahora que mandaron esta carta. Nosotros no estamos en condiciones de sacar un crédito ni tenemos de dónde sacar el dinero”, sostienen.
Las dudas de la administración de Gutiérrez residen en cómo piensa implementar Fernández el desarrollo de las obras ya que todavía ni se han sentado a conversar con la población que tienen que relocalizar, no han realizado los cálculos actualizados de los costos de construcción (los últimos datan de 2014) ni han asignado quién se hará cargo y abonará la inspección de la obra, entre otros detalles.
“Nosotros hemos conversado con todas las personas que viven en la zona, pero si no nos llaman, ¿cómo van a hacer? Lo mismo con los sindicatos. ¿Lo va a hacer el consorcio?”, resalta la fuente cercana al gobierno neuquino.
Por el momento, la UTE Helport-Panedile-Jose J. Chediack-Eleprint-Hidroeléctrica Ameghino está más preocupada por terminar de cerrar el financiamiento para las obras que por estos temas. Sin embargo, destacan que este proceso requerirá de al menos seis meses para estar listo.
Eurnekian es quien está conversando con las autoridades alemanas, con los directivos de Voith Hydro e, incluso, con un fondo de inversión estadounidense que aportará el dinero que debería conseguir la provincia de Neuquén, señala el presidente de la constructora.
Sin embargo, para que esto se concrete, el gobierno nacional primero tiene que acordar con el FMI, ya que ningún banco va a avanzar con el financiamiento hasta que eso no se concrete, coinciden ambas fuentes.
El fondeo que ofrecen los alemanes incluye un crédito sindicado de 1.800 millones de dólares con tasa del 6,62% (luego de cargos y comisiones) a 20 años (con cinco de gracia) con el Banco Santander, el ING Bank Bayerische Landesbank y el Landesbank Baden Wurttemberg (LBBW) para respaldar el 85% de las obras. Este, a su vez, estará garantizado por la ECA alemana Euler Hermes Group con tasas cercanas al 12%.
Los 450 millones restantes son los que debía aportar originalmente el gobierno argentino, tal como lo establece el contrato de adjudicación de la obra, pero que ahora la administración de Alberto Fernández decidió unilateralmente que deberá hacerse cargo la provincia de Neuquén, como adelantó Desarrollo Energético.
Otro problema por resolver es quién manejará los fondos una vez que sean aprobados los créditos para financiar las obras. La lógica indica que debería ser el consorcio constructor el que lo haga, ya que tiene que abonar todos los gastos que implica el desarrollo de la represa.
Sin embargo, Voith Hydro no está de acuerdo en que esto sea así ya que los bancos alemanes les darían el dinero a ellos y no a los argentinos. Por eso, quieren que la UTE les ceda no sólo esa responsabilidad sino también la del control de los precios y de la calidad de la obra, en base a un proyecto ejecutivo aprobado por conjunto de constructores internacionales, explica el empresario.
Este es uno de los temas que aún están en discusión entre las partes, pero el consorcio no tiene demasiadas salidas ya que, de otra forma, se quedaría sin el dinero y se paralizará el desarrollo de la central hidroeléctrica.
Finalmente, la UTE aún no ha presentado el diseño ejecutivo revisado (DER) a pesar de que han pasado seis años desde que fue adjudicada con el contrato. Estos cambios podrían modificar los costos originales de Chihuido I con los que fueron adjudicados en la licitación realizada por el gobierno de Cristina Kirchner en 2014. “Tenemos que revisar el proyecto y adecuarlo a los costos actuales. Eso lo vamos a hacer con un consultor externo brasileño y, luego van a dar su opinión tanto la provincia como la Nación. Lo tenemos listo, pero no se lo hemos presentado a nadie”, afirma el empresario.
Aún queda por verse cuál será la posición tomará IMPSA cuando todo esto ocurra ya que más de una vez, durante el gobierno de Mauricio Macri, amenazó con presentarse a la Justicia para denunciar “irregularidades cometidas durante la adjudicación del contrato” si el proceso seguía adelante.
Como la administración de Cambiemos paralizó su desarrollo, los documentos quedaron bajo llave. Sin embargo, ahora, la situación de la empresa mendocina cambió ya que está recibiendo apoyo estatal para el pago de los salarios, como parte del Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas en proceso de Reestructuración de Pasivos.
Por Hernán Dobry
EN/BN/gentileza Desarrollo Energético/CC/rp.