Washington DEl recién nombrado embajador de China en Estados Unidos llegó recién en julio, pero la luna de miel ya terminó. Qin Gang reforzó el martes su reputación como un avatar afilado de la diplomacia china con un discurso que criticó las «creencias erróneas» de Estados Unidos y advirtió contra la violación de la «línea roja» de intereses centrales de Beijing en áreas como el Mar de China Meridional, Taiwán y Xinjiang.
En su declaración pública más sustantiva hasta el momento, Qin señaló siniestramente la capacidad de armas nucleares de China y advirtió de «consecuencias desastrosas» si Estados Unidos busca reprimir a China utilizando un «manual de estrategias de la Guerra Fría».
Hablando a través de un enlace de video a una audiencia selecta de expertos de China y pesos pesados de la política exterior, incluido Henry Kissinger, el ex embajador de EE. UU. En Beijing Stapleton Roy y la ex secretaria de Estado adjunta para Asuntos de Asia Oriental, Susan Thornton, la embajadora de China dijo que aquellos que argumentan que su país lo haría Corren la misma suerte que la ex Unión Soviética muestran una «grave ignorancia de la historia y de China».
El discurso de Qin en el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China subraya su historia como pionero del agresivo estilo de diplomacia de «guerrero lobo» que está definiendo cada vez más el enfoque de Pekín hacia Estados Unidos y el mundo.
Como portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de 2005 a 2010, se burlaba de los miembros de los medios de comunicación, una vez le decía a un periodista que «no informara basándose en sus delirios». En febrero, como viceministro de Relaciones Exteriores, respondió a la pregunta de un periodista sobre la diplomacia del “guerrero lobo” criticando a los “lobos malvados” por reportajes negativos sobre China.
Al asumir su nuevo cargo, Qin adoptó un tono conciliador en un momento de grandes tensiones con Estados Unidos. Prometió «esforzarse por volver a encarrilar las relaciones entre China y Estados Unidos, abriendo el camino para que los dos países se lleven bien». Pero sus comentarios del martes sugieren que continuará desplegando un estilo de compromiso diplomático con los nudillos desnudos que ha cuajado las recientes reuniones bilaterales de alto nivel en Anchorage y la ciudad portuaria china de Tianjin en enfrentamientos mordaces.
El discurso de Qin ofreció una medida de esperanza, y señaló que China ve una oportunidad para una cooperación bilateral sustantiva en temas existenciales, incluido el cambio climático y la contención del Covid-19 en todo el mundo. Hizo referencia a la » diplomacia de ping-pong » que allanó el camino para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China en 1979 y dijo que estaba comprometido con una «relación China-Estados Unidos más racional, estable, manejable y constructiva».
Pero la mayor parte de su presentación se centró en la insatisfacción del gobierno chino con lo que percibe como políticos estadounidenses dedicados a «reprimir a China» y advirtió contra el gobierno de los Estados Unidos que describa a China como «su rival e enemigo imaginario, al igual que cuando Don Quijote se inclinó contra los molinos de viento . »
La lista de quejas de Qin iba desde una advertencia contra el apoyo de Estados Unidos a la independencia de Taiwán hasta críticas al respaldo de la administración Biden a una investigación de la Organización Mundial de la Salud sobre los orígenes del coronavirus .
Las restricciones del gobierno de EE. UU. Sobre las operaciones de la firma china de equipos de telecomunicaciones Huawei, incluida en la lista negra, y una serie de proyectos de ley centrados en China que se están moviendo por el Congreso provocaron su fuego más concentrado.
Qin acusó a la administración Biden de aprovechar el «poder estatal para derribar a Huawei» y advirtió que la aprobación de la legislación, incluida la Ley EAGLES y la Ley de Innovación y Competencia de 2021, «secuestrará las relaciones entre China y Estados Unidos y dañará gravemente los propios intereses de Estados Unidos. »
Ese lenguaje intransigente sugiere que el mandato de Qin como embajador se caracterizará por la confrontación frente al escepticismo bipartidista cada vez más profundo sobre la calidad y dirección de la relación entre Estados Unidos y China.
Por PHELIM KINE
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