sábado 27 abril 2024

El acuerdo con el FMI está en el Congreso, pero subsiste la incertidumbre si será aprobado  

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La admisión del Gobierno -separar la autorización a un nuevo crédito de los condicionamientos- no termina de conformar a JxC. “Estamos mejor, pero esto no alcanza. Falta un pasito más”, afirman desde la cúpula de Pro. Duros y moderados del macrismo redoblan la presión para que los anexos -que contienen el programa económico- no formen parte de la ley.

Esto permitiría que la oposición apruebe la toma del endeudamiento con el FMI, pero deja que el Gobierno se haga cargo de las políticas a aplicar para implementar lo acordado con el Fondo. En el seno del partido fundado por Macri se abrió un debate sobre cuál sería el mejor mecanismo para darle la herramienta al Gobierno para evitar el default, y a su vez  tomar distancia de las medidas que implemente la Casa Rosada para cumplir con las metas pactadas con el FMI.

Una opción que discuten en el espacio es abstenerse en la votación en general de la ley, votar de manera positiva el artículo primero para avalar la operación crediticia y rechazar el artículo 2°, con el plan económico. Los duros se inclinan por votar en contra en general y solo autorizar el financiamiento.

Otra alternativa que evalúan es presentar un dictamen propio que contenga un solo artículo (la autorización a la refinanciación de la deuda). De esa forma, especulan, podrían rechazar el proyecto -que contiene entre los fundamentos una batería de críticas contra Macri por el préstamo- y avalar solo el financiamiento.

Frente a la postura más intransigente de Macri y los “halcones”, hastiados de las críticas del Gobierno al expresidente por la “deuda impagable”, el ala moderada de Pro intenta encontrar una fórmula salomónica y “racional” para evitar que se caiga el acuerdo y la Argentina vaya al default:

El jefe porteño, que escucha los consejos de Hernán Lacunza y mira las encuestas, está convencido de que el default es el peor escenario, no solo para la economía sino para la marca JxC. Entiende que un estallido económico pondría en jaque a toda la dirigencia política y favorecer a los outsiders extremistas, como Javier Milei. Ayer, Larreta se vio con Diego Santilli para debatir el tema.

En el macrismo advierten que evitar la cesación de pagos con el organismo es responsabilidad del Ejecutivo y que Fernández tendría otras herramientas, como un DNU, en caso de que la ley no prospere.

Los dirigentes de la UCR tampoco logran unificar una mirada común. Mientras Morales se inclina por votar a favor en general, el bloque de Negri deja trascender sus reparos con la nueva redacción de la ley. Hablan de un “desdoblamiento ambiguo”. En un sector del radicalismo preferirían abstenerse y solo avalar el financiamiento: la salomónica de Elisa Carrió.

En cambio, Evolución Radical, el espacio que lidera Martín Lousteau, sostiene que el texto enviado por el Congreso muestra “una pésima técnica legislativa”: insisten en que “el acuerdo necesita ser aprobado en su integridad” para que lo pueda tratar el Directorio del Fondo. Y avisan que no respaldarán el proyecto si el programa tiene “inconsistencias”.

En la CC también analizan las distintas alternativas, con la premisa de colaborar para evitar el default. En la fuerza de Carrió ven que un sector de Pro intenta “correr la cancha” -buscando excusas para rechazar el proyecto del Ejecutivo- y suponen que Cristina Kirchner se guarda una carta para complicar el trámite legislativo del acuerdo.

En síntesis, la aprobación del acuerdo tiene, todavía, un largo camino a recorrer no solo en la Cámara de Diputados sino también en la de Senadores. Los legisladores deben correr contra el reloj, la fecha limite es el próximo 22 de marzo, y no solo debe el “acuerdo” ser aprobado por el Congreso, sino que luego debe ser firmado por el board del FMI. En el horizonte todavía se visualiza el “default” y sus consecuencias políticas-económicas-sociales.

P/ag.ln.cl.ifb.na.vfn/gr.rp.

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