Berlín. La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, describió el miércoles partes de su reciente viaje a China como «más que impactantes» y dijo que Beijing se estaba convirtiendo cada vez más en un rival sistémico más que en un socio comercial y competidor.
Los comentarios contundentes siguieron a la visita de Baerbock a Beijing la semana pasada, donde advirtió que cualquier intento de China de controlar Taiwán sería inaceptable.
Beijing afirma que Taiwán gobernó democráticamente como una provincia china y nunca descartó el uso de la fuerza para poner la isla bajo su control.
Baerbock también había dicho que China quería seguir sus propias reglas a expensas del orden internacional basado en reglas. Beijing, a su vez, pidió a Alemania que apoyara la «reunificación» de Taiwán y dijo que China y Alemania no eran adversarios sino socios.
Hablando ante el Bundestag alemán (cámara baja del parlamento) el miércoles sobre su viaje a China, Baerbock dijo que «parte de eso fue realmente más que impactante».
No dio más detalles, aunque su comentario se produjo después de que dijo que China se estaba volviendo más represiva internamente y agresiva externamente.
Para Alemania, dijo, China es un socio, competidor y rival sistémico, pero su impresión ahora es «que el aspecto de rivales sistémicos está aumentando cada vez más».
China es el mayor socio comercial de Alemania, dijo Baerbock, pero esto no significa que Beijing también sea el socio comercial más importante de Alemania.
El gobierno alemán quiere trabajar con China pero no quiere repetir los errores del pasado, por ejemplo, la noción de «cambio a través del comercio», dijo, que Occidente puede lograr cambios políticos en los regímenes autoritarios a través del comercio.
Baerbock también dijo que China tenía la responsabilidad de trabajar por la paz en el mundo, en particular usando su influencia sobre Rusia en la guerra en Ucrania.
Dio la bienvenida a la promesa de Beijing de no suministrar armas a Rusia, incluidos artículos de doble uso, aunque agregó que Berlín verá cómo funciona esa promesa en la práctica.
Alejándose de las políticas de la ex canciller Angela Merkel, el gobierno de Olaf Scholz está desarrollando una nueva estrategia con China para reducir la dependencia de la superpotencia económica de Asia, un mercado de exportación vital para los productos alemanes.
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