miércoles 6 noviembre 2024

Ucrania. El titular  de la OTAN llegó sorpresivamente a la capital y el Kremlin reiteró su advertencia de no incorporar Ucrania a la Alianza Atlántica

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Kiev. Nadie lo esperaba, pero este 20 de abril Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), llegó a Kiev, en su primera visita a Ucrania desde que inició la invasión de las tropas rusas, hace ya más de un año. La organización sostuvo que la visita no había sido anunciada por motivos de seguridad.

«El secretario general de la OTAN está en Ucrania. Daremos más información lo antes posible», señaló inicialmente un funcionario de la alianza político-militar.

Stoltenberg inició su visita con la ofrenda de una corona de flores en honor a los soldados ucranianos fallecidos en el este del país y pasó revista a los vehículos blindados rusos, abandonados por las fuerzas invasoras y que se encuentran expuestos en la Plaza de San Miguel de la capital.

Con la cabeza gacha ante el monumento y los soldados ucranianos, esta visita es una prueba del apoyo de la organización a Ucrania, en momentos en que la nación invadida se prepara para lanzar una contraofensiva.

Tras el acto, Stoltenberg se reunió con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con el que discutió temas de seguridad y dio una rueda de prensa conjunta en este contexto bélico.

En estos momentos, Ucrania es la principal preocupación de la alianza occidental y volverá a ser protagonista en la próxima cumbre de líderes aliados, que tendrá lugar el próximo julio en Vilna (Lituania). Al encuentro está invitado el presidente ucraniano, aunque no el país como tal, ya que no forma parte de la Alianza.

Un respaldo que Zelenski agradeció, pero aseguró que la organización necesita ir más allá hasta convertir a la nación del este de Europa en país miembro, una demanda que el Ejecutivo ucraniano ya ha repetido en diversas ocasiones.

«Necesitamos algo más que nuestra relación con la OTAN. Apreciamos mucho la ayuda militar de los países miembros, pero queremos saber cuándo Ucrania pasará a ser miembro de la OTAN. También queremos garantías de seguridad en nuestro camino de integración en la organización», insistió el mandatario.

Zelenski también sostuvo que es necesario que los países miembros envíen más armamento y acusó la fatalidad de los retrasos en los envíos que, según el presidente, causaron muertes entre las filas ucranianas.

Como respuesta, Stoltenberg declaró que Ucrania ocupa «el lugar que le corresponde» en la Organización del Tratado del Atlántico Norte y que su adhesión y las garantías de seguridad se debatirán en la cumbre de julio.

«Permítanme ser claro: Ucrania ocupa el lugar que le corresponde en la familia euroatlántica. El lugar que le corresponde a Ucrania está en la OTAN. Y con el tiempo, nuestro apoyo les ayudará a hacerlo posible», sostuvo Stoltenberg durante una rueda de prensa conjunta con Zelenski.

Sin embargo, a pesar de las palabras del secretario general, el hecho de que Ucrania se una a la OTAN es una línea roja para muchos países miembros. Además, según la organización, no cumpliría aún con algunos de los requisitos mínimos –como garantías democráticas y respeto de los derechos humanos–; y esta decisión escalaría las tensiones con Rusia.

La OTAN ha recalcado en numerosas ocasiones que no está en guerra con Rusia pese a la asistencia práctica y al apoyo con material no letal que le está proporcionando, que incluye combustible, suministros médicos, sistemas de satélites móviles o puentes de pontones. Pero aceptar a Ucrania entre sus filas quebraría este argumento.

De hecho, es probable que Rusia no vea con buenos ojos la visita de Stoltenberg, ya que –contra la retórica de la organización– Moscú considera que la Alianza Atlántica es un bloque militar hostil con intenciones de invadir su zona de influencia.

En su habitual conferencia diaria, este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que uno de los objetivos de la «operación militar especial en Ucrania» –como se refiere Rusia a la guerra– era impedir que el país exsoviético se uniera a la OTAN.

«Si eso llegara a pasar, supondría un peligro grave y significativo para la seguridad de nuestro país», declaró Peskov al respecto.

Y es que Ucrania se independizó de la Unión Soviética liderada por Moscú en 1991 y, por eso, Rusia la considera como una de sus zonas de influencia. Eso hace que su adhesión sea un tema sensible.

Asimismo, desde la OTAN insisten en que la primera condición para que Ucrania pueda formar parte es asegurarse de que prevalece como una nación «soberana e independiente», es decir, que no sucumba a Rusia.

No obstante, la organización ya está debatiendo el envío de más armas al país atacado, al igual que sus naciones miembro por separado. Este jueves. Dinamarca y Países Bajos anunciaron que donarían conjuntamente catorce tanques de combate Leopard 2 y, el pasado 19 de abril, Washington anunció 325 millones de dólares adicionales en ayuda militar a Kiev.

INT/ag.agencias.europapress/re.rp.

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