Madrid. El conservador Partido Popular (PP) de España inició conversaciones con otros partidos para buscar su apoyo para encabezar un nuevo gobierno, mientras que el gobernante Partido Socialista (PSOE) dijo que quería evitar una repetición de las elecciones después de que las elecciones del domingo arrojaron un parlamento sin mayoría.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, elogió una victoria «indiscutible» en las elecciones del domingo a pesar de que la derecha no logró obtener la mayoría absoluta prevista.
El PP y Vox, de extrema derecha, que fueron promocionados como posibles socios de coalición, obtuvieron 169 escaños combinados en la cámara baja de 350 escaños, por debajo de los 176 legisladores necesarios para asegurar una mayoría parlamentaria. Sólo puede formar gobierno con el apoyo de otros partidos más pequeños.
«He iniciado las conversaciones teniendo en cuenta que los españoles hemos decidido no dar la mayoría absoluta a nadie», dijo Feijoo, y añadió: «Nosotros no seremos rehenes de nadie».
Los gobernantes socialistas y la extrema izquierda Sumar obtuvieron 153 escaños, un desempeño mejor de lo esperado.
El primer ministro en funciones, Pedro Sánchez, tiene más opciones para formar gobierno y se espera que busque el apoyo de pequeños partidos separatistas vascos y catalanes, como lo hizo después de las elecciones de 2019.
Entre ellos se encuentra el partido separatista de izquierda Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que tiene siete escaños. Es probable que Sánchez también necesite el respaldo de Junts, de línea más dura, que no lo ha apoyado en los últimos cuatro años y también tiene siete escaños.
El PP tendrá la primera oportunidad de tratar de juntar suficientes votos en el parlamento para formar un gobierno. Pero un acuerdo con Vox y su postura dura sobre el separatismo dificultará obtener el apoyo de cualquier otra facción.
La Unión Popular de Navarra (UPN), que tiene un escaño, es el único otro partido de centro-derecha que se espera que apoye la candidatura de Feijoo a la presidencia, dejándole seis votos por debajo.
La regionalista Coalición Canaria, que también tiene un diputado, gobierna en Canarias junto al PP pero ha rechazado públicamente el discurso de Vox.
El resto de partidos han señalado su oposición a cualquier coalición que incluya a la extrema derecha.
Las posibilidades de éxito de Sánchez podrían ser decididas por el expresidente del gobierno regional catalán, Carles Puigdemont, quien vive en un exilio autoimpuesto en Bélgica desde que lideró un esfuerzo fallido para separar Cataluña de España en 2017.
Si Sánchez consigue los cinco escaños del Partido Nacionalista Vasco, los seis de Bildu y los siete de ERC, como hizo en 2020, todavía le bastaría una abstención de Junts para que su coalición PSOE-Sumar gane un voto de investidura.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, dijo el lunes que aprovecharía la «ventana de oportunidad» creada por el estancamiento electoral para lograr la independencia catalana.
Turull fue uno de los nueve líderes separatistas catalanes encarcelados indultados por Sánchez en 2021 por su papel en la campaña independentista de 2017. Sin embargo, muchos más siguen siendo juzgados, el principal de ellos Puigdemont.
Puigdemont, que aún ejerce una influencia considerable dentro de Junts, dijo a mediados de julio que el partido no apoyaría a Sánchez. La madrugada del lunes tuiteó que Junts es un partido que cumple su palabra.
Puigdemont fue despojado de la inmunidad que tenía como miembro del Parlamento Europeo a principios de este mes, allanando el camino para su extradición. El fiscal de España volvió a emitir el lunes una orden de captura contra Puigdemont. Podría enfrentar entre seis y 12 años de prisión por malversación de fondos, dijo la oficina del fiscal.
Una fuente del PSOE dijo que el partido confiaba en llegar a un acuerdo, pero que las negociaciones llevarían tiempo.
«Estamos seguros de eso y de que no habrá repetición (de la elección)», dijo la fuente.
El legislador de Sumar, Jaume Asens, ya ha iniciado conversaciones con Junts en nombre de la plataforma, dijo una fuente del partido.
Antes de las elecciones, el PP parecía dispuesto a forjar una alianza ganadora con Vox, un resultado que habría llevado a los nacionalistas de línea dura al gobierno por primera vez desde el final de la dictadura de Franco y el regreso de España a la democracia en la década de 1970.
El punto muerto deja al país en el limbo. Si ninguno de los bloques puede obtener suficiente apoyo parlamentario para formar un gobierno, es probable que se celebren unas segundas elecciones en Navidad, dijo Eurointelligence en una nota.
Otra fuente del PSOE dijo que el partido dejaría el PP para hacer el primer intento de formar gobierno.
«No hay prisa, deja que Feijoo haga lo que quiera», dijo la fuente. «El siguiente paso es irse de vacaciones».
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