Guatemala. DC. Bernardo Arévalo, quien ganó la segunda vuelta presidencial de Guatemala el domingo por abrumadora mayoría, dijo que quiere trabajar con Estados Unidos para ampliar los programas de trabajo temporal para inmigrantes, al tiempo que aumenta la inversión en las áreas más pobres del país para reducir la flujo de salidas.
En una entrevista con Reuters el martes, el cruzado anticorrupción de centro izquierda de 64 años dijo que Estados Unidos y Guatemala deben sentarse para «encontrar formas de influir en un fenómeno que compartimos».
«Queremos tener una discusión muy seria sobre una expansión muy significativa de los programas de trabajo temporal», dijo Arévalo en su casa en Ciudad de Guatemala.
«Administrados de manera que el acceso se amplíe a lugares (asolados por la pobreza), pueden convertirse en una medida adicional para mitigar la presión sobre las personas para que se vayan».
Más migrantes han salido de Guatemala hacia la frontera con Estados Unidos que de cualquier otro país del «Triángulo Norte» en los últimos años. Más de 233.000 guatemaltecos llegaron a las fronteras de EE. UU. en 2022, alrededor del 8,4 % de todas las llegadas.
Arévalo, un exdiplomático e hijo de un expresidente, salió rápidamente de una relativa oscuridad para ganar la presidencia a medida que aumentaba el apoyo a su mensaje reformista y antisistema.
Arévalo dijo que considera que su mandato tiene tres pilares: abordar una cultura de desconfianza; creando más oportunidades económicas; y ampliar el acceso a la atención médica y la educación.
Dijo que su gobierno se concentrará en ampliar el desarrollo para combatir la desnutrición y el desempleo en el Corredor Seco de Guatemala, un área que se extiende a lo largo de Centroamérica y es particularmente vulnerable al cambio climático y la sequía.
Muchos analistas consideran la victoria de Arévalo como un momento potencialmente definitivo para Guatemala, con los votantes rechazando un poderoso status quo plagado de acusaciones de corrupción generalizada.
Arévalo dijo que la lucha contra la corrupción y el restablecimiento de la confianza en la democracia estarán al frente de su administración y que buscará una agenda exterior que respalde estos objetivos.
Guatemala, el país más poblado de Centroamérica, ha mantenido durante décadas vínculos formales con Taiwán. Arévalo quiere mantener esos vínculos, pero también quiere mejorar las relaciones con China.
Sería un acto de gimnasia de política exterior, dada la posición de China de que los países con los que tiene relaciones cortan sus vínculos con Taipéi.
«Creemos que es perfectamente factible tener buenas relaciones tanto con la República de China como con Taiwán», afirmó Arévalo.
El sector privado de Guatemala estaba interesado en ampliar las relaciones con China, que tiene al país centroamericano como su principal socio comercial en la región, añadió Arévalo.
Un día después de la segunda vuelta presidencial guatemalteca, el Parlamento Centroamericano de seis naciones conocido como Parlacen votó a favor de expulsar a Taiwán después de más de dos décadas como observador permanente y reemplazarlo con China, cuya creciente influencia económica en América Latina ha marginado cada vez más a Taipei.
Guatemala es el único miembro del Parlacen que todavía reconoce a Taiwán.
En el período previo a las elecciones del domingo, Arévalo y su partido Semilla enfrentaron desafíos legales por supuestas irregularidades en el registro y el partido fue suspendido brevemente a solicitud de un destacado fiscal antes de que el tribunal superior de Guatemala revocara la prohibición .
Expertos internacionales han especulado que el fiscal general podría continuar lanzando desafíos legales que amenazan la transición del poder.
Pero después de obtener más del 58% de los votos en la segunda vuelta, Arévalo dijo que confiaba en que asumirá el cargo el 14 de enero como estaba previsto.
«El pueblo de Guatemala habló, y habló muy claro y contundentemente, y ese es un hecho que va a pesar mucho sobre quienes todavía están tratando de descarrilar esta elección», dijo.
Sin embargo, dijo que era realista sobre lo que se puede lograr en cuatro años.
“No creemos que el pueblo de Guatemala en este momento esté esperando (que nosotros) lleguemos con una varita mágica”, dijo.
“Lo que quieren ver… es autoridades que finalmente asuman el compromiso de trabajar por el desarrollo y trabajar por la gente, y eso es lo que vamos a hacer”.
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