Pyongyang El acto del viernes, 8 de septiembre, contó con la participación de las «fuerzas paramilitares» de la capital, según los medios estatales, en lugar de soldados del ejército regular, y no mostró el armamento prohibido del país, incluidos misiles balísticos intercontinentales.
Los medios estatales mostraron brigadas paramilitares uniformadas, algunas de ellas montadas en tractores o en grandes camiones rojos, mientras Kim con su hija pequeña, miraba sonriente y aplaudía.
La plaza Kim Il Sung «estaba llena de emoción y alegría de los espectadores que celebraban significativamente el cumpleaños de su gran país poderoso», informó la Agencia Central de Noticias de Corea.
Kim se reunió con la delegación china, encabezada por Liu Guozhong, viceprimer ministro del Consejo de Estado. Es la segunda visita de este tipo de altos funcionarios de Beijing en seis semanas, en un momento en que Pyongyang muestra flexibilidad en sus estrictos controles fronterizos de la era Covid.
Las dos partes anunciaron sus objetivos de «intensificar aún más la coordinación y cooperación multifacética» entre los dos países, según un informe separado de KCNA.
Moscú amplió su presencia oficial en Corea del Norte, poco antes del desfile en su embajada, con 20 diplomáticos y personal técnico, en la primera rotación de personal desde 2019.
El presidente ruso, Vladímir Putin, envió a Kim un mensaje con motivo del aniversario, según informó KCNA el sábado, en el que pedía a los dos países «ampliar los lazos bilaterales en todos los aspectos».
Y según los medios estatales chinos, el presidente Xi Jinping «extendió sus felicitaciones en una llamada a Kim Jong Un» por el aniversario.
El del viernes fue el tercer desfile de este año del Estado nuclear. El anterior -un desfile militar con el armamento más avanzado del país- tuvo lugar a finales de julio para conmemorar la firma del armisticio que puso fin a las hostilidades en la Guerra de Corea de 1950-53.
Las visitas de China y Rusia se producen mientras aumentan las especulaciones sobre la posibilidad de que Kim -que rara vez sale de su país y no ha viajado desde que comenzó la pandemia del coronavirus- se reúna con Putin para hablar de acuerdos armamentísticos.
Funcionarios estadounidenses y de otros países dijeron a The New York Times que es probable que Kim se dirija en tren blindado a finales de este mes a Vladivostok, en la costa rusa del Pacífico, no lejos de Corea del Norte, para reunirse con Putin.
Tanto si se celebra pronto una cumbre Putin-Kim como si no, Estados Unidos está intentando disuadir de graves violaciones del derecho internacional mediante la difusión preventiva de información de inteligencia, declaró Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha de Seúl.
La creciente cooperación entre China, Rusia y Corea del Norte, unida a la ausencia de Xi en la Cumbre del G20 en India, «dan la apariencia de una fisura cada vez mayor en el panorama geopolítico de Asia», afirmó.
La mayoría de las partes interesadas de la región quieren evitar una nueva Guerra Fría, pero esto parece cada vez más difícil a medida que Beijing y Moscú se acercan a Pyongyang, y Corea del Norte se alinea con los desafíos de China y Rusia al orden internacional.
Se espera que Kim viaje a Rusia este mes para reunirse con Putin y discutir el suministro de armas a Moscú para apoyar su invasión a gran escala de Ucrania. Además, Corea del Norte complementa su ya numeroso ejército con diversos grupos paramilitares, de reserva y de seguridad, como la Guardia Roja Obrero-Campesina (WPRG), afiliada al ejército.
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