Los líderes étnicos armenios de la separatista Nagorno-Karabaj dijeron el viernes que aún no había ningún acuerdo con Azerbaiyán sobre garantías de seguridad o una amnistía después de que una ofensiva relámpago azerí los obligara a firmar un humillante acuerdo de alto el fuego.
El futuro de Karabaj y sus 120.000 armenios étnicos está en juego: Azerbaiyán quiere integrar la región disputada desde hace mucho tiempo, pero los armenios étnicos dicen que temen ser perseguidos y han acusado al mundo de abandonarlos.
Bakú prevé una amnistía para los combatientes armenios de Karabaj que depongan sus armas, aunque algunos han prometido continuar su resistencia, dijo a Reuters Hikmet Hajiyev, asesor de política exterior del presidente de Azerbaiyán.
«Incluso con respecto a los ex… combatientes… estamos considerando una amnistía o aludimos a una amnistía», dijo.
Pero los armenios de Karabaj, que llaman a su territorio República de Artsaj, dijeron que aún no se había llegado a un acuerdo.
«Estas cuestiones aún deben resolverse», dijo a Reuters David Babayan, asesor de Samvel Shahramanyan, presidente de la autodenominada república. «Aún no hay resultados concretos».
Sin embargo, Babayan dijo que se había llegado a un acuerdo para que un convoy humanitario viajara desde Armenia a Karabaj el viernes a través del corredor de Lachin, una carretera que cruza territorio azerbaiyano.
«La situación es muy difícil: la gente tiene hambre, no hay electricidad ni combustible; tenemos muchos refugiados», afirmó.
Siete vehículos rusos de mantenimiento de la paz, incluidos camiones grandes, pasaron el viernes por un puesto de control armenio en dirección a Nagorno-Karabaj, dijo un periodista de Reuters en el lugar.
Después de la rápida operación militar de esta semana, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, prometió garantizar los derechos de las personas de etnia armenia, pero dijo que su «puño de hierro» había relegado a la historia su idea de un Karabaj armenio independiente. Dijo que la región se convertiría en un «paraíso» como parte de Azerbaiyán.
Su país, apoyado por Turquía, tiene superioridad militar sobre los combatientes de Karabaj. Pero no está claro cuántos de esos combatientes están dispuestos a deponer las armas ni qué forma está tomando cualquier acuerdo más amplio que se esté discutiendo ahora.
Armenia y Azerbaiyán, que formaban parte de la Unión Soviética, han librado dos guerras por Karabaj desde su colapso en 1991. La región es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán pero, con el respaldo de Armenia, ha disfrutado de independencia de facto durante las últimas tres décadas.
Dada la sangrienta historia entre los dos países, muchos armenios temen lo que sucederá después.
«Nuestra única esperanza es la ayuda de las fuerzas de paz rusas. El mundo hizo la vista gorda, no quiere escuchar nada. Creemos que si no hay fuerzas de paz aunque sea por una hora, tendremos un genocidio», dijo Grigor Zakharyan. , un armenio que vive cerca de la frontera con Azerbaiyán.
La afirmación de Azerbaiyán de victoria sobre la región marca el comienzo de otro giro en la tumultuosa historia de la montañosa Nagorno-Karabaj, que a lo largo de los siglos ha estado bajo el dominio de persas, turcos, rusos, otomanos y soviéticos.
También podría cambiar el delicado equilibrio de poder en el Cáucaso Meridional, una región atravesada por oleoductos y gasoductos donde Rusia, Estados Unidos, Turquía e Irán se disputan la influencia.
El asesor de política exterior del presidente de Azerbaiyán, Hajiyev, dijo que los derechos de los armenios de Karabaj serían respetados como parte de su integración en Azerbaiyán. El viernes se entregarán tres cargamentos de ayuda humanitaria a la región, afirmó.
Hajiyev dijo que algunos grupos y oficiales del ejército de Karabaj habían prometido continuar la resistencia. «Por supuesto que esto causará ciertos desafíos y dificultades, pero no a una escala tan grande», afirmó.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, que enfrentó protestas en Ereván que le pedían que dimitiera por Karabaj, dijo que el gobierno había preparado espacio para un posible flujo de personas desplazadas hacia Armenia, pero que no quería despoblar Karabaj.
«Debemos hacer todo lo posible… para que nuestros compatriotas, residentes de Nagorno-Karabaj, tengan la oportunidad de vivir en sus hogares sin miedo, con seguridad y con dignidad», dijo.
Rusia, que tiene poco menos de 2.000 cascos azules en Karabaj, ha pedido calma, pero ha sido acusada por algunos armenios, incluido Pashinyan, de no hacer lo suficiente para apoyar a Armenia.
Miles de armenios de Karabaj todavía estaban concentrados en el aeropuerto local donde tienen su base algunas fuerzas de paz rusas, según fotografías publicadas en las redes sociales.
«Necesitamos ver un compromiso de la comunidad internacional, no su indiferencia», dijo Ruben Vardanyan, ex ministro de Estado del gobierno separatista. Babayan dijo que aún no se había producido un movimiento de personas a gran escala ya que la zona estaba efectivamente bajo asedio.
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